Comenzaba la temporada de forma convulsa en el Real Oviedo. Tras mucho tiempo luchando para conseguir la salida del club de Alberto González, finalmente se consiguió al terminar el pasado curso, pero el panorama que dejó en el club a su marcha era desolador: deudas con la plantilla, con los trabajadores de la entidad, con Hacienda o con la Seguridad Social empujaban al club hacia la causa de disolución, pero el Real Oviedo no podía terminar así; se podía morir, pero sería dando guerra.

Resumen de la temporada

La junta de accionistas colocó al frente a un Consejo que, presidido por Toni Fidalgo, se puso manos a la obra para confeccionar un grupo que pudiese salir a competir con cierta garantía de éxito. Con solo doce jugadores en plantilla -Dani Barrio, Álvaro Cuello, Juampa, César Negredo, Lucien Owona, Aitor Sanz, Pascual Puente, Xavi Moré, Manu Busto, Martins, Óscar Martínez y Diego Cervero-, el primer paso era encontrar un capitán para la nave azul, algo que se resolvió relativamente pronto con la contratación de Félix Sarriugarte. El vasco comenzó pronto a trabajar en la confección de la plantilla y, con un presupuesto escaso, consiguió cerrar las incorporaciones de Mario Ruyales, Javi Cantero, David Fernández, Martín Mantovani, Pedro Baquero, Galder Cerrajería, Iván Rubio, Iker Alegre, Dani Aquino, Javi Casares y la cesión de Josep Señé. Con las incorporaciones, tocaba dar salidas, y César Negredo, Juampa y Martins fueron los jugadores que abandonaron el club antes de comenzar la temporada. No sólo se había conseguido salir a competir, sino que parecía haberse construido una plantilla con el potencial necesario para estar obligada a luchar por el ascenso.

Comenzaba bien el año, con dos victorias consecutivas frente a Real Avilés y Fuenlabrada -la primera de ellas a domicilio-. En la tercera jornada, salían a la luz las primeras debilidades de un equipo que, tras ir siempre a remolque, caía 3-2 en Matapiñonera frente al Sanse. Siete días más tarde, recibían los azules la visita del Alcalá, al que se impusieron 3-0 con total comodidad pero, en la quinta fecha del calendario, el equipo volvía a ofrecer una imagen lamentable fuera de casa que se tradujo en una clara derrota en El Helmántico por 3-1. A la semana siguiente, visitaba el Tartiere el CD Marino, un equipo que contaba sus primeros partidos por goleadas, pero el Oviedo fue incapaz de pasar del empate a cero en un partido sin ninguna historia. La victoria in extremis por 0-1 en Vallecas parecía devolver al equipo a la senda del positivismo pero el Ourense consiguió arrancar un punto del Tartiere dejando la sensación de que bien podrían haberse llevado la victoria. Félix Sarriugarte repetía una y otra vez los mismos errores en los planteamientos y, partido tras partido, aparecía la endeblez de un equipo construido para aspirar a todo en el grupo 1 de la Segunda División B.

El siguiente partido no mejoraría las cosas: el Oviedo visitaba el Hermanos Antuña para medirse a un Caudal que no había empezado el año como se esperaba y la imagen del equipo no fue precisamente buena. Lo mejor para el conjunto azul: que un apagón obligó a suspender el partido en el descanso, con 1-0 a favor de los locales y la sensación de que lo mejor que se llevaba el equipo era el resultado. En la décima jornada, el conjunto de Sarriugarte recibía al Leganés y la baja de Manu Busto obligaba al vasco a dar la titularidad a Josep Señé, un futbolista querido por la afición, que había realizado una pretemporada inmaculada y al que la soberbia del míster no le había dejado debutar aún en partido oficial. El resultado: partidazo del catalán con gol, asistencia y victoria cómoda para el equipo (3-0).

Cuatro días más tarde, se disputaba la segunda parte del encuentro de Mieres. Con revolución en el once respecto a la primera y una imagen totalmente diferente, el Oviedo conseguía empatar en los minutos finales y, tras irse arriba en busca del gol de la victoria, fue el Caudal quien se llevó el gato al agua y sumó los tres puntos a su casillero. El equipo encadenaría nueve partidos sin perder a partir de entonces, con cinco victorias y cuatro empates. Hasta Gijón; en el peor momento y ante el peor rival, llegó la versión más nefasta del Oviedo en toda la temporada, y es que, tras irse con un 0-1 a los vestuarios, el filial del eterno rival endosó cuatro goles al Oviedo en la segunda parte en uno de los capítulos más bochornosos de la historia del club. Tras la dolorosa derrota, comenzaron los movimientos en el mercado de fichajes, incorporándose al equipo Pepe Díaz, Fran Sol, Héctor Simón y Orlando Quintana, que llegaban desde la Segunda División, y abandonando el club Óscar Martínez, Mario Ruyales, Dani Aquino y Pascual Puente -aunque, en su caso, se reincorporó a las filas del filial-.

El equipo, herido en su orgullo tras la imagen dada en Gijón, reaccionó con tres victorias consecutivas con ocho goles a favor y ninguno en contra pero, en Alcalá, regresó la peor versión de los azules en un partido que perdieron por 2-1. El empate 0-0 ante el Salamanca en el Tartiere y una nueva derrota por 2-1 en Tenerife ante el CD Marino dejaban a Sarriugarte en una situación delicada. El vasco había defenestrado a todos los jugadores jóvenes de la plantilla y el equipo, lejos de mostrar cualquier síntoma de mejoría, vagaba sin rumbo. Y llegó el Rayo B al Tartiere y, en la peor primera parte que se recuerda del Real Oviedo en casa, el filial vallecano se fue 0-1 al descanso, con la consiguiente bronca de la afición local. En el segundo tiempo, las tornas cambiaron radicalmente y el Oviedo hizo todo para remontar el partido, aunque no fue hasta el tiempo de descuento cuando Xavi Moré consiguió anotar el penalti que daría la victoria al conjunto carbayón. El club había hecho un desembolso importante en fichajes que apuntalaran la plantilla con el objetivo de buscar el primer puesto, pero Sarriugarte seguía sin dar con la tecla. Dos empates más, en Ourense y ante el Caudal, hicieron que el Tartiere dictara sentencia: el de Durango no podía seguir sentándose en el banquillo del Real Oviedo ni un partido más, oficializándose su destitución tras el partido ante los de Mieres.

Tras un día de rumores, el club anunció a José Carlos Granero como nuevo entrenador. El 'Doctor Ascenso' llegaba con el único objetivo de devolver, diez años después, al Real Oviedo al fútbol profesional. No fueron fáciles sus dos primeros partidos. Su primera decisión fue el relevo en la portería; Orlando Quintana, que ya había estado a las órdenes de Granero en la Ponferradina, ocupaba el lugar que hasta entonces había ocupado Dani Barrio. Salvo eso, la alineación y la convocatoria del partido de Leganés -su primer encuentro al frente de la nave- fueron bastante continuistas respecto a las que hacía Sarriugarte. El resultado, el esperado ante la ausencia de cambios, derrota por 1-0. Mantuvo Granero la continuidad en la alineación presentada ante el Zamora, y el rendimiento del equipo resultó lamentable una vez más. Dos graves errores de Orlando Quintana ocasionaron que el Zamora se fuera al descanso con 0-2, pero pudieron ser tres o cuatro sin ningún tipo de problema. Era el minuto 60, y el Zamora campaba a sus anchas por el Tartiere, con un Carlos Granero que parecía derrotado. Dos goles de Cervero y Manu Busto en apenas un minuto despertaron al equipo, al Tartiere y al míster del letargo, y Granero dio entrada a Mantovani y Señé en los lugares de Cerrajería y Héctor Simón y, ya con el catalán acompañando a Iván Rubio en el doble pivote, el conjunto local se hizo dueño y señor del partido y culminó la remontada.

A raíz de la llegada de Granero, jugadores como Iván Rubio o Josep Señé, totalmente defenestrados por Sarriugarte, se hicieron más importantes en el equipo. Defensivamente, el equipo se ve más sólido, mucho mejor trabajado, habiendo conseguido terminar varios partidos sin que el rival haya disparado a la puerta defendida por Orlando Quintana. La portería parece, hoy por hoy, el puesto más endeble del equipo que presenta Granero domingo tras domingo. El buen trabajo de la línea defensiva hace que Orlando no tenga demasiado trabajo pero, a pesar de ello, el guardameta ha tenido varios errores de bulto, terminando en cuarto de ellos -dos ante Zamora, uno ante el Tenerife y uno ante el Marino de Luanco-. Estadística en mano, los números son buenos -siete goles encajados en nueve partidos-, pero la realidad es que, a día de hoy, Orlando Quintana ha sido incapaz de transmitir seguridad al oviedismo.

El equipo llega al playoffs bien; en una línea defensiva impecable y con una sola derrota en los últimos ocho partidos, ocasionada por el gravísimo error de Orlando en el segundo gol del Tenerife. Será muy complicado que se le escape alguna eliminatoria en la que consiga mantener a cero la puerta del Tartiere, algo que ha hecho muy a menudo en la presente temporada.

Datos estadísticos

El Real Oviedo ha finalizado la temporada con 66 puntos, lo que le coloca como el tercer mejor tercero de los cuatro grupos tras Levante B (72) y Bilbao Athletic (71) y tan solo por delante del Albacete (61). Los azules cerraron la liga con dieciocho victorias, doce empates y ocho derrotas, con cincuenta y tres goles a favor y treinta y tres goles en contra. El equipo que ahora dirige Granero ha conseguido una media de 1'74 puntos por partido, con 1'39 goles a favor en cada encuentro y 0'87 en contra.

Como locales, los azules cierran el año con un bagaje de doce victorias, seis empates y tan solo una derrota -la cosechada ante el Tenerife el pasado veintiuno de abril-; como local, el Real Oviedo ha anotado veintinueve tantos y ha encajado nueve. Lejos del Tartiere, el balance no es tan satisfactorio, con seis victorias, seis empates y siete derrotas; veinticuatro goles a favor y otros tantos en contra.

En el apartado individual, la estrella indiscutible del equipo en las estadísticas goleadoras es Diego Cervero que, con veintidós goles, ha sido el segundo máximo goleador del grupo tras Aridane, delantero del Tenerife. Manu Busto en siete ocasiones y Galder Cerrajería en cuatro han sido los otros dos futbolistas que más veces han perforado la portería rival.

En la portería, Dani Barrio fue titular hasta la marcha de Sarriugarte, con 0'96 goles encajados de media en veintisiete partidos disputados. Orlando Quintana, por su parte, ha recibido seis goles en diez partidos, lo que hace una media de 0'60.

Si nos ceñimos a los minutos, el once más empleado por el Real Oviedo en la temporada regular ha sido el siguiente: Dani Barrio; David Fernández, Pedro Baquero, Martín Mantovani, Javi Cantero; Aitor Sanz, Galder Cerrajería; Javi Casares, Manu Busto, Iker Alegre; Diego Cervero.

Si miramos hacia el playoff, el once titular que se prevé, a la espera de ver qué pasa con Galder Cerrajería, sería el formado por Orlando Quintana; David Fernández, Pedro Baquero, Martín Mantovani, Álvaro Cuello; Aitor Sanz, Galder Cerrajería; Xavi Moré, Josep Señé, Iker Alegre; Diego Cervero.

Análisis de jugadores

Orlando Quintana: El meta canario llegó al Real Oviedo en invierno, procedente de la Ponferradina con la intención de aumentar la competitividad en la portería azul. Nada más llegar, una lesión en la costilla le hizo estar un mes apartado de los terrenos de juego. Tras la llegada de Granero, se hizo con la titularidad en detrimento de Dani Barrio. Por el momento, ha sido incapaz de transmitir ningún tipo de seguridad a la afición. Cuatro de los seis goles que ha encajado como portero del Real Oviedo han venido precedidos por graves errores propios.

Dani Barrio: Fue el portero titular hasta la jornada veintiocho. Cuajó una muy buena primera vuelta, siendo determinante en muchos partidos pero, tras la llegada de Orlando Quintana, perdió parte de la confianza que había ido ganando con el paso de los partidos y cometió algún error de bulto. La llegada de Granero al club le condenó al banquillo.

David Fernández: Llegaba al club para ser el central de referencia, el shérif de la zaga azul. Venía de hacer una gran temporada en Guadalajara, con el que consiguió la permanencia en la Liga Adelante de forma holgada. Una inoportuna lesión en pretemporada hizo que Sarriugarte optara en los primeros partidos por la pareja Baquero-Mantovani y el madrileño, tras su recuperación, empezó a entrar al equipo en el puesto de lateral derecho, donde se ha afianzado. Es un defensa fuerte y rápido, con buena salida de balón.

Martín Mantovani: El central argentino es el auténtico jefe de la zaga azul. Alto, rápido, contundente y muy bueno por alto, es uno de los baluartes del Real Oviedo 2012/2013. En la faceta defensiva, es uno de los mejores centrales de la categoría -sino el mejor-, pero le cuesta sacar la pelota jugada. Su rendimient en la temporada ha sido excepcional; llegando a captar la atención de clubes de categorías superiores.

Pedro Baquero: Conoce bien la categoría y ha sabido adaptarse al grupo 1. Es un central duro, corpulento, muy bueno al corte y en los balones aéreos.

Álvaro Cuello: Lateral zurdo desde que Pacheta le reconvirtiera a esa posición. Formado en la cantera, cumple a la perfección con sus obligaciones en el campo, sin complicarse la vida en ningún momento.

Lucien Owona: Defensa de perfil atlético. Central reconvertido a lateral diestro; en las dos últimas jornadas, Carlos Granero le ha utilizado en el centro. Es un jugador de gran potencia física, rápido y que conoce sus limitaciones técnicas. No se incorpora en exceso al ataque cuando juega en la banda.

Javi Cantero: Es el único lateral de la plantilla, juega por la banda izquierda. Es un futbolista técnico, que se suma al ataque con frecuencia. Es bastante aceptable centrando y tiene un disparo potente, además de ir bien por arriba.

Aitor Sanz: Es el capitán del equipo. Es un mediocentro con buen toque de balón y muy preciso en los cambios de juego y pases en largo, aunque quizás está un poco falto de creatividad. Defensivamente, es un futbolista contundente. A pesar de no haber cuajado su mejor año, es titular indiscutible.

Galder Cerrajería: Es un centrocampista muy luchador. Forma, junto con Aitor Sanz, una de las parejas de mediocentros más reconocibles de la categoría. El vasco recupera infinidad de balones en cada partido y se suma al ataque con gran facilidad, algo que le ha servido para anotar cuatro goles. Es un lujo tener un futbolista como Galder en esta categoría. Lesionado en el último partido de la temporada regular frente al Sporting B, parece que no será de la partida, al menos, en los primeros encuentros de los playoffs.

Héctor Simón: El catalán fue una de las incorporaciones del Real Oviedo en el mercado invernal. Llegó al club procedente del Sabadell, de la Liga Adelante. Destaca por su gran visión de juego y su buen toque de balón. Sería el complemento perfecto a Aitor o Galder en el centro del campo, pero su rendimiento -un tanto gris- le ha impedido hacerse con la titularidad.

Iván Rubio: Totalmente defenestrado por Sarriugarte, apenas tuvo alguna oportunidad en el lateral diestro o en el extremo de la misma banda. Desde la llegada de Granero, el valenciano ha jugado varios partidos en su posición con buen rendimiento, pero una lesión apartó de los terrenos de juego en las últimas dos semanas. Es un mediocentro de mucha calidad, perfectamente capacitado para coger el timón del equipo.

Iker Alegre: Le costó adaptarse al equipo al principio de la temporada, pero Sarriugarte siempre le dio total confianza. Llegó, incluso, a recibir pitos por parte de la grada del Tartiere, pero su buen trabajo terminó dando sus frutos y los pitos se tornaron en aplausos. Está cuajando una buena temporada. Juega de interior -es diestro, aunque casi siempre juega a pierna cambiada en la banda izquierda-; es un futbolista tremendamente rápido y habilidoso.

Javi Casares: Juega de interior. Al igual que Iker, a pesar de ser diestro, ha jugado por ambas bandas. Destaca por su gran desborde, su velocidad y su gran regate. Es un currante nato y jamás da un balón por perdido. Sarriugarte le empleó durante algún partido en la media punta, pero el andaluz no se encuentra tan cómodo por el centro.

Xavi Moré: Juega de interior diestro y es una auténtica bala por banda. Es rápido y va sobrado de técnica. Tras la grave lesión de rodilla que sufrió la pasada temporada, le está costando recuperar la chispa, aunque parece que poco a poco va acercándose a su nivel. A pesar de todo, cuando está en el campo suele ser determinante. Siempre gana línea de fondo, tiene un gran centro y un buen disparo.

Jandro: Interior diestro bastante luchador. Es un futbolista rápido y técnico; no marca diferencias pero lo suple dándolo todo en el campo en cada oportunidad que tiene.

Josep Señé: Cedido por el Real Madrid. Es el futbolista con mayor proyección del equipo de largo. Defenestrado por Sarriugarte en la primera parte de la temporada, demostró que debe ser titular en cada oportunidad que ha tenido, tanto en el centro del campo como en la media punta. Es un futbolista dinámico, con una gran visión de juego, muy técnico, con buen regate y con un gran disparo a puerta. Su calidad y lo injusto de la situación que vivió con el técnico de Durango le han hecho ganarse el cariño de la grada. Tras la llegada de Granero, se ha hecho con la titularidad.

Manu Busto: Cumple su tercera temporada en el Real Oviedo. Juega en la media punta. Técnicamente, es uno de los mejores futbolistas de la plantilla, tiene una habilidad tremenda para volver loca a la defensa rival, pero es muy irregular. Siempre se le ha tachado de poco trabajador, algo que le lleva a ser bastante irregular: tan pronto te gana el partido él solo como desaparece durante tres o cuatro jornadas. No parece que llegue al playoff en su mejor momento.

Diego Cervero: Es el referente del Real Oviedo, el ídolo de la afición; es la representación de la afición en el campo. Es un delantero centro a la antigua usanza: no es técnico, ni rápido, pero los números le avalan. Ha anotado veintidós tantos -y eso que tardó dos meses en anotar su primer gol de la temporada-. Destaca por su colocación -siempre está en el lugar preciso- y por su entrega en el campo. Ha sido el segundo máximo goleador del grupo.

Pepe Díaz: Llegó en el mercado invernal procedente del Córdoba. En su día, fue un jugador rápido y con bastante gol, pero ya no tiene la chispa de antaño. En Oviedo, ha jugado más veces escorado a banda que de delantero, pero no ha terminado de cuajar en ninguna de las dos posiciones. En la actualidad, en lo que más destaca Pepe es en su espectacular disparo desde media distancia.

Fran Sol: El cuarto refuerzo del mercado invernal. Como Señé, también se encuentra cedido por el Real Madrid. Es un delantero rápido, de gran envergadura y muy potente; con un tren inferior espectacular. No ha gozado de muchos minutos desde su llegada, está siendo una temporada complicada para él, pero es un futbolista muy capaz de aportar cosas buenas al equipo.