Después de la lesión de la semana pasada de Aaron Rodgers los Packers volvían a Lambeau. Los focos mirando al nuevo QB de los Packers. Los Saints después del partido contra los Lions querían seguir con la buena racha. Además era el primer choque como titular de Hundley con los queseros. La primera titularidad y con los efectivos en ataque y defensa para liderar a Green Bay. Los Saints a confiar en su ataque como de costumbre. El partido parecía una mezcla difícil de predecir. 

Y si difícil era predecir más complicado lo dejaban los equipos nada más empezar. Con Aaron Jones dominando de primeras el juego de carrera llegó el primer touchdown de la tarde con una jugada de 46 yardas. El turno era para Drew Brees y su ataque. Una secuencia larga y bien montada para empezar. Se acercaban al empate con un 5 de 5 para Brees. Llegan a la yarda 20. Tercer down. Balón para anotar y Randall intercepta a Brees. La grada enloquece. Pueden ponerse los Packers 14-0. La presión llega a Hundley. 3 y fuera. Primera oportunidad desaprovechada. Brees vuelve al campo y vuelve a ser interceptado. Esta vez por Davon House. Segundo tres y fuera de los Packers. A la tercera los Saints anotaron su primer touchdown por medio de Ingram.

Ya entrado en el segundo cuarto los Packers volvían a atacar. Ya el juego de los queseros se desarrolló mejor. Y Hundley ponía el 14-7. Había partido. Pero en ese momento desapareció el juego. Las defensas se imponían. Las presiones llegaban a los QBs y el partido se durmió. De ahí hasta el descanso todo siguió igual.

El ataque aéreo de los locales despareció en la segunda mitad.

Brees vuelve a ser un pistolero

La segunda parte empezó con poderío por parte de los Saints. Volvieron a recuperar la agilidad en ataque y Brees sacó el brazo a pasear. 13-14 en el marcador después del extra point fallado. Parecía que Brees volvía y era la peor noticia para los Packers. Los locales no eran capaces de responder y los Saints remontaron el encuentro. Se necesitaba un revulsivo en Green Bay. Pero en esta ocasión no estaba Rodgers. Aaron Jones volvía a tirar del carro local y lograban colocarse otra vez por delante. 16-17 al final del tercer cuarto. A pesar de esto las sensaciones eran agridulces. Blake Martínez era el único que mantenía el nivel defensivo y los Saints se encontraban progresivamente más acomodados. 

Llegados al último cuarto los Saints tenían el balón. Con una secuencia impecable se aproximaban a los dominios locales. Parecía el momento para que se rompiera el partido. Clinton Dix y Martínez pararon el ataque en la 26 de Green Bay. Los Saints se quedaban en tres puntos que parecían susto o muerte. Una gran defensa y recuperaban el balón. Era el momento de Brees. Por algo es de los grandes. Sin mayor dilación dejó el partido en bandeja. Él mismo anotó. Turno para Hundley. Solo llevaba 83 yardas de pase. Pero en tres jugadas fue interceptado.

Victoria para los Saints que dejaron correr el reloj. No era el mejor partido para el debut de Hundley. Y la temporada parece diluirse en Wisconsin. En Nueva Orleans siguen con el estado de gracia y con aspiraciones.

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Sobre el autor
Adrian Cobo Garcia
Amante del deporte. Periodismo (UMA)