Temporada especial sin ninguna duda para los Buffalo Sabres, ya que en pocos meses celebrará su 50 aniversario. Uno de los equipos con más historia de la NHL, pero que sin embargo, lleva muchos años estancado y haciendo temporadas para olvidar.

Hoy por hoy, todo el mundo en Buffalo: prensa, afición, directiva y jugadores, está muy ilusionado con esta temporada, y tanto es así que se la ha bautizado como “the golden seasson” o la temporada dorada, además, hay motivos para creer que así será ya que el equipo ha empezado como un tiro en la liga.

Krueger, un entrenador diferente

Un buen comienzo no quiere decir que conlleve un gran final, de hecho, ya vivimos esa historia con los Sabres la pasada temporada, dónde el equipo tuvo tres grandes meses que fueron  octubre, noviembre y diciembre, y se olvidó de que la competición duraba tres meses más y en los 57 partidos restantes sólo ganaron 16, poco más que añadir.

Pero vamos a centrarnos en el presente, y el presente de momento pinta muy bien para los “nuevos” Sabres de Ralph Krueger. El nuevo entrenador llegó a Buffalo con la misión de lograr un puesto en playoffs en la temporada del 50 aniversario del equipo, hecho que no se consigue desde la temporada 2010-11.

Además, Krueger está sabiendo colocar las piezas magistralmente tanto en ataque como en defensa, lo que hace que se vea un equipo muy diferente al del año pasado, un equipo que no sufre tanto en defensa, de hecho, lleva dos partidos con la portería a cero. Un equipo que también está sabiendo aprovechar las superioridades numéricas, lo que demuestra que se trabaja mucho tácticamente y la culpa de ese éxito es sin duda de Krueger.

Todo eso explica que los Sabres lleven 11 partidos jugados con 8 victorias, dos derrotas (la última, esta pasada madrugada en el Madison ante los Rangers), y una derrota en la prórroga, en lo que es el mejor comienzo en liga de los Sabres desde la temporada 2009-10.

Ralph Krueger en definitiva, es el polo opuesto a Phil Housley, el entrenador que dirigió con poco éxito a los Sabres los tres últimos años. Housley, con un estricto y complejo sistema posicional, sacaba mucho menos rendimiento a sus pupilos, que Krueger con un sistema digamos más dinámico, y que deja más libertad de movimiento a los jugadores.

Aprender de los errores pasados

Como he dicho antes, la temporada pasada acabó siendo un borrón en la historia para los Sabres, pero no hay mal que por bien no venga y tanto entrenador como jugadores están concienciados para no repetir los errores que se cometieron.

En declaraciones hechas a principios de esta semana, previa al partido contra Anaheim, el capitán y mejor jugador de la plantilla Jack Eichel quiso referirse a esos fantasmas del pasado: “Hemos crecido y creo que se puede aprender mucho del año pasado, pero no nos preocupa eso tanto, como simplemente tratar de ser un buen equipo noche tras noche”.

Esa es la filosofía que está inyectando Krueger al equipo, ir partido a partido, olvidarse de los partidos que se llevan ganados y centrarse en el siguiente como si de una final se tratara, ese es el camino que muy posiblemente y en su temporada dorada, lleve a los Sabres de una vez a los playoffs.