A los Ravens se les acumulan los problemas en todas las líneas, ya que cuentan con infinidad de lesionados, les falta Brandon Williams en defensa y en ataque son prácticamente ineficaces porque apenas pisan suelo rival. El conjunto echa de menos un buen corredor, porque tanto Terrance West como Collins no terminan de cuajar en el equipo.                    

Ante esta situación, el encuentro que se les presentó a los Steelers fue sencillo, ya que sin mucho esfuerzo consiguieron controlar el partido cerrándose atrás y mandando balones a la carrera de Le ´Veon Bell.

De este modo llegaron al descanso con un 0-19 a favor de los de Pittsburgh, que reflejaba la debilidad de los locales y la efectividad de los visitantes.

A la vuelta de los vestuarios el partido se animó un poco tras una pérdida de Antonio Brown que propició un touchdown para los Ravens, que finalmente no subió al marcador porque los árbitros ya habían finalizado la jugada. Pero tras la revisión de vídeo tuvieron que dar por buenas las quejas de los Ravens, aunque no consiguieron el touchdown, ya que tuvieron que reiniciar a jugada a 18 yardas de la zona de anotación y se tuvieron que conformar con un field goal.   

Después de esto el partido siguió con la tónica que tenía hasta entonces, pero a mitad del tercer cuarto una buena carrera de 50 yardas por parte de Alex Collins hizo que dos jugadas después Mike Wallace lograra un touchdown para poner el 9-19 en el electrónico. Tras esta jugada parecía que los Ravens iban a coger la iniciativa del partido para intentar remontar, pero no fue nada más que un espejismo.

Finalmente, el partido concluyó 9-26 para los Steelers que fue superior sin hacer mucho y se afianza como líder del grupo, mientras que los Ravens confirmaron que están en horas bajas y tendrán que entrenar duro para volver  levantar la cabeza.