Fernando Alonso no ha podido terminar el Gran Premio de Estados Unidos. El español partía desde la decimotercera posición, pero un toque en la salida con Stroll le dejó fuera en los primeros metros y, aunque consiguió llevar su MCL33 al garaje, los daños eran notables y tuvo que retirarse. 

Tras bajarse del monoplaza, el piloto estaba visiblemente enfadado tras perder una carrera más, y ya solo son tres las que le quedan en la Fórmula 1. "Cuando sales en medio del grupo es extraño que tengan el nivel tan bajo que tienen. Hasta que algún día haya un accidente muy gordo y hagan algo, hasta ese momento intentaremos disfrutar en otras categorías que corremos con 34 coches, con gente amateur, con señores de 60 años, y nunca pasa nada. Aquí hay que poner los bumpers, como los karts de alquiler, para que nos choquemos todos contra todos", comentó. 

Alonso también resaltó que en otras ocasiones ha hecho una salida arriesgada, ha cometido algún error o se ha pasado de frenada, pero en la salida de Austin considera que han jugado a los bolos con él, al igual que sucedió en Spa. Además, opina que entra en juego la mala suerte, ya que en Japón Vettel y Verstappen se tocaron, ha habido otros toques importantes a lo largo de la temporada, han saltado monoplazas por los aires y han conseguido terminar la carrera: "Nosotros cada vez que nos tocamos es un destrozo del coche". 

Tras el incidente, la FIA decidió sancionar a Stroll con un drive trought, aunque la sanción no cambia en absoluto la situación. "Puedes ir más rápido o más despacio, sumar puntos o no, pero por lo menos terminar la carrera", comentó. El asturiano volvió a mostrar su frustración tras pasar en Austin nueve días para poder hacer tan solo 300 metros: "Te queda mal sabor de boca, pero ahora ya no se puede hacer nada, solo intentar preparar México".