En una superficie donde no se destaca Roberto Carballés Baena, el día de ayer le tocó una prueba muy complicada al tener que afrontar un rival como lo es Ryan Harrison. Más allá de tener un buen comienzo de temporada, logrando el título en Quito, nada pudo hacer en Wimbledon, ya que su rival dominó de principio a fin. Nunca antes se habían enfrentado.

El estadounidense tuvo que trabajar arduamente para conseguir los primeros juegos. Si bien se impuso en el resultado por 3-0, los games estuvieron muy apretados y podría haber ido a parar en manos de cualquiera. Sin embargo, Carballés reaccionó con su servicio y lo ganó en cero. Pero rápidamente, Harrison volvió a tomar impulso y no dejó pensar a su rival: 6-1 lo cerró.

La segunda manga estuvo más disputada. El español no pudo en ningún momento del partido adueñarse del servicio rival. Pero a comparación de la primera parte, logró hacer cuatro games y ceder una sola vez su saque: 6-4 terminó imponiéndose Harrison.

En el tramo final, el americano volvió a esmerarse para tomar posesión del saque de Carballés y sacar ventaja confirmando el quiebre. Con el marcador a favor, Harrison desplegó toda su categoría en una superficie que potencia su tenis. Finalmente, tras una hora y cuarenta minutos de juego, cerró 6-2 el partido

En resumen, Harrison ganó el match por ser contundente en los momentos claves. Lo que marcó también diferencia fueron los 9 aces que tuvo contra 1 de su oponente. Y ni hablar de la preparación previa. Carballés solamente había disputado un partido en pasto, en Antalya, lo  cual perdió ante Basilashvili.

Ahora, el norteamericano espera por Adrian Mannarino (van igualados a uno en el historial), quien viene de ser finalista en Antalya. Ayer derrotó al chileno Christian Garín en primera ronda.