Este año ha sido como una montaña rusa para el menor de la dinastía Márquez. Empezó como candidato al título junto a su compañero de equipo Franco Morbidelli, el que finalmente se lo llevó, y Thomas Luthi. Ha sido una temporada con momentos buenos, como su primera victoria en Moto2 en el Gran Premio de España y momentos malos, como su lesión de cadera en el Gran Premio de San Marino, que hizo que sus opciones al título se desvaneciera.

Gira a gira

En Qatar todo empezó en su línea, acabó quinto habiendo clasificado segundo, un resultado no tan malo para comenzar el año, pero en Argentina tuvo la mala suerte de cometer un error cuando iba segundo, salió despedido de su moto y acabó en vigésimoprimera posición. No obstante, en Austin pudo volver a su lugar acabando cuarto y en Jerez llegó lo más deseado: la victoria. El fin de semana del Gran Premio de España hizo el mejor registro en el clasificatorio y tras una dura batalla con Franco Morbidelli -el que cayó y le dio vía libre a Márquez para vencer- consiguió su primera victoria en Moto2.

Siguiendo con la gira europea; en Francia, Italia, Catalunya y los Países Bajos siguió consolidando buenas posiciones: cuarto, tercero, primero y sexto respectivamente. Todo ello se contrastó en Alemania donde cayó y no clasificó. En Brno acabó quinto y en Spielberg segundo, repitiendo así resultados en el grupo de cabeza como ya estaba acostumbrado a hacer el de Cervera. Bajó de su zona de confort en Silverstone, clasificando decimocuarto casi al Ecuador de los puntos, y en Misano llegó la odisea: brutal caída en el primer entrenamiento del viernes y lesión de cadera que le impidió seguir realizando e Gran Premio y recortó sus opciones al título que ya eran casi nulas.

Volviendo a España, en Aragón no clasificó aún habiendo salido desde la primera línea a causa del dolor que todavía arrastraba de su lesión, que no estaba completamente curada. Con un sabor agridulce llegaba a la gira asiática, en la que volvió a saborear la victoria en Japón, quedó sexto en Australia y recayó en Malasia donde cometió un error y se fue a la grava. En Valencia, el último Gran Premio de la temporada y en territorio español, se llevó la pole pero tras sufrir con el neumático pudo aguantar hasta acabar quinto.

Cara y cruz en una temporada para aprender

Sin duda el mejor momento para Álex Márquez fue conseguir la pole en Jerez y además ganar, siendo aquella su primera victoria en la categoría intermedia. Fue una carrera de batalla y adelantamientos con su compañero de garaje Franco Morbidelli, hasta que desgraciadamente el italiano cayó dejándole la primera posición al español, que tuvo varios segundos de ventaja respecto al grupo perseguidor.

“La carrera ha sido difícil con mucho calor y cuando vi a Franco caerse, entendí que era fácil cometer un error. Estaba en el límite con el agarre delante así que controlé la ventaja con los pilotos que venían por detrás. No me imaginaba una victoria así delante de mis fans”, describía así la carrera del Gran Premio de España.

Por otro lado, el peor momento en el año del de Cervera ha sido su lesión de cadera en el Gran Premio de San Marino. Se llevaba a cabo la primera práctica libre del fin de semana cuando al joven español se le fue la adherencia en el neumático trasero, saliendo así por los aires y llevándose un tremendo golpe en la parte izquierda de su cadera, lo que hizo que no pudiera volver a subirse a la moto durante todo el fin de semana.

“Llego a Aragón después de caerme en Misano y aunque mi condición física es buena, todavía no me he recuperado totalmente de la lesión. Veremos cómo va, pero llego a la última carrera antes del triplete súper motivado y confío en poder hacer un buen trabajo”, zanjaba Álex en su vuelta dos semanas después de la caída.

El derrape, una de sus especialidades

Se sabe que a los hermanos Márquez siempre se les ha dado de maravilla el dirt track, ya que desde pequeños están acostumbrados a este deporte -además de haber participado en el Superprestigio de Barcelona al final de la temporada-, basado en el derrape de la goma trasera en el pase por curva. Este deporte puede trasladarse a la velocidad a partir de la categoría de Moto2, ya que la moto y las dimensiones de la goma posterior lo permiten, y este es un estilo propio de Álex.

Alex Márquez en el GP de España | Foto: Lucas ADSC (VAVEL)
Alex Márquez en el GP de España | Foto: Lucas ADSC (VAVEL)

A parte del derrape, también es muy versátil en la moto, ya que las dimensiones de la Moto2 se adaptan a la altura de Álex, de 1’80m. También se le dan bien las curvas rápidas, en las que asegura que se siente más cómodo que en las lentas. Algo negativo del español es que a veces comete errores como abrir gas antes de tiempo, produciendo caídas en las que sale disparado por los aires al perder el tren trasero.

Álex Márquez pilota una Kalex Moto2 de 600c 4 tiempos, con chasis de doble viga de aluminio, suspensiones Öhlins y una caja de cambios seamless de seis velocidades. En cuanto a los frenos, los delanteros son dos discos de acero y dos pinzas de cuatro pistones Brembo; los traseros, un disco de acero inoxidable y una pinza de un solo pistón Brembo. Ambos neumáticos son Dunlop, al igual que en la categoría pequeña. El peso de la moto es de 135kg.

Alex Márquez en el GP de Aragón | Foto: Lucas ADSC (VAVEL)
Alex Márquez en el GP de Aragón | Foto: Lucas ADSC (VAVEL)

Su compañero de equipo es el actual campeón del mundo de Moto2, Franco Morbidelli. Ha liderado la clasificación mundial prácticamente toda la temporada y detrás de tanta regularidad, gracias al duro trabajo tanto de piloto como de su equipo, ha conseguido coronarse como el mejor de la categoría intermedia este año. Tras consolidar una gran temporada como la de 2017, se ganó un sitio en MotoGP con el mismo equipo (Estrella Galicia 0,0 Marc VDS) en el que pilotará una Honda satélite en compañía de uno de sus rivales de Moto2: Thomas Luthi.

Concluyendo con el año de Álex Márquez en el que además firmó una temporada más con su actual equipo para asegurar el título de Moto2 en 2018, ha sido un año positivo en el que el de Cervera quería sobre todo coger más experiencia de cara al año que viene y para 2019, temporada donde seguramente será piloto de MotoGP y quién sabe si además se llevará el título mundial de la categoría intermedia bajo el brazo.