VAVEL: una forma de vida
Orla 2013 VAVEL.

Son las 15:30 de la tarde del viernes 23 de mayo y me encuentro repasando ávidamente lo que ha deparado el sorteo del cuadro final de Roland Garros. ¿Con quién se enfrentará Nadal en cuartos y semifinales? ¿Tiene Federer rivales asequibles? ¿Qué hay del resto de jugadores españoles? Estos pensamientos atraviesan mi cabeza cuando recibo sendos mensajes de dos personas a las que estaré eternamente agradecidos por brindarme esta oportunidad: David Sánchez y Francisco Javier Pérez. La emoción me embarga al leer que a partir de ese mismo día formaré parte de la redacción de tenis de VAVEL. 

La ilusión y un cierto nerviosismo, pronto tornaron en orgullo y ganas de trabajar. Tras dos semanas en las que respiré tenis por todos los poros y que culminó con mi narración del noveno título de Rafael Nadal en el Grand Slam parisino, VAVEL pasó de ser una afición para convertirse en un modo de vida. Periodismo y tenis alcanzan una simbiosis perfecta, sumiéndonos a todos en un ambiente de trabajo excelente. 

Mis dos grandes aficiones han adquirido con VAVEL una nueva dimensión. El amarillismo y la falta de rigor en una gran parte de los medios informativos imperantes en el ámbito deportivo, me hicieron desestimar la posibilidad de estudiar dicha disciplina. Es por ello por lo que VAVEL ha supuesto un soplo de aire fresco que arrastra briznas de esperanza en una nueva forma de hacer periodismo, con rigor informativo, parcialidad y talento.

La pasión es el mejor combustible para cualquier proyecto, y ésta es el principal ingrediente de VAVEL.. Tras seis meses involucrado en este proyecto y tras un breve descanso necesario para hacer retrospectiva y valorar todo lo vivido, la conclusión es clara: si 2014 ha sido el año de la ilusión y la novedad, 2015 ha de suponer la consolidación de VAVEL como uno de los medios informativos de referencia en el mundo del tenis, acercando este deporte tan maltratado por los medios televisivos, a los muchos aficionados que tiene repartidos por todo el mundo. 

El reto es mayúsculo, pero no menos que el entusiasmo por seguir mejorando.

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