Hector Barberá se enfrenta de nuevo a la Justicia por estafa y falsificación de documentos tras haberse confirmado que volvería a participar en el Britush Superbike. 

El 2023 no ha empezado de la mejor forma para el piloto valenciano Hector Barberá. El subcampeón del Mundo de 125cc en 2004 y de 250cc en 2009 está siendo investigado por una presunta estafa y  falsificación en documento mercantil en el marco de una compra-venta de un vehículo Esta compra habría sido realizada en junio de 2020, varios meses después de que su permiso de residencia en Andorra caducase. Pese a haber firmado hace meses su presencia en el British Superbike  este contratiempo judicial perjudica gravemente su imagen. 

En 2014, el valenciano se trasladaría hasta Andorra para establecer allí su residencia gracias a una autorización de interés deportivo, por lo que tendría autorización para vivir en dicho país hasta diciembre del 2019, fecha en la que caducaría y en la que no consta la realización de una renovación oficial. En 2015, abriría una sociedad, HBV Racer SLU a través de la cual gestionar sus patrocinios, derechos de imagen u operaciones inmobiliarias. 

Sin embargo, sería en julio de 2020 cuando Barberá recibiese una reclamación como una deuda interpuesta por un concesionario del Principado. Según recoge la denuncia, Barberá habría acordado la adquisición de una furgoneta Mercedes Vito blanca y de segunda mano por un valor de 13.500 euros que el concesionario nunca llegó a recibir pese a que el piloto presentara en reiteradas ocasiones un documento de transferencia bancaria en el que reflejase dicha operación.  

La imposibilidad de poder contactar con el piloto para realizar correctamente la operación movilizó a los responsables del concesionario a interponer una denuncia policial. Tras realizar un análisis del caso y de la revisión de los papeles dados por Barberá con la supuesta transferencia bancaria, incluidos en la denuncia, la policía concluyó que el piloto habría usado una copia de un justificante de transferencia anterior para modificar algunos datos. 

De este modo, la situación se complicó obligando a la policía pedir que la Alcaldía participe activamente en el caso: la Alcaldía que ya había dictado la búsqueda y captura en su contra por otro asunto, ahora le acusaba de estafa y falsificación documental. Además de promover las acciones necesarias para localizar el vehículo, clave en la compraventa fraudulenta. 

No obstante, en estos momentos el piloto, a efectos de la Justicia andorrana, se encuentra en paradero desconocido. Barberá podría estar en algún punto de la Comunidad Valenciana, ya que su última residencia conocida está en la pleta de Sant Pere, en el Tarter y su tarjeta de residencia en el país andorrano está caducada desde diciembre del 2019.  Habrá que esperar al inicio de la British Superbike para volver a ver al piloto y conocer, si es posible, su versión sobre esta situación. 

UN HISTORIAL MANCHADO POR PROBLEMAS JUDICIALES

Su paso por las categorías pequeñas (antiguas Moto3 y Moto2) fue fructífera. El valenciano se presentaba como una joven promesa del mundo del motor tras lograr dos subcampeonatos. De la mano del equipo de Sito Pons lograría este segundo título, además de dar el salto a la Categoría Reina y estar dos años trabajando en su proyecto.

Para la temporada 2012 anunciaría su fichaje por el equipo español Avintia Racing, pero una lesión en el parón veraniego y un fuerte accidente en el GP de Indianápolis le alejaron de los circuitos. Desde ese momento, la situación de Barberá sería complicada, y tomaría mayor protagonismo fuera del asfalto. En mayo de 2013 sería condenado, junto a su pareja, a cumplir seis meses de cárcel por mutua agresión. Tras esta situación, volvería a formar parte del Mundial junto al equipo Pons Racing en la categoría de Moto2, pero pronto rescindirián su contrato: Barberá sería condenado por el Juzgado de Instrucción de Valencia a 22 días de trabajo comunitario y una retirada inmediata del carne tras triplicar la tasa permitida de alcohol al volante.

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