2016 ha sido un año de “querer y no poder” para Pol Espargaró. A pesar de que ha sido la temporada en la que menos ceros ha sumado, y de haberse quedado a solo dos puntos de su mejor marca conseguida en 2014 (136 puntos hace dos años por 134 en 2016), el de Granollers ha vuelto a cerrar el año sin subirse al podio.

Pisar el cajón ha sido el objetivo de Espargaró desde que fichó por Yamaha incluso antes de ser campeón de Moto2, en 2013. Sin embargo, tras varias ocasiones quedándose a las puertas, no ha conseguido materializar ese objetivo. La frustración de una meta sin conseguir –a la que se unen los dos podios logrados por su compañero Bradley Smith en las temporadas 2014 y 2015– junto a la falta de entendimiento con la marca nipona, ha acabado rompiendo una relación que se inició como el camino a seguir para un Pol Espargaró que soñaba con llegar a ser piloto oficial de Yamaha.

Foto: Monster Yamaha Tech3

Su mejor inicio de temporada

Este año arrancó con grandes expectativas para el pequeño de los Espargaró: los cambios en el reglamento, junto al estreno del campeonato de satélites, le daban la oportunidad de brillar de una vez por todas en la categoría reina. Y así lo hizo durante las citas iniciales.

La primera mitad de 2016 ha sido el mejor arranque de Pol Espargaró en MotoGP

Los cinco primeros grandes premios los terminó entre los diez primeros y, a pesar del bache que se encontró en Italia, donde solo pudo acabar 15º, en Montmeló (5º) y Assen continuó brillando. El cuarto puesto conseguido en el trazado holandés igualaba su mejor resultado a lomos de la Yamaha. La siguiente cita, en Sachsenring, marcaba la primera mitad de la temporada y, a pesar de apuntarse su primer cero del año, Espargaró cerró su mejor arranque de año en MotoGP: 72 puntos –por los 64 conseguidos en 2015 y los 59 de 2014 –, el liderazgo de la categoría satélite y siete ‘top ten’ en nueve carreras le colocaban entre los candidatos al podio.

Superado por Crutchlow

Crutchlow terminó con la esperanza de ser mejor privado

La progresión del catalán la frenó un huracán llamado Cal Crutchlow. El inglés, a lomos de su Honda, se convirtió en su principal enemigo en la lucha por el título de mejor satélite. El reconocimiento como mejor privado empezó a escaparse cuando el ‘35’ sumó dos podios seguidos: una victoria en Brno y un segundo puesto en Silverstone. Los 45 puntos sumados por el británico por los tres puntos que Pol consiguió en esas dos citas dejaban al español muy lejos del que hasta entonces había sido su principal objetivo.

Foto: Monster Yamaha Tech3

Con el campeonato satélite complicándose, la vista de Espargaró se fijó en terminar la temporada de la mejor manera posible. A pesar de no poder mantener la tendencia del arranque, los 62 puntos sumados en las últimas nueve carreras mejoran la temporada anterior – cuando consiguió 50 puntos en la segunda mitad -, y se acercan a los 69 puntos con los que cerró las últimas citas de la temporada 2014.

De nuevo sin podio

La asignatura pendiente del granollerense sigue siendo subirse al cajón. Dos han sido las veces que más cerca ha estado, arrancando desde la primera fila de la parrilla. Fue en Le Mans hace dos temporadas y en Australia, este año, donde se clasificó tercero pero solo pudo terminar quinto.

La Yamaha satélite ha demostrado más capacidad para realizar una vuelta rápida que para mantener el ritmo de carrera, provocando que el ‘44’ se haya quedado sin el premio que esperaba. No obstante, su compañero de equipo hasta la fecha – y que lo seguirá siendo en KTM -, Bradley Smith, sí ha conseguido subir al podio en dos ocasiones: en Australia 2014 y San Marino 2015. Estos dos cajones no han hecho más que alimentar la presión que la marca de Iwata ha puesto sobre Espargaró, a quien los logros conseguidos en las 24h de Suzuka no le han bastado para ocupar un puesto en el Movistar Yamaha MotoGP.

Foto: Monster Yamaha Tech3

Adiós a Yamaha

Espargaró deja Yamaha para formar parte del nuevo proyecto de KTM

Tras el fichaje de Maverick Viñales por la escuadra oficial de Yamaha, donde ocupará el puesto que deja Jorge Lorenzo, Espargaró dijo basta. Durante las últimas tres temporadas y desde que llegó a la categoría reina, la marca japonesa había sido la encargada de atar al catalán, tratándole como piloto oficial. Sin embargo, su moto no ha sido tratada como una máquina oficial.

La falta de evolución y las promesas incumplidas han acabado por espantar al que fuese campeón del mundo de la categoría intermedia, que ha decidido dejar de esperar a Yamaha y buscar un cambio de aires en forma de fábrica austriaca. KTM llega a MotoGP junto a su inseparable patrocinador, Red Bull, con la intención de repetir lo que ya han conseguido en todos los deportes y categorías donde han participado: pelear por ganar. De momento, la motivación que Espargaró había perdido, ha vuelto: es momento de desarrollar una moto de fábrica, algo que hasta ahora no había podido hacer.