La fugaz victoria del increíble Rafael Nadal ante Richard Gasquet en menos de dos horas de juego dio paso al último partido de la jornada en el estadio central de París. El argentino Juan Martín Del Potro volvió a verse la cara con el español Albert Ramos Viñolas, rival que no enfrentaba desde Wimbledon 2013, donde el tandilense barrió al tenista europeo en la primera fase del certamen luego de tres holgados y simples parciales.

La Torre de Tandil, que supo arribar a las semifinales de Roland Garros en el año 2009, desea volver a repetir su mejor marca. Y hasta el momento, lo viene haciendo a la perfección. Sin dolores de por medio después del desgarro sufrido en el compromiso ante el belga David Goffin en Roma y con puntos altos en su rendimiento, Del Potro dejó en el camino a los franceses Nicolás Mahut y Julien Benneteau e hizo lo propio por la tercera ronda del torneo parisino ante el español Albert Ramos en un encuentro con picos de alta tensión y mucho nerviosismo por parte de ambos.

Si bien la última manga del partido refleja un 6-1 para el actual número seis del mundo, el partido fue disputado, intenso y lejos estuvo de ser un simple trámite para Juan Martín Del Potro. El español se plantó muy bien desde el fondo de la cancha (donde más cómodo se siente) e inquietó seriamente a Delpo con pelotas pesadas y veloces, principalmente durante la segunda manga. Sin embargo, el argentino volvió a ratificar su condición de favorito, redondeó una victoria fantástica ante un rival que no le hizo las cosas fáciles y supo, siempre, cuándo ejecutar una marcha más.

El grito embravecido  al final del encuentro demuestra lo importante que era para el argentino conseguir el pase a la cuarta ronda del certamen ya que la última vez que había logrado disputar la segunda semana de Roland Garros había sido en el año 2012. “El primer set fue fundamental”, comentó el hombre de Tandil tras finalizar el encuentro. Durante el mismo, el campeón de Grand Slam transpiró un poco más de la cuenta  luego de desperdiciar un turno de servicio con el marcador 5-3 a su favor. No obstante, nunca se frustró, siguió siendo protagonista con su poderosa derecha y volvió a tomar el saque de Albert Ramos para adjudicarse el parcial por 7-5.

El segundo parcial fue con certeza el momento más tenso e incierto que atravesó Juan Martín en lo que va del torneo. Algunos errores propios, otros del umpire y por supuesto muchos e interesantes aciertos del rival, hicieron que el partido se torne impredecible y atractivo. El tenista argentino se mostró un tanto fastidioso pero, lejos de perder la concentración, encontró la forma de no  impacientarse y de retomar su mejor tenis. Revirtió el quiebre de ventaja que Ramos había obtenido al comienzo del set y puso en aprietes al número 36 del mundo cuando éste sacaba 4-5. El español no logró sacar adelante su servicio y cedió un parcial que acabó derrumbando todas sus esperanzas.

La definición del segundo parcial se convirtió en un punto de inflexión en el partido. Desde allí, el juego en la Phillippe Chatrier sólo pasó por las manos de Del Potro que, con la tranquilidad del marcador, concluyó floreándose con todos los enormes disparos a los cuales nos tiene acostumbrado. Tras un nítido y contundente 6-1, consiguió avanzar una vez más a los octavos de final de Roland Garros, donde chocará con el vencedor de la llave que apareja a  John Isner con Pierre-Hughes Herbert.