Es el día elegido por los equipos de pruebas de cada fábrica y pilotos titulares que así deseen participar pero con moto de calle. Dentro de pilotos de fábrica encontramos a Jorge Lorenzo, que reaparece nueve meses después a los lomos de la M1. Tal como recoge AS y el propio Jorge, sus objetivos están claros:

  • Primero, “reencontrarme con la moto, he estado 9 meses sin rodar una MotoGP, es mucho, casi un año”. Nunca ha tenido tantos meses de parón “A ello le sumamos que es un circuito complicado, con muchas subidas y bajadas, puntos ciegos, etc.”
  • Y el segundo, “hacer un cambio bueno para que cuando lleguen los pilotos oficiales tengan la moto más o menos a punto”

A la pregunta si será la última vez que le veamos encima de la MotoGP lo tiene claro: "Me gustaría seguir como probador, creo que es un trabajo casi perfecto. Sólo me falta la sensación de ganar y luchar por un mundial, pero por el resto, es perfecto. Entrenas pocos días, tienes mucho tiempo libre. Me gustaría seguir y la prioridad es hacerlo con Yamaha”.

En lo que va de temporada, ha sorprendido la escasa tarea del equipo de pruebas de Yamaha con Lorenzo al frente. En la rueda de prensa previa a la primera carrera de Misano, Rossi y Quartararo dijeron que no entendían la razón por la que el español no había hecho más quilómetros. La razón es sencilla, “el COVID lo complicó todo”. Habían programado 15 o 16 días de test, al final con la cuarentena no se podían desplazar ni pilotos ni mecánicos,” por lo que se cancelaron "todos nuestros entrenos”.