Ya es oficial la marcha del último ídolo de Nervión. José Antonio Reyes ya es leyenda del Sevilla Fútbol Club. El talentoso futbolista utrerano abandona la disciplina sevillista por segunda vez en su carrera tras levantar como capitán la Europa League en Basilea. Curiosamente, como ya pasara con Rakitic y Fernando Navarro. El sevillista deja tras de sí tres títulos de Europa League, 253 partidos oficiales con el club de su infancia, 41 tantos y un rendimiento sobresaliente cada vez que se enfrentaba al eterno rival.

Reyes debutó en el Sevilla de la mano de Marcos Alonso en enero de 2000 en un encuentro frente al Real Zaragoza. La temporada siguiente y con la llegada de Joaquín Caparrós, el canterano se fue asentando y su presencia en el equipo fue cobrando cada vez más protagonismo. Después de un periodo de dos años y medio, en enero de 2004 el Arsenal llamó a su puerta y se marchó al club londinense, dejando 35 millones en las arcas de la entidad hispalense.

Ocho años más tarde y, tras pasar por la disciplina de Real Madrid, Benfica y Atlético de Madrid, el hijo pródigo volvió a su casa. Reyes había conseguido ganar la Premier League, la FA Cup, la Community Shield, la Liga Española, la Copa de la Liga en Portugal, dos Europa League y una Supercopa de Europa.

Las segundas partes sí son buenas

En su segunda etapa como rojiblanco, ha logrado aportar la experiencia que ha adquirido en los equipos en los que ha estado para vivir la etapa más brillante de su carrera como sevillista. Aparte de su gran visión de juego e indudable talento en la conducción, Reyes ha destacado como capitán y hombre fuerte en el vestuario en los momentos difíciles. Asimismo, el utrerano siempre será recordado por su espectacular rendimiento en los derbis, donde después de 17 partidos, solo ha conocido la derrota en dos y ha perforado la meta rival en cinco ocasiones.

El capitán sevillista se despedirá en los próximos días de la afición en un acto acompañado del presidente José Castro.