La británica Johanna Konta, gran esperanza local, se ha convertido en la última jugadora clasificada para los octavos de final de Wimbledon, tercer Grand Slam de la temporada. En la pista 1 y con un público totalmente volcado a su favor, la número uno inglesa inflingió una nueva derrota, la tercera consecutiva en apenas dos meses y la cuarta de la temporada, a la estadounidense Sloane Stephens, novena mejor jugadora del mundo, a la que remontó por un marcador de 3-6 6-4 y 6-1 en en dos horas y un minuto de juego. Pese a que Stephens comenzó mejor, Konta fue poco a poco adquiriendo sensaciones y terminó arrollando a su rival en una tercera manga prácticamente perfecta. 

Pese a su derrota, Stephens acabó con mejores números que su rival: 29 golpes ganadores por los 25 de Konta y doce errores no forzados menos, 18 por 30

Como decimos, esta era la cuarta ocasión en la que ambas jugadoras se veían las caras esta temporada. Las tres primeras, una sobre pista dura (Brisbane) y las otras dos sobre tierra batida (Roma y Roland Garros), habían caído del lado de Konta, que especialmente en París se mostró intratable (6-1 y 6-4). Pronto se vio que hoy no iba a ser tan fácil para la británica. Stephens saltó mucho más activada de piernas, algo fundamental en su juego, y con gran confianza en cada uno de sus golpes. Suyo fue un primer set en el que desequilibró el marcador gracias a un 'break' en el siempre clave octavo juego. Con esa ventaja, la estadounidense remató la faena con su servicio para poner el 6-3 con el que pasaba a comandar el encuentro. 

Konta aguanta la presión y remonta con autoridad

Si hay algo clave que mueve el juego de Johanna Konta es su servicio. Todo empieza por ahí. Para ser competitiva y adquirir buenas sensaciones, la británica necesitaba imperiosamente comenzar con buen pie el segundo set y mantener, costase lo que costase, su servicio. Stephens mantuvo el control hasta mediados del segundo set, pero tras un juego clave, el quinto de la segunda manga y en el que dispuso de hasta cuatro bolas de 'break' para colocarse 3-2 arriba, el partido comenzó a virar hacia el lado de la tenista local. 

Más aliviada al ir manteniendo su servicio, Konta comenzó a presionar al resto. Con una mezcla perfecto de potencia y ángulos, la británica fue sacando de la pista a una Stephens que ya notaba el aliento de su rival en el cogote. La de Florida logró salvar su primer momento complicado con 4-3 abajo, pero en su siguiente turno de servicio ya no pudo hacerlo. En su segunda bola de set, Konta conectó una gran derecha a contrapié que dejó clavada a Stephens y que provocó el delirio del público local. Su jugadora, la última que les queda en el cuadro final, acababa de igualar el partido (6-4) y daba la sensación de ir lanzada a por el triunfo.

Unas sensaciones que corroboró en una tercera manga donde su tenis rayó la perfección. Con una absoluta electricidad, tanto en sus piernas como a nivel mental, Konta destrozó a una alicaída Stephens, que, una vez más, se quedó sin respuesta para frenar el vendaval de juego de su rival. Dos roturas más de saque, una en el segundo juego y la otra en el sexto, sentenciaron un partido (6-1) que Konta comenzó a ganar en aquel 2-2 del segundo set.

Con esta victoria, la número uno local y actual 19 del mundo coge una gran dosis de confianza para lo que se viene, la decisiva segunda semana del torneo. Hace dos años logró llegar a las semifinales, siendo batida por Venus Williams. Tras un 2018 muy pobre y en el que pagó muy caras la presión y las expectativas que había generado, Johanna Konta ha vuelto a mostrar su mejor nivel y, además, en los grandes escenarios. Después de su gran gira de tierra batida (final en Roma y semis en Roland Garros), ha seguido dando continuidad a esos buenas resultados para acceder a la segunda semana de Wimbledon por segunda vez en su carrera. Su siguiente rival, un auténtico hueso, la checa Petra Kvitova, sexta favorita y bicampeona aquí en 2011 y 2014. Sin duda, uno de los encuentros de octavos de final que más expectación suscitará.