Tras el escándalo desatado el pasado domingo en el circuito de Termas de Río Hondo durante el Gran Premio de Argentina, Marc Márquez ha reaparecido en Sao Paulo (Brasil) con motivo de un evento publicitario llevado a cabo por una de sus marcas. Con toda la polémica aún muy fresca y presente, el español ha evitado responder a casi todas las preguntas relacionadas con su guerra con Valentino Rossi y los incidentes de la pasada carrera.

El actual campeón del mundo se vio obligado a salir del circuito argentino rodeado de su equipo y un dispositivo de seguridad contratado, debido a la cantidad de gente que le esperaba a la salida de su box, dentro del paddock. Los aficionados tifosi no compartieron muy buenas palabras con el de Cervera, a quien recriminaban la acción cometida en pista que se saldó con la caída del italiano y una sanción de 30 segundos, lo que le dejó fuera de los puntos.

Durante su presentación en Brasil, el piloto del Repsol Honda Team dejó claro que, a pesar de los constantes errores que cometió en Argentina, de los cuales se lamenta y acepta, no cambiará su estilo de pilotaje tan agresivo que le caracteriza. Buscar los límites va a seguir estando dentro de sus planes, pero sin sobrepasar la línea y las reglas establecidas, no como el pasado domingo, cuando la ambición se apoderó de su persona. Al fin y al cabo es esa agresividad la que le define y la que deja grandes imágenes para el recuerdo, como las múltiples batallas con Andrea Dovizioso durante las últimas carreras. 

"Voy a seguir siendo el mismo. Siempre he intentado correr con intensidad, pero la carrera de Argentina fue un cúmulo de circunstancias y un cúmulo de cosas", declaraba Marc Márquez a la prensa durante el evento. A este comentario el #93 añadió que Valentino Rossi es "uno más" en la pista.