Nadie quiere ver a Novak en su mitad del cuadro ni en pintura. Tampoco Rafa. Así lo ha reconocido recientemente el manacorí, que ha perdido los últimos siete enfrentamientos ante el serbio. Además de esto, el español se ha mostrado seguro de que Novak tampoco le querrá ver a él antes de la final. El número cinco del mundo probablemente se habrá sentido molesto en los últimos meses por los menosprecios hacia su figura, por lo que ha reinvindicado su papel de favorito, sobre todo tras las últimas semanas: "Me siento muy cerca del nivel de Djokovic". 

La historia de Djokovic en Roland Garros no se puede comprender sin la inquebrantable figura de Nadal, ya que este se ha convertido en el azote del primero en muchas ocasiones, a excepción del año pasado, en el que vimos un Rafa irreconocible, casi abatido en el último set de un partido que perdió 3-0. 

2006-2014

Este período se puede resumir en seis victorias de Nadal y por lo tanto, seis derrotas de Nole. La primera de ellas tuvo lugar en 2006 y se saldó con un 6-4, 6-4 y retirada de Djokovic, en un momento en el que Rafa comenzaba a asentar su hegemonía en Roland Garros y, por tanto, en el mundo del tenis, mientras que Nole, todavía algo inmaduro, no había alcanzado ni mucho menos sus mayores cotas de tenis. Los aficionados del tenis sólo tuvieron que esperar un año para ver un nuevo enfrentamiento, más que interesante, porque poco antes Djokovic había ganado por primera vez a Nadal en Miami, pero la tierra batida es muy diferente y el balear se llevó la victoria 7-5, 6-4 y 6-2. De nuevo, un año después, en el año más importante de la carrera de Nadal, 2008, el manacorí volvió a derrotar a Nole 6-4, 6-2 y 7-6. 

Foto: Zimbio
Foto: Zimbio   

Tras tres enfrentamientos consecutivos, entre 2008 y 2012 no se volvieron enfrentar en la arcilla parisina. Hubo que esperar hasta la final de 2012 para ver un nuevo enfrentamiento entre dos de los mejores jugadores de la historia en la tierra batida de París. 2011 había sido, sin duda, el año de Djokovic, en el que se había convertido en el jugador de referencia tras ganar en un mismo año el Open de Australia, Wimbledon y el US Open. Sin embargo, seguía (y sigue) sin poder quitarse la espina en Roland Garros. El español llegó a la final pleno de confianza tras ganar a Nole en las finales de Montecarlo y de Roma, mientras que el balcánico llegó con la seguridad de que podía derrotar definitivamente a un Nadal al que le había derrotado nada más y nada menos que siete veces de forma consecutiva hasta dichas finales. Sin embargo, Rafa volvió a demostrar quién era el rey en Roland Garros, y se llevó la final 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5. A continuación, después de Wimbledon, el español sufrió uno de los momentos más duros de su carrera con una lesión que le apartó de las pistas siete meses.  

Sin embargo, Nadal regresó en 2013 jugando un tenis increíble, probablemente uno de los mejores de su carrera, para cruzarse finalmente con Nole en las semifinales de París. A pesar de su reciente derrota en Montecarlo, Rafa supo imponerse a Djokovic por un marcador de 6-4, 3-6, 6-1, 6-7 9-7 en uno de los partidos más duros de su carrera. Un año más tarde, en 2014, Nadal consiguió su noveno y último título hasta el momento en Roland Garros tras ganar a Djokovic en la final 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4. 

Foto: Zimbio
Foto: Zimbio  

2015, el año fatal de Nadal, el casi perfecto de Novak

Mucho se ha hablado en el último año y medio sobre si Nadal volverá a su mejor nivel, si volverá a ganar un Grand Slam, si volverá a ser número uno del mundo... Pocos son los que han confiado en la recuperación del manacorí, si bien todos los tenistas no han parado de subrayar que Rafa volvería antes o después, y así lo ha hecho, mientras vislumbraban a un Djokovic dominador que se ha convertido en el coco intratable del circuito ATP. Si bien el año 2011 fue espectacular, el balcánico lo superó en 2015. Así es como ganó, al fin, al español en Roland Garros. Como número uno intratable. La línea ascendente de Djokovic se cruzó con la descendente de Nadal a principios de junio de 2015 en cuartos final de Roland Garros y a pesar de que algunos confiaban o quizás soñaban con que el español en París volvería a jugar de nuevo a su mejor nivel, el serbio se impuso 7-5, 6-3 y 6-1. La mayoría de los aficionados del tenis vivimos aquel partido con tremenda tristeza y no por la derrota de Nadal (por supuesto, los aficionados de Nadal también por ello), sino por la manera en la que se produjo. Vimos a un Nadal que por primera vez en mucho tiempo y es que no se recuerda otro partido en el que eso ocurriese, bajó los brazos en el tercer set. Nadal quedó batido. Cazado. Destrozado. Por suerte, parece que la presa está volviendo a rugir en esta gira de tierra batida. 

Foto: Zimbio
Foto: Zimbio

Desde entonces, títulos y más títulos de Djokovic hasta que hace unas semanas en Montecarlo, como si de Luke Skywalker en "Una nueva esperanza" se tratase Rafa volvió a dar esperanzas alzando un nuevo Masters 1000, el primero desde el Mutua Madrid Open de 2014. No somos pocos los que afirmamos que el tenis todavía necesita a Nadal. Ya no se trata de favoritismos, de que te guste más un jugador que otro, se trata de tenis. De TENIS en mayúsculas y no de fanatismos en minísculas. Las esperanzas se acrecentaron, sí, se acrecentaron, la semana pasada tras la derrota, sí, tras la derrota, de Rafa en cuartos de final de Roma ante Nole por 7-5 y 7-6 ya que el español, de haber tenido más confianza, hubiese ganado el partido 6-3 y 6-3, aunque esto es mera opinión, puesto que tuvo un break de ventaja en ambos sets. 

Sería el enfrentamiento número 50 entre ambosEl mundo del tenis desea y espera disfrutar de un nuevo duelo entre estos dos grandes tenistas las próximas semanas en Roland Garros. Hasta el viernes no sabremos si tendremos que esperar hasta cuartos de final, semifinales o hasta la final, en el caso de que ganen  sus partidos. La línea ascendente de Nadal puede cruzarse ahora con la quizás algo estancada de Djokovic en esta gira de tierra batida y mandarla para abajo con autoridad, o bien, la de Nole puede volver a mandar a Nadal para abajo de nuevo. 

De ganar, Djokovic volvería a encontrarse con la oportunidad de tener más cerca la Copa de Mosqueteros que junto al oro en los Juegos Olímpicos tanto ansía. Para él, sería como cerrar un círculo y definitivamente, por si alguien lo dudaba todavía, convertirse en uno de los mejores tenistas de la historia.

De ganar, Nadal podría encontrarse con un plus de confianza que podría ser fundamental para levantar por décima vez el trofeo de campeón en la Philippe Chatrier. Difícilmente jugadores como Andy Murray, campeón de Roma, o Stan Wawrinka, vigente campeón en París, podrían hacerle sombra aunque en el tenis todo puede pasar.