El Gobierno Local dio la voz de alarma y borró de un plumazo la imagen modélica que se tenía de la candidatura nipona. El sosiego y la templanza de la cultura japonesa parecen haberse diluido en el proyecto olímpico que según un informe redactado por expertos a raíz de la petición del gobierno del Área Metropolitana de Tokio. Y es que los 700.000 millones de yenes previstos en el presupuesto inicial se pueden convertir en tres billones de yenes.

Se descartó el diseño inicial previsto para el estadio olímpico, de la arquitecta Zaha Hadid, por ser muy caro

Una de las prioridades de la nueva gobernadora, Yuriko Koike, es la reducción de costes en la organización de los Juegos Olímpicos por lo que el informe no es un mero diagnóstico de la situación, sino que también incluye propuestas y reformas que se deberían llevar a cabo para minimizar al máximo este inesperado incremento del presupuesto. Algunas de ellas son la utilización de instalaciones ya existentes y el traslado de otras lejos de la capital nipona. También apuesta por reutilizar instalaciones ya existentes de cara a la natación y descentralizar las pruebas de remo y canoa, olvidando así la megalómana idea de celebrarlas en la Bahía de Tokio, para lo que habría que construir un nuevo complejo, mientras que ya existe uno en Miyagi.

En los últimos meses, casi un tercio de las sedes previstas se han modificado, dejando en agua de borrajas una de las grandes ventajas por las que Tokio ganó la candidatura, que era la cercanía de todas las instalaciones en torno a la capital nipona y a la Villa Olímpica. Estas propuestas habrán de ser estudiadas por el Gobierno la ciudad de Tokio, que podría adoptar algunas de ellas. Quedan casi cuatro años pero el panorama no parece ser muy alentador.