Y se acabó, aunque quizá no del todo. Se acabó la dupla tan fantástica que hicieron Mercedes y Hamilton en 2014 y 2015, los años en los que las flechas plateadas dominaron de cabo a rabo. Su ya ex compañero de equipo, Nico Rosberg, logró vencerle en la pasada temporada, en un final agónico y no apto para cardíacos. Por segunda vez desde que llegó en 2007 a la Fórmula 1, Lewis Hamilton no ganaba el título cuando tenía opciones claras de hacerlo, las dos veces terminó como subcampeón.

Y es que Lewis, ha tenido una temporada complicada, con más dificultades que facilidades, pues la suerte no le ha acompañado esta vez. El cielo se oscurecia cada vez que debía aclararse, y es que, esta vez, no pudo ver la luz al final del túnel en su intento de remontada, para revalidar el título logrado en la pasada campaña.

Lewis Hamilton en la Gala de premios de la FIA | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton en la Gala de premios de la FIA | Foto: Getty Images

No siempre pueden ser rosas lo que tengas en el camino, a veces, aparecen zarzas, y te quedas enganchado sin ver salida alguna. Esto es exactamente lo que le pasó al inglés en la pasada temporada, cuando trataba de tranquilizar sus propias aguas para revertir la situación que tenía, volvía a estropearlo con declaraciones fuera de lugar, quedándose atrapado en ellas sin ver salida alguna, hasta que el equipo le hacía rectificar y pedía perdón. Ocurrió más de una vez a lo largo de la temporada, algo que perjudicó a Lewis más que benefició.

Un inicio complicado

Pintaban bastos para Rosberg en el inicio del tercer año con Mercedes a lo más alto. Lewis volvía con energías renovadas, pero lo estropeó nada más empezar el primer Gran Premio. Una mala salida condenó el resto de su carrera, a pesar de que terminaría salvando los muebles y finalizaba justo por detrás de su compañero de equipo. Llegaba el segundo fin de semana del año, el mundial no había hecho más que empezar. Pues bien, el inglés volvía a arruinar su carrera nada más empezar, aunque esta vez, un toque por el costado en el monoplaza de Lewis ayudó a Rosberg a cruzar la línea de meta como vencedor, y conseguía de esta manera, cinco victorias consecutivas, además de aumentar su ventaja por diez puntos más.

Lewis Hamilton durante el GP de Russia | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton durante el GP de Russia | Foto: Getty Images

Llegaban el tercero y cuarto gran premio del año, dos citas para olvidar en la memoría del británico. Un problema con el ERS en la Q1 de China y un problema técnico en la Q3 de Rusia, desquiciaban a Hamilton y le dejaban a 43 puntos de Nico Rosberg, ventaja de la que jamás había gozado en años anteriores. Con este gran inicio, el alemán sumaba siete victorias seguidas, hito que no conocía en su palmarés.

El giro de 180º en el mundial

Gran Premio de España. Catalunya. Circuito de Montmeló. Donde el mundial dio un giro a favor de Lewis Hamilton para devolverle la ilusión de que todavía no había nada perdido. Una carrera para la historia, sin los Mercedes. Otra mala salida desde la primera posición del británico y la necesidad de quedar sí o sí por delante de Nico, hizo que los nervios explotaran dentro de su casco tras la tercera curva del circuito, perdiera el control de su W07 y seguidamente impactara contra el de Rosberg, dejando vía libre a Red Bull y Ferrari para pelear por la primera victoria, no Mercedes, de la temporada.

Lewis Hamilton tras abandonar el GP de España | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton tras abandonar el GP de España | Foto: Getty Images

A partir de ahí, Lewis se centró y volvió a ser el que en 2014 y 2015 había sido, superior a cualquier rival que se pusiera en su camino. Desde Mónaco hasta Alemania, cinco victorias en seis grandes premios, solo dejándose vencer en el Gran Premio de Europa, en Bakú, el circuito que por primera vez entraba en el mundial de F1. Carrerones bajo la lluvia de Mónaco, teniendo que aguantar a Daniel Ricciardo por detrás durante vueltas y vueltas, o en Gran Bretaña, donde la concentración tuvo que estar en todo momento dentro de él para conseguir una fantástica victoria delante de su afición.

Líder justo antes del parón

Hungría fue el giro definitivo, aunque temporal, al mundial. Lewis Hamilton volvía a demostrar por qué era el mejor piloto de la parrilla e hizo lo que quiso y cuando quiso, ante un Nico Rosberg desesperado por la estrategia de su compañero. Durmió y despertó la carrera cuando hizo falta y no dejó ninguna opción a sus rivales, más que viesen de cerca su alerón trasero. Con ese fantástico fin de semana, el inglés se coronaba como el piloto que más veces ha vencido en Hungría.

Lewis Hamilton celebrando su victoria en Hungría y su liderato | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton celebrando su victoria en Hungría y su liderato | Foto: Getty Images

Las vacaciones le trastocan

Parecía que todo iba a ser como en 2015, líder y directo hacia el título una vez más, sin que Nico pudiera hacer nada, pero no, tras el parón veraniego algo cambió de nuevo. Volvió a aparecer el Hamilton de principio de temporada, el que cometía errores impropios que le condenaban en la lucha con su compañero de equipo. No fue fácil para él tener que remontar todos esos puntos que se dejó, pero lo consiguió. Estaba siendo, quizá, la temporada más madura del inglés en la Fórmula 1, pero las vacaciones le trastocaron el final.

Bélgica, Italia y Singapur hicieron ver la oscuridad al inglés. Tras estas tres carreras, llegaba Malasia, donde el mundial se decidió. Lewis tenía que volver a centrarse en su pilotaje y volver a remontar para recuperar el liderato. Pero pasó lo que ni él ni su equipo esperaban que pasara, Lewis rompía el motor de su Mercedes y dejaba vía libre a Nico Rosberg para que añadiera 15 puntos más de margen a su casillero. No tuvo la culpa, tras la carrera volvió a cargar contra su propio equipo por un posible boicot en su contra. Japón fue el fin, una vez más, la salida le condenó. Rosberg ganaba la carrera y Lewis era tercero. A partir de ahí, al alemán le valía con ser segundo en cada carrera.

Lewis Hamilton tras romper en Malasia | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton tras romper en Malasia | Foto: Getty Images

Perfecto final sin recompensa

Llegaban las cuatro últimas citas del año. A Lewis solo le valía ganar, ganar y ganar, y esperar un fallo de Nico. Ambos cumplieron con sus objetivos. El inglés ganó las últimas cuatro carrera de la temporada, pero el alemán terminó justo por detrás en todas. Fue en Brasil y en Abu Dhabi donde el mundial le tambaleó a Rosberg por momentos, pero como campeón justo que terminó siendo, supo controlar todo en cada momento.

Una carrera loca bajo la lluvia de Interlagos, y con los nervios a flor de piel en la negra noche de Abu Dhabi, fueron la consagración de que Lewis es uno de los mejores pilotos de la parrilla, al igual que Nico, que controló sus emociones en todo momento. Hubo polémica con Mercedes por las últimas vueltas de Lewis, criticado por lo lento que llegó a ir para ralentizar la carrera y que Verstappen y Vettel llegaran a Rosberg. La táctica no funcionó, y aunque era esperada por todos, sorprendió a propios y extraños.

Lewis Hamilton ralentizando la última carrera | Foto: Getty Images
Lewis Hamilton ralentizando la última carrera | Foto: Getty Images

Un final de temporada perfecto para Lewis Hamilton, que esta vez se quedó sin la máxima recompensa: el cuarto título mundial en su palmarés. Lewis es, tras ese final de mundial y todas las polémicas durante el año, el amante bandido de Mercedes.