La jornada número cuatro del Másters 1000 de Toronto contó con partidos extraordinarios, con una sorpresa llamativa como fue la derrota de Novak Djokovic ante el joven griego Stefanos Tsitsipas y con un cierre maravilloso entre dos grandes campeones de este deporte. Rafael Nadal, número uno del mundo y dueño de 17 Grand Slam, y Stan Wawrinka, ganador de tres títulos Majors, disputaron su vigésimo enfrentamiento (17-3 a favor de Nadal) y bajaron el telón de una noche estupenda de tenis en la Rogers Cup.

El suizo, que hoy ocupa la posición 195 del ranking, se encuentra en un momento de adaptación y arribó a esta instancia superando a  Nick Kyrgios primero y posteriormente a Marton Fucsovics en dos partidos complicados pero que le otorgaron una mayor confianza y seguridad en la pista. Las lesiones que lo tuvieron a maltraer a lo largo de 2018, parecieron lentamente quedar a un costado, y lo visto hoy, en la tercera ronda del Másters de Canadá ante Rafael Nadal, es un síntoma verdaderamente satisfactorio que invita a imaginar al suizo encontrando el tenis que ha sabido imponer a lo largo de su extensa y exitosa carrera.

Nadal fue el mismo de siempre. Constantemente dispuesto a entregar lo máximo, corrió y golpeó la pelota con mucha fluidez y profundidad, encontrando ángulos imposibles para cualquier oponente. Durante el primer set, la paridad predominó hasta que la lluvia, contexto  recurrente en esta edición de Toronto, interrumpió el encuentro cuando el mallorquín ganaba 6-5 y restaba para llevarse el set. En la reanudación del juego, Rafa salió mejor parado que Wawrinka y, como ante Diego Schwartzman en París, le hizo sentir la pausa a su rival, quebrándole el servicio y tomando distancia de 7-5 en la pizarra.

El balear no perdió tiempo a comienzos de la segunda manga. Quebró rápidamente el saque del suizo y tomó ventaja de 2-0, poniendo contra la espada y la pared a Wawrinka que, ya en ese momento, había superado quizás hasta sus propias expectativas. Sin embargo, la calidad y el carácter de los grandes tenistas aparecen en los momentos más urgentes, y Wawrinka, se aferró a lo que mejor sabe hacer: soltó los brazos y desató un aluvión de tiros ganadores para contrarrestar el intenso juego de Nadal que intentaba ponerle punto y final al encuentro. De un lado y del otro, las ejecuciones eran espectaculares y el partido se tornó, de repente, en una batalla tan atrapante como incierta.

El nacido en Lausana reaccionó a tiempo, y luego de quebrar dos veces el saque de Nadal y tomar ventaja de 4-2, provocó el estallido de aplausos por parte de los espectadores que disfrutaban de un enorme partido desde las gradas del estadio central de Toronto. Stan tuvo en su poder la chance de cerrar el parcial  sirviendo 5-4: sin embargo, en una muestra más de entrega y fortaleza mental, Rafael Nadal sacó a relucir su mejor repertorio y recuperó la desventaja para mandar la definición del compromiso al tiebreak.

En el tramo decisivo, el de Manacor se hizo gigante, jugó bien metido en el centro de la cancha y con mucha astucia doblegó por 7-6 (4) a Stan Wawrinka que, aún con la derrota, deberá sentirse más que orgulloso con lo que hizo y por haber demostrado estar a un paso de recuperar su mejor versión. Nadal no para de sorprender y se metió una vez más en los cuartos de final de Canadá, certamen que ya conquistó en tres oportunidades. Con este triunfo, el español alcanzó la victoria 910 en su carrera y chocará con Marin Cilic por un pase a semifinales.