La superioridad que Rafael Nadal tiene en la arcilla de Roland Garros volvió a manifestarse, esta vez en la pista Suzanne Lenglen. El de Manacor se midió ante Guido Pella, un aventurado argentino que ya había advertido que sus oportunidades serían pocas, pero que soñar con eliminar al español no costaba nada.
El balear inició lento, con algunos errores, teniendo que salvar cuatro puntos de quiebre para sostener por primera vez en el partido. Estaba claro que Pella tenía como plan principal ser atrevido y no cederle la iniciativa a Rafael. Sin embargo, la igualdad duró solamente cuatro games, hasta el 2-2 del primer parcial. A partir de entonces, el vendaval español fue abrumador para el argentino, quien tuvo que esperar nueve juegos para volver a hacerse presente en el marcador. A pesar de desperdiciar varios puntos de quiebre en el camino y ceder otro par de ellos, todo el tenis pasaba por la raqueta de Nadal, que dictaba lo que sucedía en la segunda pista más importante de Roland Garros.
El partido y el rival cayeron a modo para Rafa. El número uno del mundo terminó con un número relativamente alto de errores no forzados, pero éstos no llegaron debido a la desconcentración, sino a la búsqueda de la perfección. Nadal aprovechó los momentos del partido para arriesgar y probar tiros planos con ambos golpes, de ahí que ellos se marcharan largos, anchos, o se quedaran en la red. Un 6-1 sentenció el segundo capítulo y anunció una victoria inminente del español. Pella seguía en lo suyo, tratando de sobrevivir al diez veces campeón del certamen, teniendo que jugar en un contexto que siempre le desfavorece a cualquiera que le haga frente a Rafael en la tierra batida de París.
Guido inició sosteniendo a cero en el primer juego del tercer set, pero no volvería a aparecer en la pizarra. Nadal se llevó los seis juegos restantes de manera consecutiva, dejando en el camino cinco puntos de quiebre extra y hasta un match point. Un nuevo 6-1 confirmó los pronósticos y le dio el pase a tercera ronda al español. El siguiente rival de Rafael será Richard Gasquet, un jugador que ha enfrentado 15 veces al balear sobre el circuito profesional y ostenta un récord completamente negativo. Lo único que estará a favor del francés será el público, porque todos los demás elementos han comprobado estar del lado del español.