Corrían los primeros minutos del partido que disputaba New England Patriots ante Buffalo Bills cuando el quarterback e icono de New England, Tom Brady, logró sumar otro hito a su prestigiosa carrera profesional. Brady consiguió superar las 65.000 yardas de pase, entrando así al selecto club de las 65 mil yardas. Un club integrado por un escueto número de jugadores con renombre, como Payton Manning, que con 71.940 yardas lidera el club, seguido muy de cerca por Brett Favre con 71.838 yardas, a su vez seguido por Drew Brees ocupando el tercer puesto con 69.140 yardas.

No fue el único récord cosechado por Brady en el encuentro del pasado domingo. Con la victoria conseguida, ya son 27 las ocasiones en las que Brady ha logrado vencer a los Buffalo Bills, superando así el registró de 26 victorias ante los Detroit Lions que ostentaba Brett Favre, logrando por tanto romper y ostentar la marca de jugador con mayor número de victorias ante un mismo equipo de NFL.

Brady suma y sigue, en su decimoséptima temporada en la NFL y con 40 años, sigue sumando cada semana números propios de MVP y cosechando récords a los que muy pocos tienen alcance. Estos números y récords conseguidos durante la vigente temporada generan tal expectación que provoca que hablen de él semana tras semana, catalogándolo como un firme candidato al MVP de la temporada. Aunque bien es cierto que cuando un jugador elite como Brady acostumbra a mantener ese alto nivel durante tanto tiempo, la expectación y admiración que genera se normaliza, llegando a perder el nivel de consideración del propio jugador ante otros jugadores más emergentes y sorprendentes. Es entonces donde nace la gran pregunta que trataba nuestro compañero Juan Andrade hace tan solo unas semanas, ¿debe ser Tom Brady MVP de esta temporada?