Las expectativas y las ilusiones giraban, para el equipo de Rafael Nadal, alrededor del Másters de Londres, un certamen  que se le mantiene esquivo al mallorquín a  lo largo de la historia y que parecía que podía llegar a conquistar en esta temporada. Sin embargo, una vieja y conocida lesión volvió a aparecer en su rodilla y lo obligó a darse de baja para el resto del torneo luego de que David Goffin lo derrotara por 7-6 (5), 6-7 (4) y 6-4 en el primer encuentro del grupo Pete Sampras.

“Mi sesión ha terminado. He tomado la decisión con el torneo, con la ciudad, conmigo mismo. Lo intenté pero no puedo continuar”, apuntó el español algo angustiado por no poder cumplir con su gran objetivo, el título. En su reemplazo aparecerá Pablo Carreño Busta, compatriota y amigo de Rafa. “Que me reemplace un amigo como Pablo en una buena noticia. Vamos a ver cómo está preparado. Desearle lo mejor, que disfrute esos dos partidos y haga un buen papel”, comentó el balear.

"Se hizo lo que se pudo, pero no ha sido suficiente"

“La rodilla no está bien, se hizo lo que se pudo, llegué con tiempo aquí, paré en París para hacer el tratamiento. Sabía que la única opción de llegar aquí era para allí y hacer el tratamiento un poco a la desesperada. Se hizo lo que se pudo pero no ha sido suficiente”, señaló Nadal que indudablemente participó por tratarse de un certamen tan prestigioso como Londres, que reúne a los mejores ocho del año. “Este tipo de cosas no se arreglan de un día para otro, pero siempre queda la posibilidad. El problema es cuando el dolor es más de lo que uno puede aguantar y no tiene sentido seguir”, reflexionó acerca de sus dolencias.

Sin dudas que el año de Nadal ha sido uno de los mejores de su vida por lo que significó el mano a mano con Roger Federer por el número uno del mundo y por la división de torneos que hicieron entre ellos. El español recordó algunos de los mejores partidos que disputó en 2017: “La semifinal de Australia contra Dimitrov, la del Us Open con Del Potro y en tierra batida jugué muchos partidos buenos”. A su vez, comentó que su próximo objetivo es recuperarse de su rodilla y llegar bien preparado para el Abierto de Australia que comenzará en el mes de enero.

"Acepto el momento con la tristeza de no haber podido concluir como quería"

Rafa afirmó que la decisión de abandonar el torneo la tomó en el transcurso mismo del encuentro pero que quería “terminar de la mejor manera posible”. El español puso un gran esfuerzo y, aún lesionado, pudo haberse quedado con la victoria: “He dado una imagen no buena pero digna. Acepto el momento que no es bueno con tranquilidad y satisfacción de haber hecho una gran temporada, pero con la tristeza de no haberla podido concluir como quería”, señaló cabizbajo el balear.

“Uno no siempre puede estar frustrado. Soy una persona positiva en general. No intento grandes celebraciones ni dramas. La temporada ha sido soñada, hubiera pagado por terminar con una temporada así y me quedo con eso. No me gusta terminar así, claro. Creo que interiormente merecía un final mejor, pero el deporte no debe nada a nadie”, afirmó Nadal que no ha podido participar en cinco oportunidades en Londres por cuestiones físicas.

Al ser consultado por la enorme cantidad de partidos que disputó a lo largo del año y por la comparación con el calendario que maneja el suizo Roger Federer, Nadal apuntó: “Al final cada uno hace su calendario y todos pueden ser válidos o no. El calendario te lo marca tu tenis y tus resultados. No me arrepiento de ninguna decisión que he tomado durante todo el año. Y no es por orgullo personal”. Rafa fue el tenista que más partidos jugó en la temporada pero, lejos de ser reprochable, esa decisión derivó lisa y llanamente en la recuperación del número uno del ranking ATP.

“Yo tengo 31 años y no 36. Mi carrera es la mía y la suya es suya. No creo que me haya equivocado, soy el número uno del mundo y he ganado dos Grand Slam, soy feliz. Mi cuerpo, mi mente y mi tenis decidirá el calendario”, agregó Nadal. Por último afirmó que va a aprovechar para descansar con el sueño de estar preparado para afrontar la siguiente temporada, la cual “será muy exigente”. El español dio por finalizado un año que le proporcionó inmensas alegrías como conquistar el décimo título de Roland Garros, el Abierto de los Estados Unidos y la vuelta al número uno del mundo.