Primeros años del nuevo siglo, primeros años del nuevo milenio. Un nuevo balonmano llega y encontramos cuatro campeones del mundo en cuatro torneos diferentes.

Francia 2001: el anfitrión siempre lo tiene (algo) más fácil

Francia albergaría el primer Campeonato del Mundo del siglo XXI, y el segundo de su historia (el primero lo organizó allá por 1970). Y lo hacía con una hornada de jugadores irrepetibles, que unía a los mejores de la década de los noventa, junto a una larga lista de jóvenes que le daría grandísimos éxitos con el paso de los años, pero que en este torneo celebrado en la Galia darían el primer gran zarpazo en el primer decenio del nuevo milenio.

El de 2001 fue el primero de los títulos de Francia en la primera década de los 2000

Varias selecciones, por otra parte, llegaban a este campeonato con generaciones, quizás, algo agotadas. Tal era el caso de Suecia y Rusia, que habían tenido sus grandes años durante los noventa, pero que, sin embargo, iban a mantener un nivel alto para competir con otras grandes como Yugoslavia, Alemania o España.

Este, el decimoséptimo Mundial de balonmano, se volvió a celebrar en época invernal, después de varios años teniendo lugar en verano y, además, supuso el regreso a Europa, tras dos torneos consecutivos disputándose fuera del Viejo Continente: Japón, en 1997, y Egipto, en 1999.

Hacía casi 50 años que un anfitrión no levantaba el campeonato que organizaba. Pero Francia lo logró. Precisamente, iban a ser las dos finalistas del torneo las dos únicas selecciones que consiguieron terminar la fase de grupos con pleno de victorias: Francia y Suecia, aunque Rusia demostró su potencial y sólo cedió un empate ante Noruega.

El grupo de España era el más igualado a la par que complicado, al quedar encuadrado con dos grandes selecciones como Alemania y Croacia, además de Corea del Sur. En este grupo también se dio uno de los resultados más escandalosos de la historia de los mundiales, cuando la selección germana derrotó a Groenlandia por 39-8, pocas veces se ha visto que un equipo no llegue a la decena de goles.

Estos primeros lances del trofeo no trajeron grandes sorpresas, salvo, quizás, el segundo puesto en el grupo A de Egipto, sólo detrás de la, a posteriori, subcampeona. Precisamente, los africanos iban a ser la gran revelación del campeonato, llegando hasta semifinales del mismo, donde fueron noqueados por Francia y no sin dificultades.

Ya en las eliminatorias, marcadas por una gran igualdad salvo excepciones mínimas, hubo varias sorpresas, como la eliminación de Croacia por parte de Ucrania, en un encuentro que necesitó de dos prórrogas para resolverse y que la exrepública soviética, en su primera participación en un Campeonato del Mundo, terminó llevándose por 34-37. Los grandes nombres, salvo los balcánicos, pasaron la ronda.

En cuartos, las sorpresas siguieron saltando. Egipto, que había tenido un cruce fácil en la anterior eliminatoria frente a Argelia, derrotó contra todo pronóstico a la que era la vigente campeona el mundo, Rusia. Yugoslavia, que vivía un momento de dulce, eliminó a España con una actuación estelar de Dragan Skrbic; mientras Suecia mandaba a casa a Ucrania por un contundente 34-20. El partido más igualado fue el que enfrentó a los anfitriones con Alemania y que tuvo que resolverse en el tiempo extra, al que se llegó gracias a un tremendo zurdazo de uno de los mejores jugadores de la historia, Jackson Richardson.

Suecia y Yugoslavia disputaron uno de los encuentros más disputados del campeonato. Hubo alternativas para escandinavos y balcánicos, pero la experiencia y la aportación goleadora de Lövgren y Emelind (anotaron 19 de los 25 goles de su equipo) permitió a Suecia clasificarse para una nueva final. En la otra semifinal, Francia no lo tuvo nada fácil frente a Egipto, pese a la diferencia de plantillas entre ambos equipos. Los africanos llegaron a dominar el marcador en varias fases del encuentro, pero, de nuevo, la experiencia y el saber hacer de los galos les permitió hacerse con un hueco en la gran final.

Final que, como el resto del campeonato, fue de lo más igualada. Suecia y Francia brindaron un gran espectáculo al público asistente a París-Bercy. Empatados durante los 59 primeros minutos, a falta de 15 segundos, el grandísimo Stefan Lövgren ponía el 22-21 en el electrónico, pero la rapidez de Gregory Anquetil permitió igualar la contienda antes del pitido final y llevar la gran final a la prórroga. En el tiempo extra, el físico de los galos y, sobre todo, el apoyo del público francés permitió a Francia levantar su segundo Campeonato del Mundo, tras el de 1995.

Los premios individuales estuvieron muy repartidos. El de máximo anotador quedó para el ruso Eduard Kokcharov, que anotó nada menos que 61 dianas en nueve partidos, más de seis por encuentro. El MVP, mejor jugador del torneo, se lo llevó Stefan Lövgren. Y en el siete ideal, al ruso y al sueco se unieron David Barrufet en la portería (aunque el guardameta con mayor porcentaje de acierto fue un jovencísimo y todavía yugoslavo Arpad Sterbik, con un 45% de efectividad bajo palos), el egipcio Hussein Zaky en el centro del ataque; Kyung-Shin Yoon en el lateral zurdo, Zikica Milosalvjevic en el extremo derecho y Bertrand Gille en el pivote.

Clasificación Mundial 2001

1 Francia
2 Suecia
3 Yugoslavia
4 Egipto
5 España
6 Rusia
7 Ucrania
8 Alemania

Portugal 2003: Croacia se hace grande

Portugal, un país con poca tradición dentro del mundo del balonmano, fue la encargada de organizar la decimoctava edición del Campeonato del Mundo. Un torneo que cambió de formato, pues se eliminaron los octavos y los cuartos de final y, en su lugar, se hizo una segunda fase de grupos desde la que surgían los cuatro semifinalistas. Un modelo que se ha mantenido, con ciertas variaciones, hasta el último Mundial, el de España de 2013, cuando volvieron a implantarse los octavos de final.

La primera fase del torneo estuvo marcada por el domino total y absoluto de dos selecciones: España y Alemania, que contaron sus encuentros (cinco) por victorias, si bien es cierto que en sus grupos no había la igualdad que existía en los otros, donde había tres-cuatro selecciones de alto nivel. Así ocurría en el grupo C donde Croacia, Francia, Rusia y Hungría se repartieron el botín del pase, pese a compartir grupo con una Argentina voluntariosa que llegó a ganar en la primera jornada a Croacia. Pero, al final, la lógica y los cuatro “grandes” lograron el pase. Por último, en el grupo D, los combinados escandinavos, Dinamarca y Suecia, igualaron en la primera posición con 8 puntos, seguidos de Eslovenia y Egipto.

En 2003 se volvió al sistema de dos fases de grupos

Primero y tercero, por un lado, y segundo y cuarto, por otro, de los grupos A y B, y del C y D, quedaban encuadrados en la segunda fase del campeonato. De los cuatro grupos que surgían, el primer clasificado tenía un puesto en la final.

En el grupo I, España arrasó a Qatar y ganó por la mínima a Islandia para colocarse entre los cuatro primeros del mundo. Más le costó a Alemania en el grupo II, donde ganó a Túnez y empató frente a Yugoslavia, con la que empató a puntos, sólo la diferencia de goles dio a los de Heiner Brand el pase a las semifinales en Portugal. Pocos problemas tuvo en el grupo III Croacia para colocarse en “semis”, tras derrotar con cierta facilidad tanto a Egipto como a Dinamarca. Algo similar le ocurrió a la por aquel entonces vigente campeona, Francia, que doblegó sin demasiados apuros a Suecia y Eslovenia.

La primera semifinal fue uno de esos clásicos contemporáneos del mundo del balonmano: un Alemania – Francia. Un encuentro vivido, disputado, igualadísimo, que terminó con victoria germana por un ajustado 23-22. El, a la postre, mejor jugador del torneo, Christian Schwarzer, fue el líder de su equipo desde la línea de 6 metros, bien secundado por el gigantón Pascal Hens. Los Narcisse, Cazal o Anquetil no pudieron evitar que Alemania se clasificase para una final de un Mundial por primera vez desde 1978.

España y Croacia también regalaron un partidazo en la segunda semifinal, con doble prórroga incluida. La selección española comenzó el encuentro dominando y lo hizo hasta mediado el segundo periodo, llegando a mantener ventajas de cinco tantos. Pero, con 20-15 en el marcador, los croatas se asentaron en defensa y no dejaron a los lanzadores españoles anotar, lo que dio lugar a un parcial de 0-7, que dejó a España casi noqueada. Con 25-26 a favor de los balcánicos en el electrónico, Íker Romero consiguió un gol en el último segundo que permitió a España jugársela en la prórroga. El primer tiempo extra quedó en empate y en el segundo, el físico y el buen hacer de Goluza en el centro del ataque permitió a los croatas meterse en la primera final mundialista de su historia, y arrebatárle ese mismo honor a los españoles.

Sello con la imagen de los campeones. Foto: Posta.hr

En la gran final, Croacia y Alemania midieron sus fuerzas en un partido marcado por el poderío atacante de los dos conjuntos, como demostró el 20-18 con el que se llegó al término de los primeros treinta minutos. Los balcánicos, pese a lo que todos preveían, fueron los dominadores del encuentro y tuvieron a su merced a los germanos durante buena parte de los 60 minutos. Así, el combinado croata conseguía su primer y, hasta el momento, único campeonato del mundo, y dejaba a Alemania con la miel en los labios, tras 25 años sin verse en una final.

El cuadro de honor del campeonato tuvo representación de varios países. El MVP se quedó en las manos del fuerte pivote alemán Christian Schwarzer (también fue designado para el siete ideal), mientras que el guardameta con mayor número de paradas, que no de efectividad bajo palos, fue el ruso Andrey Lavrov. El puesto de cancerbero en el siete ideal fue para el germano Henning Fritz; Eduard Kokcharov repetía en el extremo izquierdo respecto a 2001, mientras que en el derecho se colocaba un pájaro: el croata Mirza Dzomba. La primera línea tuvo de todos los colores: en el lateral izquierdo, el húngaro Carlos Reinaldo Pérez, que también fue el máximo goleador del campeonato con 64 goles; en el derecho, Patrick Cazal, y la manija del ataque fue para Enric Masip.

Clasificación Mundial 2003

1 Croacia
2 Alemania
3 Francia
4 España
5 Rusia
6 Hungría
7 Islandia
8 Yugoslavia

Túnez 2005: España logra su primer Mundial

Lejos de nombres comerciales como Hispanos, de la gran expectación que surge hoy día con los chicos del balonmano, un grupo de españoles, allá por 2005, iba a conseguir una gesta heroica: el primer Campeonato del Mundo de balonmano para España. Por fin se hacía justicia respecto del balonmano español. Siempre habían estado en los puestos altos de todos los torneo, pero en este, disputado en Túnez, algo ocurrió que todo fue diferente.

De nuevo se cambió el sistema de competición. Dos fases de grupos, pero, en esta ocasión, la segunda de ellas iba a tener solo dos grupos, a los que accedían los tres primeros de la primera fase. Los dos mejores en esa segunda fase conseguían el billete para las semifinales.

Llena de sorpresas estuvo la primera fase del campeonato, en la que destacó una selección: Grecia, la gran revelación del torneo y que, en el grupo A, derrotó a Francia, Angola y Canadá, empató con Túnez, aunque no pudo con Dinamarca, a la que sí dejó sin el pase a la segunda ronda. Los anfitriones y los galos acompañaron a los helenos a la siguiente ronda. Más sorpresas en el grupo B, en el que Islandia quedó eliminada frente a Eslovenia, República Checa y Rusia.

Grecia fue la gran revelación del campeonato

Precisamente los rusos fueron los únicos, junto con Croacia, que acabaron la primera fase con pleno de victorias. Los balcánicos pudieron en esta primera fase con los que, a la postre, iban a ser sus verdugos en la final, España. A ambos, desde el grupo C, también les acompañó Suecia. Por último, en el grupo D, los tres grandes nombres: Serbia y Montenegro, Noruega y Alemania consiguieron el pase sin grandes dificultades.

Grecia estuvo a punto de hacer saltar la sorpresa, de nuevo, pero sólo la diferencia de goles apartó a los helenos de las semifinales del Mundial. Gol average que le ganó Francia, con la que terminó igualada a 6 puntos. El primer puesto quedó para otra de las sorpresas del campeonato, la anfitriona, Túnez, que se clasificaba por primera vez en su historia para unas semifinales de un Mundial.

Mientas, en el grupo II, hubo tensión hasta el último momento. España estuvo a merced del encuentro de la última jornada que medía a Croacia y al combinado de Serbia y Montenegro, ya que después de ganar a Alemania y empatar contra los serbo-montenegrinos, un empate entre las dos selecciones balcánicas les daba el pase a ambas y dejaba a España en la cuneta. Pero, con 24-23 en el marcador y a falta de pocos segundos para el final, una parada de Vlado Sola, permitió a los españoles soñar con el pase, que lograron tras derrotar a Noruega.

A España le tocó en suerte la anfitriona en su cruce de semifinales. Túnez demostró que el buen papel durante todo el torneo no fue cuestión de jugar en su país ni de suerte, y le puso las cosas muy difíciles a los de Juan Carlos Pastor, que hicieron un partido casi perfecto, que terminaron llevándose por 30-33, clasificándose para una final mundialista por primera vez en su historia. En el otro cruce, Croacia dominó con claridad a los galos, que solo estuvieron sobre el 40x20 durante los primeros 30 minutos, después, los balcánicos se despegaron y terminaron por derrotar a Francia.

Foto: Albacity

En la gran final, la grandísima favorita era Croacia, por aquel entonces vigente campeona del mundo y con un plantel de estrellas difícil de igualar. Enfrente, España, que se veía en una final mundialista por primera vez en la historia. Pero los hombres de Juan Carlos Pastor vapulearon a los balcánicos, a los que no dieron ninguna opción en ninguno de los 60 minutos. La defensa y el contraataque fueron las armas de los españoles, que si en el primer tiempo iban ganando 21-13, en la segunda mitad se alargarían hasta el 40-34 final que quedaría marcado en el imaginario de los seguidores del balonmano en España.

El mejor jugador del torneo fue el croata Ivano Balic, que demostró lo mágico de su juego y lo diferente que es del resto. El balcánico también estuvo presente en el siete ideal, en el centro del ataque, respaldado por el máximo goleador del campeonato, el tunecino Wissem Hmam, y Mateo Garralda a la derecha. El extremo izquierdo, por tercer torneo consecutivo, fue dominio del ruso Eduard Kokcharov, y en el derecho también repitió Mirza Dzomba. Los seis metros fueron para el checo David Juricek, mientras que los palos fueron guardados por el serbo-montenegrino, Arpad Sterbik, que no fue el portero con mejor porcentaje de paradas (fue el danés Peter Larsen), ni siquiera estuvo entre los cinco primeros del campeonato.

Clasificación Mundial 2005

1 España
2 Croacia
3 Francia
4 Túnez
5 Serbia y Montenegro
6 Grecia
7 Noruega
8 Rusia

Alemania 2007: más de 30 años para levantar un nuevo Mundial

Alemania organizaba el decimonoveno Campeonato del Mundo de balonmano. E iba a ser su Mundial en muchos sentidos. Otra vez, por tercer Mundial consecutivo, el sistema de competición cambió. De los tradicionales cuatro grupos de seis equipos cada uno se pasó a seis grupos de cuatro equipos, de los que se clasificaban los dos primeros a una segunda ronda con dos grupos de seis equipos. Los cuatro primeros de cada grupo conseguían el pase a las eliminatorias de cuartos de final que eran a partido único.

Dado el sistema de competición, en la primera fase no hubo lugar para las sorpresas y las grandes selecciones pusieron rumbo a la segunda ronda sin apenas apuros y una segunda fase que solo dejaba fuera a dos equipos tampoco permitió que los grandes se pusieran en las eliminatorias con cierta facilidad. A destacar el buen papel de Polonia en las dos primeras rondas, en las que solo cedió una victoria, y frente a Francia, derrotando, incluso, a la anfitriona Alemania.

Polonia fue una de las grandes sorpresas

La que salió imbatida de las dos primeras rondas fue Croacia, sin embargo, a las primeras de cambio, en las eliminatorias fue eliminada por Francia. Los polacos, que llegaban en un gran momento de forma, tuvieron serios problemas para doblegar a la selección rusa, a la que terminaron dejando en la cuneta por la mínima (28-27).

Uno de los lances más interesantes lo disputaron Islandia y Dinamarca, partido que necesitó de una prórroga y que solo pudo solventarse en el último segundo del tiempo extra, con un gol de Madsen (42-41). En el último cuarto de final, Alemania doblegó a España por 27-25. El apoyo de su afición y el riguroso arbitraje de los colegiados noruegos Abrahamsen y Kristiansen permitieron a los germanos hacerse con un hueco entre los cuatro mejores del mundo.

Si la equidad fue la nota dominante en los cuartos, aún más lo fue en las semifinales: ambas tuvieron que resolverse tras la segunda prórroga. En la primera de las ‘semis’, los anfitriones superaron a Francia (32-31), pero antes tuvieron que sufrir de lo lindo, solo un gol a falta de diez segundos para el final de los 60 segundos les permitió contar con el tiempo extra. En las prórrogas, solo las paradas de Fritz bajo los palos y una pizca de suerte permitieron a los anfitriones poner rumbo a la gran final. En el otro cruce, Polonia sufrió muchísimo para doblegar a Dinamarca y solo el paso de los minutos y un gran Bielecki pusieron a Polonia en la primera final de su historia (36-33).

Si había una favorita en la gran final esa era Alemania. Y así lo demostró desde el minuto 1, dominando y apisonando a los polacos como demostraba el 17-13 con el que se llegó al descanso. Tras el paso por vestuarios, el desconcierto general, en especial tras la lesión del guardameta, Henning Fritz, permitió a los polacos acercarse en el marcador. Pero Alemania no se acobardó y gracias, en parte, a las paradas del sustituto de Fritz, Johannes Bitter, levantaron un nuevo campeonato mundial 31 años después.

Por segundo Mundial consecutivo, el mejor jugador del torneo fue Ivano Balic, que, sin embargo, no volvió a copar el centro del ataque en el siete ideal, que quedó para el germano Michael Kraus. La portería fue cosa de Henning Fritz, como en el anterior campeonato, y en el extremo izquierdo se perpetuaba el ruso Eduard Kokcharov. Una selección especialmente potente en este campeonato, como fue Polonia, dio dos jugadores al siete ideal: el extremo derecho Mariusz Jurasik y el lateral derecho Marcin Lijewski. En el lateral izquierdo encontramos a Nikola Karabatic y en el pivote al danés Michael V. Knudsen. El máximo artillero del campeonato fue el extremo izquierdo islandés Gudjon Valur Sigurdsson.

Clasificación Mundial 2007

1 Alemania
2 Polonia
3 Dinamarca
4 Francia
5 Croacia
6 Rusia
7 España
8 Islandia