Muchos espectadores esperaban con ansias el debut de una de las promesas que tiene la presente edición del Abierto de Australia y él no defraudó. Alexander Zverev superó a Aljaz Bedene por 6-4, 6-1 y 6-4 en una hora y 56 minutos de partido, para comenzar de la mejor manera su andar en el primer Grand Slam del año.

El comienzo del partido fue bastante parejo, donde ambos no se sacaron diferencias, pero eran constantes con sus golpes y sus estrategias. Sin embargo, el primero en quebrar fue el esloveno, que rompió la paridad en el séptimo game y comenzó a inclinar la balanza en su favor. Acto seguido, Zverev no lo dejó escapar y, como un vendaval, se le vino encima, le ganó cuatro puntos de forma consecutiva y volvió a poner la igualdad en el tablero. Un nuevo quiebre en el último juego, le dio el primer set al joven de 21 años.

En la segunda manga, el oriundo de Hamburgo hizo un verdadero monólogo, barriendo a Bedene, que no encontraba respuesta alguna. En el segundo juego, Sascha quebró y repitió la acción en el cuarto game, poniéndose a tiro de adjudicarse el segundo capítulo y poner contra las cuerdas al esloveno. En el segundo set point, Zverev hizo suyo el parcial.

El tercer periodo arrancó bastante peleado y los dos salieron a buscar el parcial. Zverev consumó el primer quiebre para colocarse 2-1, pero Bedene niveló el marcador en 2-2. Siempre estuvo más cerca el alemán, pero su adversario no se rendía y quería dar la primera gran sorpresa del Abierto de Australia. En el mítico séptimo game, Sascha apretó el acelerador, consiguió la tan ansiada rotura y se puso 4-3, a dos juegos de quedarse con la victoria.

Esos compases finales fueron a puro nervio para Bedene, que cometió algunos errores innecesarios, que lo pusieron contra las cuerdas. Afrontó un match point en contra con su saque, que logró salvarlo, pero en el primero que tuvo el teutón con su servicio, le puso el cierre al partido.