Viajar es divertido y enriquecedor. Se disfruta de lugares diferentes, de otro tipo de gente y costumbres, etcétera; pero como en casa no se está en ningún sitio. Eso es lo que piensan, al menos, los Denver Broncos, que con su vuelta al Sports Authority Field se reencontraron con la victoria en el duelo divisional que los enfrentaba a los Oakland Raiders después de caer la semana pasada en el feudo de los Buffalo Bills.

Los Raiders se presentaban en Colorado tras haber sido derrotados la jornada anterior también a domicilio, en su caso en el campo de los Washington Redskins. Los Redskins agobiaron a Carr y al ataque en general y marcaron la ruta a seguir para los equipos que quisieran hacer daño a los de Oakland. Denver, al igual que lleva haciendo toda la temporada, eliminó el juego de carrera de los Raiders por completo y dejó el partido en las manos del quarterback. Con un frente defensivo que permite alrededor de sesenta yardas de carrera por partido, los Broncos buscan obligar a sus rivales a probar la 'no-fly zone' de su secundaria. Mala señal para los Raiders es que uno de los jugadores más involucrados en el partido fuese su punter, Marquette King, que tuvo que entregar el balón hasta seis veces.

Los Broncos empezaron fuerte y nada más empezar el partido abrieron brecha en el marcador. La primera anotación llegó mediante una espectacular recepción a una mano del tight-end AJ Derby, que agarró el balón en el lateral y encontró la pintura sin oposición. Brandon McManus anotaría un field goal todavía en el primer periodo para dejar atrás a unos Raiders que no conseguían mover el balón y que contemplaban cómo su porcentaje de conversión en terceros down caía en picado.

Aunque la defensa de Denver es excelente y Oakland se veía dos anotaciones por debajo y sin Michael Crabtree en la alineación (baja por lesión), los Raiders vieron la luz al final del túnel cuando el receptor Holton recibió un balón de Derek Carr en terreno rival y se lo llevó hasta la zona de anotación. La jugada acumuló sesenta y cuatro yardas y supuso el primer y único touchdown de los Raiders en el encuentro. Tras la posterior conversión de punto extra, ambos equipos llevaron el encuentro al descanso con los Broncos arriba en el marcador por 7-10.

Si bien consiguieron mantener la ventaja hasta el descanso, la inercia ofensiva era otro cantar. La defensa de Oakland agobiaba a Siemian, que tenía que confiar en Anderson y Charles para mover las cadenas. No fue hasta mediado el tercer cuarto que, tras un intercambio de secuencias ofensivas infructuosas, los Broncos consiguieron volver a subir puntos al marcador vía field goal, abriendo una brecha de seis puntos en el luminoso.

El resultado podría haber sido ligeramente diferente si, en pleno primer cuarto y todavía con siete a cero en el luminoso, los Raiders hubieran optado por chutar un field goal en cuarta y uno alrededor de la treinta de Denver en vez de elegir ir a por el primer down, sin éxito. No sería la única vez que un exceso de riesgo pasaría factura a los Raiders. Tampoco la suerte los acompañaba, pues en una jugada posterior Derek Carr fue derribado y recibió un golpe en la espalda, obligándolo a abandonar el terreno de juego y a dejar paso a su suplente, el ex de los Bills, EJ Manuel. 

Los Broncos no dejaron que progresara la secuencia ofensiva del segundo quarterback de los Raiders y les obligaron a chutar un punt. Aquí es donde vuelve a aparecer el exceso de riesgo que comentábamos previamente, ya que Marquette King amagó la patada y corrió con el balón en busca del primer down. La jugada no llegó lejos y los Broncos se hicieron con el balón en territorio rival. Por si eso fuera poco, en el calor del momento, Marquette King lanzó el balón a un jugador rival tras la jugada, ocasionando una penalización por conducta antideportiva y acercando a los Broncos aún más a la zona de anotación. La defensa de los Raiders continuó haciéndose fuerte y consiguió que aquel incidente quedase únicamente en la concesión de tres puntos al rival, lo que colocaba a los Broncos nueve puntos por encima y obligaba a los Raiders a anotar dos veces.

A pesar de que Manuel comenzó completando sus primeros pases e incluso metió miedo a la parroquia de Colorado con una gran jugada de casi treinta yardas conectada con Jared Cook, el ataque de los Raiders solo consiguió anotar un field goal y reducir la diferencia a seis puntos. Lo que daba esperanzas a los visitantes es que todavía los Broncos sufrían para mover el balón e incluso para anotar. McManus, el pateador local, había fallado previamente un gol de campo relativamente sencillo que habría puesto una diferencia importante en el marcador.

Con el balón en las manos de EJ Manuel, seis puntos de diferencia y el reloj acercándose al final, los Oakland Raiders marchaban por el campo en dirección a la zona de anotación. Una serie de pases cortos y varias yardas conseguidas tras las recepciones acercaron a los visitantes a la zona noble. Con los postes a tiro de piedra, Manuel buscó a Amari Cooper en las alturas. Quien bajó con el balón, sin embargo, fue Justin Simmons, safety de los Denver Broncos, que con un salto espectacular y una gran concentración se llevó el ovoide y puso punto y final a un encuentro en el que ambos ataques sufrieron para imponer su voluntad y donde finalmente fue la defensa de Denver la que consiguió llevarse el gato al agua.

La derrota aleja a los Raiders de sus objetivos. La AFC Oeste es probablemente la división más dura de la liga, y tener que pelear la plaza de playoff con Denver y Kansas City es un reto importante. Con el balance de dos victorias y dos derrotas caen al tercer puesto por detrás de los propios Broncos y de unos invictos Chiefs que buscarán su cuarta victoria ante los Redskins el lunes por la noche. La lesión de Carr es un asunto a tener en cuenta a lo largo de la semana, pues está en juego su disponibilidad para el duelo con los Baltimore Ravens el próximo domingo. Los Raiders no pueden permitirse muchos más tropiezos si quieren estar en la lucha en enero.

Los Broncos tienen una situación mucho más cómoda. Tras la victoria en casa se colocan con tres victorias y una sola derrota. Tendrán un ojo puesto en lo que hagan los Chiefs en el Monday Night Football, mientras con el otro miran al horizonte y a la semana de descanso de la que disfrutarán la próxima jornada. No volverán a los terrenos de juego hasta el domingo 15 de octubre, cuando se las verán, de nuevo en su casa, con unos New York Giants que no conocen la victoria en la presente campaña.