A finales del pasado mes de enero se inició en Wuhan, una población china, un brote de coronavirus, que a día de hoy ha causado 1.300 muertos y más de 60.000 contagios en todo el mundo.

Las autoridades chinas recomendaron cancelar todo tipo de eventos, incluidos los deportivos. Pocos días después de este aviso, la FIA sacó un comunicado en el que afirmaba estar al corriente de la epidemia y que, en caso de que fuera necesario, tomarían cartas en el asunto. Por lo tanto, el GP de China en ese momento, seguía en pie. Poco después, la OMS declaraba este brote de coronavirus una emergencia de salud mundial.

El grupo Juss Sports, promotor del Gran Premio de China, propuso el aplazamiento de éste en una reunión de urgencia con la Administración de Deporte de Shanghai y la CAMF (Federación de Deportes de Automovilismo y Motociclismo de China). La organización de la Fórmula 1, juntamente con la FIA aceptaron la petición y lanzaron un comunicado al respecto.

Ambas organizaciones aseguran que toman la decisión para preservar la salud de pilotos, equipos, organización, fans y demás participantes de la carrera. En el escrito, también comentan que siguen trabajando con los equipos, el promotor de la carrera, la CAMF y las autoridades locales para monitorizar la situación del país y estudiar con todas las partes implicadas diferentes fechas alternativas para más adelante, cuando hayan podido controlar el brote.

La fecha prevista para el Gran Premio era del 16 al 19 de abril, por lo tanto, después del aplazamiento oficial habrá un parón de prácticamente un mes entre Vietnam y Países Bajos.

"El Grand Prix de China siempre ha sido una parte muy importante del calendario y los fans allí son increíbles", declaraba la Fórmula 1. "Todos esperamos correr en China lo antes posible y deseamos lo mejor y mucha fuerza para el país en esta difícil situación.