El inicio de la semana trajo las primeras sorpresas en Shanghai. El estadounidense Mackenzie McDonald, 78º en el ranking y debutando este curso en el Top-100, pudo con todo un 'peso pesado' del circuito ATP, Milos Raonic, 14º cabeza de lista. El californiano, que había perdido sus cuatro primeros partidos en Masters 1000, hizo gala de una solidez extraordinaria, eliminando así a un Raonic que no encontró su mejor nivel, y que prolonga su 'maldición' en tierras chinas, donde nunca ha alcanzado los cuartos de final.

El descaro de McDonald decide el primer set

El inicio del partido fue de lo más accidentado para el 14º cabeza de serie. Raonic, incapaz desde el primer momento de sacar ventaja desde su poderoso servicio, cedería su saque en el primer juego del encuentro frente a un McDonald atrevido y muy eficaz en los largos intercambios. Pese a no contar con un servicio tan peligroso como el de su adversario, el estadounidense sacaría adelante su primer turno al saque para poner el 2-0.

Altamente desacertado, tomando decisiones erróneas y todavía lento de piernas, Raonic se vería forzado a salvar otra bola de break, esta vez en el tercer juego, para evitar los dos quiebres de ventaja en favor de McDonald, que no perdía la solidez desde el fondo de pista y hacía gala de un variado abanico de recursos. Sin perder en ningún momento la entereza con el servicio, y desquiciando por completo a un Raonic sin respuesta, el californiano lograría un segundo quiebre, ya en el noveno juego, para asestar un golpe definitivo al parcial y poner el 6-3.

Los regalos salvan a Raonic en el segundo parcial

La primera manga nos había dejado a un McDonald bravo y realmente efectivo en momentos de máxima presión, donde podía valerse de ciertas carencias mostradas por Raonic que, pese a mejorar con respecto a los primeros compases, no lograba reducir el ímpetu del de Berkeley. El segundo set se pondría en marcha con un patrón similar al del primero, siendo McDonald el que llevaba la voz cantante en los rallys; y es que la rapidez del cemento chino dificultaba enormemente la movilidad de Milos Raonic que, pese a todo, fue el primero en disponer de una opción de rotura, allá por el tercer juego.

Equilibradas, más aún, las fuerzas en el segundo set, ambos jugadores se veían incapacitados para encontrar fisuras en los saques del contrario, que hacían avanzar rápidamente los juegos sin ningún tímido acercamiento. La primera gran ocasión llegó del lado del tenista que más proponía, McDonald, que se vio con un break point en el octavo juego, que de haber transformado hubiera supuesto la sentencia casi definitiva al choque; sin embargo, Raonic gestionó bien la desventaja para poner el 4-4.

El partido acabaría dando un vuelco sorprendente e inesperado en las instancias finales. Ya en el undécimo juego, y cuando todo parecía encaminado al tie-break, un momento prolongado de desconexión de McDonald revivió a Raonic; el californiano, autor de tres dobles faltas en ese mismo juego, perdería su servicio en favor de un Milos que, con 6-5, sacaría para ganar el segundo asalto. El canadiense, acto seguido, no falló; Maestro al saque, Raonic conectaría cuatro aces para poner el 7-5 y mandar la contienda al tercer set.

McDonald recupera la entereza y consuma la sorpresa

El trágico desenlace de la segunda manga propiciaba, a priori, un final de partido algo cuesta abajo para Milos Raonic. La duda de cara al inicio del tercer parcial era saber cómo gestionaría McDonald ese cúmulo de pensamientos que se agolparían en su mente por lo sucedido unos minutos atrás, cuando sirvió en bandeja de plata el segundo set al canadiense.

Todas esas dudas quedarían disipadas a los diez minutos de acción en el asalto decisivo, y es que el estadounidense se vería break arriba desde su primer turno al resto; Raonic, que salió a la reanudación completamente despistado, no mantendría su servicio por mucho tiempo debido a sus constantes fallos, hecho que le hizo tener que afrontar una desventaja de 0-3. Recuperando las sensaciones experimentadas durante la primera manga, y sin salirse un milímetro del guión, Mackenzie McDonald no concedería nada a Raonic, que no podría darle la vuelta al marcador.

Final: 6-3 5-7 6-3. Tras aproximadamente dos horas de duelo, Mackenzie McDonald confirma uno de los grandes batacazos de la semana. El norteamericano, haciendo gala de una madurez envidiable en ciertos tramos del partido, suma así su primer triunfo en un torneo de Masters 1000. En segunda ronda, su rival será el español Roberto Bautista, que derrotó a Andrey Rublev en sets corridos.