El ATP 250 de Umag, también conocido como Croatia Open, era tomado por la archiconocida Next Gen de cara a cerrar los partidos de segunda ronda y dejar, ya finiquitados, los cruces de cuartos de final. En este penúltimo turno de la jornada de jueves chocarían dos jóvenes con un potencial y un futuro brillante, y con multitud de intereses en juego, como son Andrey Rublev y Felix Auger-Aliassime, dos jugadores que, sin duda, podrían acabar la semana con una gran celebración.

Ausente durante toda la gira sobre hierba, y Montecarlo como última aparición, el ruso Andrey Rublev reaparecía en Umag con la intención de revalidar el título que ganó en tierras croatas la pasada temporada. Aquel histórico título, que ganó como Lucky Loser, es el único en las vitrinas de un Rublev que debería dar el 101% en un encuentro más que exigente en su vuelta a los 'ruedos'. Partiendo como cuarto sembrado, los 250 puntos que el europeo defiende en Umag pueden ser una pesada losa y una gran presión para un tenista inactivo durante los últimos tres meses, y que estuvo exento de disputar la primera ronda.

La otra cara de la moneda es el benjamín Felix Auger-Aliassime. Y es que a sus 17 años, el canadiense ya se postula como una de las raquetas más prometedoras de las próximas décadas. Nacido en el año 2000, Auger-Aliassime se proclamó campeón del Challenger de Lyon, triunfo que le permite ubicarse, a día de hoy, entre los 150 mejores del mundo. Además de ese primer título, el americano obtuvo su primera victoria ATP en una gran cita como el Masters de Indian Wells, ante su compatriota Pospisil. Con solo seis partidos al máximo nivel como respaldo, Auger-Aliassime batió sin problemas, 6-4 y 6-3, al eslovaco Martin en su debut en Umag. Sin enfrentamientos previos en cualquier disciplina, Rublev y Auger-Aliassime dejaban todo dispuesto para vivir un vibrante duelo de futuro.

Rublev se lleva un enérgico primer set

El punto de partida en este interesante cara a cara trajo consigo una sorprendente e íntegra versión de Andrey Rublev, muy sólido desde el fondo de pista y autor de la primera rotura del partido, en el juego inicial. Auger-Aliassime, tal vez avasallado por los nervios, se mostraba un tanto errático e incapaz de contener el buen revés cruzado del ruso, que comenzó con una ventaja de 2-0 y unas sensaciones casi inmejorables en un partido en el que poco se le podía exigir. Luchando contra viento y marea, el canadiense sufría lo indecible para obtener puntos con su servicio, con el que no conseguía el número de primeros saques que desearía, hecho que reducía enormemente sus opciones frente a un Rublev altamente profundo y ante el que tuvo que salvar hasta seis nuevas bolas de rotura en sus dos siguientes turnos al saque.

Habiendo entrado en contacto con la arcilla croata y ya aclimatado a las condiciones del partido, Felix Auger comenzó a experimentar una paulatina mejora en el resto, recurso con el que no había incomodado a Rublev en ningún momento y que permitió que esta contienda se disputase de poder a poder, con largos e intensos intercambios desde el fondo de pista en el que la resistencia y el físico jugarían un papel crucial. Finalmente, y manteniendo ese preciado quiebre logrado en los primeros peloteos, Andrey Rublev contendría la progresión de Auger-Aliassime y cerraría la primera manga por 6-4 después de tres cuartos de hora de intenso y bonito tenis.

Auger-Aliassime sobrevive en el segundo

El segundo parcial se puso en marcha con unos rallyes similares a los vividos en el set anterior. Potencia, velocidad y profundidad caracterizaban estos primeros puntos entre dos jugadores a los que les sobraba la energía, pero que tendrían que administrar bien sus fuerzas de cara a los tramos decisivos. Emulando lo también ocurrido con anterioridad, fue Rublev el primero en golpear con un nuevo quiebre en el game de apertura, que se llevó gracias a su versatilidad y, añadido a ello, los malos porcentajes del de Montreal. Sin embargo, la reacción de Auger-Aliassime, nunca antes vista en este encuentro, no tardó en aparecer, quebrando de vuelta y poniendo el 1-1.

A diferencia de lo sucedido en el primer set, ahora ambos contendientes parecían centrar todos sus esfuerzos en atacar el saque del rival, descuidando enormemente sus respectivos servicios y cediendo mucha pista cuando sacaban. El baile de breaks se prolongó durante los dos juegos siguientes, en los que cada tenista rompía el saque del oponente por segunda ocasión consecutiva en este parcial, 2-2. En un partido en el que la consistencia y la regularidad representaban un papel importante, tanto Rublev como Auger habían roto con el guión establecido, acción que propició que la anarquía se apoderase del duelo.

Una vez recuperada la calma, y con las aguas de nuevo a su cauce, la solidez y la dureza con el servicio volvieron a reinar en un segundo asalto que se decidiría en un fatídico desempate. Todavía con la resaca del vaivén de rupturas del principio, la muerte súbita mostró la versión más eficaz de ambos aspirantes con el saque. Para sorpresa de todos, acabaría siendo Auger-Aliassime quien, haciendo gala de una capacidad de recuperación descomunal, se valdría de un par de mini-break para cerrar el tie-break por 7-4 y mandar esta batalla al decisivo tercer set.

Rublev resucita a tiempo

Ya desde antes de su primer punto, este partido prometía un alto nivel de tenis entre dos jugadores que apuntan muy alto y que están impacientes por comerse el mundo. Casi dos horas después del inicio, Andrey Rublev y Felix Auger-Aliassime llegaban a un tercer set impredecible y que podría caer de cualquier lado. Lo impredecible de este definitivo parcial se tradujo en un nuevo break en el primer juego, pero, esta vez, el beneficiado fue el joven canadiense de 17 años, protagonista de su primera batalla en el circuito ATP.

Hasta el momento, la actitud y el despliegue tenístico del moscovita habían sido ideales, propios de un partido tan exigente. Yendo un break por debajo en estas instancias, el Rublev del pasado hubiera tirado la toalla, dándose por vencido fácilmente. Sin embargo, el Andrey del presente, el número dos ruso, solo un puesto y nueve puntos por debajo de Karen Khachanov, tiró de garra y, por qué no decirlo, de experiencia, para voltear la situación cuando, a partir del sexto juego, quebrase el saque del número cuatro canadiense hasta en dos ocasiones seguidas, viéndose por delante, 5-3.

Sacando para ganar el partido, Rublev todavía se vio obligado a hacer frente a un belicoso Auger-Aliassime, batallador hasta el final, pero que poco pudo hacer ante los grandes registros del ruso tanto con el drive como con el revés. En un último juego que resumía a la perfección todo lo acontecido hoy, Andrey Rublev salió victorioso, de una vez por todas, tras dos horas y media de batalla. 6-4 6-7 (4) y 6-3. El pupilo de Fernando Vicente regresa con victoria, trabajada y moralizadora. En cuartos de final, y buscando superar un nuevo obstáculo que le acerque a la reválida del campeonato, el ruso se medirá al holandés Robin Haase, sexto preclasificado, que ha sufrido en sus dos encuentros aquí en Umag, sacándolos adelante, en tres sets, ante Dutra da Silva, en primera ronda, y Martin Klizan, en octavos de final.