Viendo la flamante trayectoria de Lewis Hamilton es difícil no hacer comparaciones con Schumi. Mientras el alemán tiene 7 títulos, 91 victorias y 155 podios, el británico acumula ya 6 títulos, 84 victorias y 150 podios. Teniendo en cuenta que a Hamilton deberían quedarle unos cuantos años más de trayectoria, no es ninguna locura pensar que puede llegar a la altura del piloto más laureado de todos los tiempos, e incluso superarle.

Hamilton llegó al gran circo como un gran talento, y en su primera temporada en 2007 ya competía para McLaren. Nada más llegar, demostró sus tremendas aptitudes y estuvo muy cerca de lograr el título en su año de rookie. Título que llegaría un año después en Interlagos, tras adelantar a Timo Glock en la última curva. La carrera de Hamilton en Formula 1 acababa de empezar y ya se había proclamado campeón del mundo, el más joven de la historia en aquel entonces. El británico no ha conocido nunca lo que es tener un coche de tabla media.

Los años en McLaren pasaban y Hamilton no ganó ningún mundial más con los de Woking. Probablemente, su peor temporada fue la de 2011, en la que fue claramente superado por su compañero de equipo Jenson Button. Estuvo cerca de proclamarse bicampeón en 2010 y 2012, pero ambos títulos acabaron en manos de Sebastian Vettel.

En 2013 cambió de aires y se marchó a Mercedes, una escudería con un proyecto ambicioso para la era turbo que comenzaba en 2014. Tras un año de transición, Hamilton se encontró con el mejor coche de la parrilla desde 2014 hasta la actualidad. Solo Nico Rosberg fue capaz de ganarle un mundial desde entonces, en 2016. El británico ha ganado cinco mundiales en los últimos seis años con Mercedes.

Durante su carrera, hemos visto la evolución del piloto británico, que se ha convertido en uno de los mejores de la historia. En sus inicios, era agresivo en exceso y no se le daba bien gestionar las gomas, lo que le costó más de un disgusto. En su etapa en Mercedes se ha visto a un piloto maduro, rápido y consistente, características que le han permitido ganar todo lo que ha ganado. Además, hay algo que no ha perdido desde que era joven, y es su gran habilidad sobre pista mojada. Todas estas virtudes montadas en el mejor coche de la parrilla hacen posible superar a un mito como Michael Schumacher.