Partido de debutantes en el WTA Finals de Singapur, donde Sloane Stephens dio cuenta de Naomi Osaka por 7-5, 4-6 y 6-1, luego de dos horas y 26 minutos de acción. Ambas entraron nerviosas a la cancha, producto que era su primer partido en el torneo de maestras. Las dos mostraron un gran nivel tenístico, pero la determinación de la estadounidense en los compases finales marcó la diferencia en su favor.

Un primer set bastante raro, entre la japonesa que pegaba desde el fondo, ante la estadounidense que devolvía todo al otro lado de la red. Stephens comenzó tomando la primera diferencia, luego de quedarse con el saque de Osaka, pero la nipona no la dejó escapar y volvió a poner la paridad en los primeros compases de la manga. Con el marcador igualado en 3-3, la nacida en Florida volvía a presionar en el juego de saque de Naomi y consumaba la segunda rotura del partido para volver a inclinar la balanza en su favor por 4-3. No obstante, la japonesa tuvo sus destellos de buen tenis, puso contra las cuerdas a su contrincante y volvió a empatar el encuentro, esta vez, 4-4. Todo parecía que el primer episodio se definiría en el tie-break.

Stephens logró concretar su tercer quiebre en el parcial, colocándose 6-5 y sacando para ponerle el broche final al set. La nacida en Osaka estaba al borde de perder la manga y cualquier error podría costarle caro. Rápidamente, la estadounidense se puso 40-0, con tres chances para quedarse con el set. Perdió dos oportunidades, pero en la tercera, la número cuatro del escalafón tiró su drive a la red, poniéndole el cierre a la manga.

En el segundo set, Osaka intentó no regalarle nada a la norteamericana y salió a buscar su momento desde la primera pelota. En el cuarto juego dispuso de cuatro chances de quiebre, que no pudo aprovechar y dejaba pasar el tren para meterse en el partido. Acto seguido, fue Stephens quien dejó pasar un doble break point, para intentar a liquidar las acciones.

Ese fue el clic que necesitó Osaka para apretar las clavijas y consumar un quiebre colocándose 4-2. Confirmar la rotura no fue sencillo, pero la nipona superó las adversidades y se puso muy cerca de forzar la definición al tercer episodio. Sin embargo, entregó el servicio en el penúltimo juego y todo indicaba que Stephens se recuperaría en el marcador. Acto seguido, la japonesa no se desilusionó y en el segundo set point se quedó con la manga, luego de una doble falta de la americana.

El tercer episodio fue todo de Stephens, que dominó sin escatimar absolutamente nada. Con un rápido quiebre en el juego inicial, la estadounidense manejó sus tiempos para intentar encaminarse al triunfo. Osaka dispuso de tres break points en el segundo game, pero no los pudo concretar y veía como se le comenzaba a escapar el encuentro. Un nuevo quiebre de la norteamericana, la colocaba 4-1 y servicio, en lo que era la antesala de liquidar las acciones. Con la japonesa al servicio, Stephens dejó pasar el primer match point, pero en el segundo punto para partido puso el broche decisivo luego de una doble falta de la nipona.