Lucas Pouille ya pisa sus segundas semifinales de Masters 1000 en su corta carrera. Con apenas 23 años, el joven jugador nacido en Grande-Synthe ya ha demostrado mucho talento, consiguiendo victorias contra tenistas de la talla de Rafael Nadal (US Open 2016), y habiéndose hecho ya con su primer título (Metz 2016). A pesar de haber tenido altibajos en este comienzo de temporada, ya que ha alternado grandes resultados como la final en Marsella que perdió contra Tsonga, con la eliminación en primera ronda en Australia, se ve que es un tenista con futuro y en Montecarlo quiere demostrarlo.

Por su parte, Pablo Cuevas está demostrando lo que todos los años. Cuando llega la tierra batida y el juego se vuelve más lento, sus posibilidades aumentan exponencialmente. Lo demostró en la victoria contra el suizo Stan Wawrinka, y lo ha demostrado durante buena parte del encuentro ante el galo, puesto que lo ha tenido prácticamente ganado, pero se le ha escapado entre los dedos.

Un encuentro sin rumbo aparente

Empezó Pouille el partido en modo apisonadora. Cuevas era incapaz de frenar el vendaval de tenis que procedía del otro lado de la pista. Todos los golpes del galo encontraban el lugar indicado, mientras que el uruguayo no dejaba de fallar. En menos de 25 minutos, y tras conseguir tres roturas, Pouille conseguía hacerse con el set tras endosarle un "rosco" muy doloroso a su rival.

Ambos jugadores lo dieron todo por brindar al público un partidazo.Sin embargo, las cosas cambiaron en el segundo parcial. Cuevas volvía a ser el jugador ambicioso que se vio en el partido ante Wawrinka, y el francés lo empezó a pasar realmente mal. Sus tiros ya no encontraban la linea con la misma facilidad, de hecho se le marchaban y el sudamericano supo aprovecharlo. Se fue en el marcador con la misma facilidad con la que Pouille lo hizo en el primer set, y a pesar de tener que aguantar un atisbo de remontada, supo sudar y llevar el partido a la manga decisiva.

Fue llegados a este punto, donde se vio la locura absoluta. El partido viraba de un lado a otro sin fundamento alguno que lo sustentara, y el público asistía entregado a este magnífico set. Fue Pouille el primero en conseguir el "break" para poner el partido a su favor, pero Cuevas no se iba a rendir. Empezó a soltar su derecha y se hizo con el mando en el juego y en el marcador. Tanto es así que sacó para ganar el partido, y cuando todo el mundo pensaba que el uruguayo sería el vencedor, el "mosquetero" francés saco la casta y gano el encuentro. En semifinales se verá la casta con el español Albert Ramos, que está haciendo un gran torneo, y se ha impuesto, entre otros, a Murray y a Cilic.

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