Las heridas. Dicen que la aguja que las cose es aquella que forma la manecilla de un reloj. Sin embargo, hay heridas, que el tiempo no sabe curar. Como la de aquel 3 de junio. Un día en el que la familia de MotoGP se tiñó de luto con la vida que se llevó aquella curva 12 del circuito de Montmeló. En ese instante, las agujas que deberían ser las encargadas de coser la brecha que se abrió, quedaron congeladas parando el tiempo, y la caravana mundialista perdió a uno de los pilotos más queridos del Mundial.

Luis Salom se marchó, pero dejó en el recuerdo esa maravillosa sonrisa con la que consiguió conquistar a todo el mundo. Una fuente de alegría. Una brisa de aire fresco. Eso era Luis. Aunque para él, simplemente "un chico normal que corre en moto". Pero se equivocaba. Normal no podía ser una persona que contagiaba de alegría a aquellos que estaban con él y a la vez, les hacía  felices con su ejemplo. Y es, precisamente esto, lo que se pretende reflejar en esta iniciativa lanzada por la madre del piloto balear.

A través de las redes sociales, María, la inseparable de Luis y su mano derecha, o más bien, todas las extremidades de su cuerpo dentro del paddock de MotoGP, comunicó que "siente la necesidad de plasmar en un libro cómo era Luis". Y quiere hacerlo de forma especial. Mostrando su lado más humano. El objetivo, es construir este nuevo homenaje recogiendo todas aquellas anécdotas y recuerdos alegres, que reflejen toda la sinceridad que se escondía detrás de esa sonrisa de niño pequeño, que disfrutaba como nadie haciendo lo que más le gustaba: correr en moto. Su profesión, su pasión, su vida.

Para ello, se ofrece a todo aquel que quiera, la posibilidad de formar parte de este proyecto enviando a [email protected] un texto en formato  Word y una extensión de no más de una página y media, todos aquellos recuerdos vinculados al 'Mexicano' que hagan de este libro, una historia para el recuerdo. 

Mensaje publicado en las RRSS | Foto: Twitter Luis Salom
Comunicado publicado en las RRSS | Foto: Twitter Luis Salom

Carisma, agresividad, exigencia consigo mismo, inconformismo, felicidad y pasión por las motos y por su puesto, por su madre, era algo que no le faltaba a Luis. Es más, lo derrochaba. Y con todo esto,  ha conseguido ser lo que es a día de hoy: inolvidable. El dorsal '39' no volverá a lucir de nuevo en un circuito del Mundial pero su jinete, seguirá cabalgando hasta la victoria. Siempre. 

Todo esto va por ti, Luis.