La ciudad esperaba con ansia un nuevo choque de máxima rivalidad entre estos dos equipos por ver si los nuevos entrenadores, Sampaoli y Poyet, traían algo diferente a estos duelos. Ambos técnicos vivieron el partido con mucha pasión, ya que sabían que había mucho en juego, más que los 3 puntos debido a que ganar un derbi te da un plus de confianza tanto en el entorno como en el propio club, mientras que perderlo puede suponer un pozo del que sea difícil salir. La realidad es que a Sampaoli algunos sectores lo cuestionaban por su modo de entender el fútbol y porque sigue la inercia de no ganar fuera de casa, mientras que Poyet vivía con la losa de una única victoria en los 4 primeros partidos.  

Nasri, novedad en el once

El Sevilla salía a este encuentro con la novedad de Nasri en el once titular en detrimento de Sarabia, uno de los jugadores más destacados de la plantilla hasta ahora y el francés no demostró estar a la altura de un partido que exige una marcha más. Así, el Sevilla buscaba dar un golpe de efecto en los primeros minutos, como hace en los últimos derbis, y dejar noqueado un rival que podía sentirse presionado si el marcador se le venía pronto en contra, pero los hombres de Gustavo Poyet tenían la lección bien aprendida y nada más empezar vieron la primera amonestación del encuentro, Petros. El técnico bético quería evitar sustos iniciales.

El Sevilla tenía la intensidad necesaria para tratar de desnivelar el partido y al Betis solamente le quedaba el recurso de las faltas, viendo 2 amarillas en los primeros diez minutos del choque. También empezaban los futbolistas a ver que el colegiado no quería que se le fuera el partido de las manos.El Sevilla se unía a la trinchera y en el minuto 15 Mudo Vázquez veía la primera amonestación por parte del club sevillista.  

El partido a partir del minuto 20 entró en una fase más tranquila, en cuanto al otro fútbol, y era el Sevilla el único que trataba de proponer algo diferente, especialmente Vietto supo desnudar las carencias de Bruno, muy perdido hoy, pero no supo transformar ese peligro en jugadas reales de peligro.

La primera parte terminó con más guerra que otra cosa ya que había mucha batalla por querer imponer un estilo de juego sobre otro, y parecía que el Betis empezaba a estar más cómodo sobre el campo ya que en los primeros 45 minutos el marcador iba empate a 0, el Sevilla no había gozado de ocasiones claras y los jugadores visitantes podían pescar en río revuelto.  

Mercado abre la lata

La segunda parte la empezaban los mismos protagonistas sobre el terreno de juego, pero el partido cambió de rumbo con el gol de Mercado en el minuto 50 tras una jugada a balón parado.Con el gol el partido podía abrirse para el Sevilla y el Betis venirse abajo, pero a los 2 minutos llegó la polémica del encuentro ya que Álex Alegría iguala el choque entre ambos equipos pero el linier levanta el banderín por fuera de juego de Rubén Castro. La repetición aclaró las dudas y se vio que el marcador tenía que haberse modificado de modo favorable a los hombres de Gustavo Poyet. 

Los dos entrenadores empezaron a mover los banquillos en busca de objetivos diferentes, ya que Poyet metió más mordiente ofensiva dando entrada a Dani Ceballos y Musonda, mientras que Sampaoli buscaba seguir defendiéndose con el balón en los pies y mete a Sarabia por un renqueante Iborra. 

En el último cuarto de hora ninguno de los dos equipos consiguió imponer su juego sobre el contrario ya que el Sevilla esperaba que pasaran los minutos mientras el marcador le era favorable y al Betis no le dio para conseguir mayores acciones ofensivas. 

Con el pitido final, el Sevilla logra 3 importantes puntos que lo suben a la segunda plaza de modo provisional con 11 puntos de 15 que se ha puesto en juego, siendo un buen inicio para Jorge Sampaoli. En cambio, el Betis de Poyet más allá de la imagen que ha transmitido el equipo se queda únicamente con 5 puntos y tendrá que empezar a ganar si no quieren en el club bético que se reproduzcan las urgencias.