Al inicio de la quinta jornada del Australian Open un duelo que llamaba la atención - por la calidad de los nombres - era, sin duda, el que protagonizarían Caroline Wozniacki y Maria Sharapova. En el Arthur Ashe, la campeona defensora y la de 2008 se midieron por undécima vez (tercera ocasión en un Grand Slam) en sus carreras. 

El comienzo de Wozniacki fue dubitativo pues se le complicó el primer juego que ya tenía prácticamente ganado; de hecho, tuvo que llegar a salvar tres oportunidades de ceder su servicio. Sharapova, por su parte, empezó firme desde el servicio y recién afrontó complicaciones en el cuarto juego. En él, la rusa entregó su servicio tras cometer una doble falta y un par de errores no forzados consecutivos. Con mucha paciencia, Maria pudo fabricarse una ocasión de recuperar ese servicio en el séptimo juego que logro materializar pues la danesa cometió una doble falta - algo raro pues venía sacando muy bien - en el punto decisivo. Ya con la paridad en el marcador, comenzamos a ver la mejor versión de Sharapova desde el ataque: prácticamente cada pelota que tocaba iba dentro. Esa gran efectividad en sus tiros, combinados con una gran velocidad, hizo que hasta la gran defensa de Wozniacki sea imposible para detener a Masha. Así, la rusa se robó el protagonismo del set quebrando una vez más y, tras sumar cinco juegos consecutivos (estaba 1-4), se llevó el primer parcial por 6-4.

La número tres del mundo comenzó de gran manera el segundo set: ganando fácilmente sus juego de servicio y aprovechando las tres dobles faltas cometidas por Sharapova en el segundo juego para lograr el quiebre. Por alguna extraña razón a la rusa no se le notó nada cómoda jugando con el techo cerrado (la organización lo cerró por precaución) y perdió algo de precisión en sus tiros en los primeros juegos. Ya un poco más adaptada a las nuevas condiciones, Maria logró recuperar el nivel mostrado al final del primer set y puso de vuelta la paridad en el marcador. Ahora, la que tuvo paciencia para fabricar los puntos y conseguir la oportunidad de quiebre fue la danesa. En el octavo juego, Wozniacki tuvo una chance de lograr la ventaja pero esta fue salvada tras un gran servicio de la rusa por lo que el marcador seguiría parejo. Sin embargo, la danesa no desistiría en su misión y su trabajo daría resultando cuando logró quebrar a Maria cuando sacaba para mantenerse en el set. De esa manera, Wozniacki se llevó el segundo parcial por 6-4.

El inicio del tercer set fue como quizás uno lo podía llegar a prever pues ambas jugadoras, si bien querían lograr una ventaja tampoco querían otorgar una que podría llegar a ser decisiva. Así, vimos tanto a Caroline como Maria muy concentradas desde su servicio haciendo que apenas pierdan algunos puntos a partir de él. Es recién en el sexto juego que el partido comienza a ajustarse un poco y Sharapova tiene que trabajar un poco más de la cuenta para lograr consolidar su servicio. Esto parece que le dio a Sharapova el extra de motivación necesaria para salir muy agresiva al juego siguiente. Maria logró tener gran precisión y ejecutó devoluciones extraordinarias que le permitió conseguir el primer quiebre de este parcial. El partido volvió a ser todo de Sharapova. Masha no dio posibilidad alguna de que la danesa se metiese de nuevo en el partido y siguió sumando juegos a su cuenta personal. Así, cuando Wozniacki estaba sacando para el partido, la campeona de 2008 logró quebrar por última vez para llevarse el parcial por 6-3.

De esta manera, Maria Sharapova, tras una actuación para enmarcar, se clasificó a la cuarta ronda del primer Grand Slam de la temporada; allí se enfrentará a la local Ashleigh Barty.