Había muchas cuentas pendientes dentro del garaje de Kawasaki para la segunda carrera de Tailandia. Tom Sykes vio como el curso pasado aterrizó a su lado Jonathan Rea. Desde entonces, le ganó cada batalla por la victoria que disputaron. Sykes se veía impotente en cada intento de ganar a su compañero. Lo intentaba por escapada, pero acababa destrozando los neumáticos antes de tiempo. Pasó de nuevo en la primera prueba de Chang, donde Rea rodó detrás de su compañero hasta que quiso dar el golpe definitivo.

Sykes no se podía permitir otra derrota ante Rea. Lo dejaría muy lejos en la general, pero, sobre todo, hundido moralmente. Se apagó el semáforo del trazado asiático y Sykes fue el mejor en arrancar. Enfiló el grupo en el primer viraje y volvió escoger la única táctica que conoce: tirar, tirar y tirar. Pero nuevamente Rea se pegó al colín verde de la Kawasaki. Por más que lo intentaba, le era imposible dejarlo descolgado. Todos habían cedido al ritmo alto del británico, pero su compañero se aferró a su rueda.

El Jonathan Rea más humano

Pasaron las vueltas y en el ecuador llegó el ataque esperado de Rea. El campeón superó con comodidad a Sykes para colocarse primero. Parecía que el guion estaba escrito. La próxima escena era ver como el 1 iba abriendo hueco poco a poco hasta ver la bandera a cuadros. Pero apareció el Sykes más agresivo. Se la devolvió hasta en dos ocasiones para recuperar el liderato. Esto lo aprovechó Chaz Davies para darles caza y sumarse a la batalla por el triunfo.

No tardó Jonathan Rea en volver a intentarlo. A siete giros del final pasó nuevamente al ataque. Superó a Sykes y éste no pudo devolverle el golpe. Esta vez sí parecía ser el adelantamiento definitivo, pero Rea demostró que los genios también se equivocan. El campeón tuvo una colada en una curva y tanto Sykes como Davies lo aprovecharon. Ambos rebasaron al campeón y le dejaron claro que no era su día.

Sykes se reencuentra

Más allá de rendirse, Rea demostró tener orgullo de campeón. A pesar de haber ganado las tres carreras previas, lo intentó de todas las maneras. Primero se deshizo de Davies y después buscó todos los huecos para hacer lo mismo con su compañero de equipo. Sykes tiró de manual para defenderse e hizo un último giro sensacional. Rea no encontró ningún lugar por el que adelantar y tuvo que conformarse con la segunda posición. Sykes lo celebró por todo lo alto, consciente de que no solo era una victoria. El campeón de 2013 mandó un mensaje a su compañero: él también está ahí para ganar el título. Se colocó segundo en la general a 29 puntos de Rea y, lo más importante, con la moral por las nubes.

Jordi Torres, octavo

El gran duelo por la victoria dejó en un segundo plano la buena actuación de Jordi Torres. El piloto español demostró que es un piloto de carreras y en cuanto se apagó el semáforo fue a por faena. Esta vez arrancó bien y rápidamente se colocó entre los diez primeros. Fue progresando con el paso de los giros y girando con pilotos con mejor material como Giugliano o Lowes, a los que ganó la partida. El piloto de Rubí pasó por meta octavo después de que su compañero lo rebasara en el última giro, pero entró cerca de pilotos oficiales como Hayden o Guintoli. El de Rubí mejora cada Gran Premio y cada vez se le ve más cómodo sobre la BMW. Por su parte, Román Ramos volvió a puntuar tras finalizar duodécimo. mientras Xavi Forés abandonó a diez vueltas del final.

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David García Martín
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