Domingo 29 de enero. 9.30 de la mañana hora peninsular. Rafael Nadal y Roger Federer se enfrentaran por 35ª vez. Pocos pensaban que estos dos genios de la raqueta volverían a enfrentarse en una final de Grand Slam, pero ambos han demostrado que están hechos de otra pasta. Ellos mismos han dicho despues de sus respectivas victorias en semifinales, que hace unos meses se veían únicamente para jugar "partidos de caridad", pero es lo que tiene estar hablando de dos de los mejores jugadores de la historia.

Los protagonistas de este gran partido han tenido caminos similares para llegar a esta final. Ambos han perdido 5 sets por el camino, pero el juego físico de Nadal ha hecho que haya jugado bastantes horas más que su rival suizo. El manacorí se presenta además con un dia menos de descanso, pero ya sucedió lo mismo en la final del Open de Australia 2009, y Rafa se llevó la victoria. A continuación repasamos el camino de Nadal hacia la final.

Gran comienzo y grandes victorias

El manacorí venía de hacer un buen comienzo de temporada. Se impuso en el torneo de exhibición de Abu Dhabi venciendo a tres grandes jugadores: Tomas Berdych, Milos Raonic y David Goffin. En el primer torneo oficial del año, Nadal perdió en cuartos de final contra el propio Raonic, pero dejó muy buenas sensaciones. Esto hizo que llegara al primer Grand Slam de la temporada con grandes expectativas.

Rafa comenzó avasallando en las dos primeras rondas.En la primera ronda se enfrentó al alemán Florian Mayer. El número 49 del mundo no era un rival fácil para ser la primera ronda, pero Nadal demostró que se encontraba en gran forma y en algo más de dos horas se impuso por 6-3 6-4 y 6-4. El español mejoraba ya su resultado del año anterior, cuando Verdasco le eliminó a la primeras de cambio, pero era obvio que quería más.

En la segunda ronda se enfrentó nada más y nada menos, que a un finalista de este torneo: el chipriota Marcos Baghdatis, pero Rafa le barrió de la pista con un tanteo  de 6-3 6-1 y 6-3 que no dejaba lugar a dudas. En tercera ronda, las cosas cambiaron. El rival que tenía en frente era el que muchos consideran que es un futuro número uno del mundo: Alexander Zverev. El español sufrió muchísimo pero acabo destrozando físicamente a su rival batiendolo en cinco sets.

Tres grandes jugadores no pudieron con un gran Nadal

Gael Monfils fue el rival del manacorí en octavos de final. El número seis del mundo es un jugador que ha demostrado tanto su calidad como su irregularidad, pero si esta en esa posición es por algo. Tras dos sets en los que Rafa avasalló a Monfils, el galo se recuperó y ganó el tercero. En el cuarto, el parisino volvió a ponerse por delante, pero Nadal supo remontar y hacerse con el encuentro por 6-3 6-3 4-6 y 6-4.

Hacía mucho tiempo que Nadal no demostraba este nivel de juego.En cuartos de final, el español tenía una dura prueba. Por tercera vez esta temporada se enfrentaba a Milos Raonic. Sin embargo, la clase de tenis que dio el campeón de catorce Grand Slam fue increible. En tres sets claudicaba el canadiense, en un encuentro en el Nadal demostraba que su cabeza vuelve a funcionar perfectamente y consiguió salvar hasta seis pelotas de set en la segunda manga para ganarlo en el desempate.

En semifinales llegó el que probablemente sea el partido del torneo. Nadal se enfrentaba al que hasta el momento estaba siendo el mejor jugador de la temporada. Con un inmaculado 10-0 llegaba Dimitrov al encuentro, y en el partido demostró el porque. Casi cinco horas de tenis con mayúsculas que se decidieron en un quinto set agónico en los que Nadal salvó tramos complicadisimos. El resultado fue de 6-3 5-7 7-6(5) 6-7(4) y 6-4. Así se ha plantado Rafa en su cuarta final del Grand Slam oceánico ante su rival y amigo suizo, en lo que se espera sea un gran partido.