Si Albert Ramos no se encuentra en el mejor momento de su carrera, poco le falta. El tenista catalán se encuentra a un sólo paso de sumar su segundo título consecutivo en el circuito ATP. Cuando se encuentra la confianza y los resultados van acompañando, no hay desgaste en las piernas que frene. Tras conquistar su segundo título como profesional en la tierra batida de Gstaad, el actual número 69 del mundo no se ha conformado, y parece dispuesto a exprimir todo lo que pueda este momento dulce que está atravesando. En el último evento sobre arcilla de la temporada, el ATP 250 de Kitzbühel (Austria), Ramos amplió su racha de victorias consecutivas en el circuito a nueve, y ya espera en la final tras deshacerse del noruego Casper Ruud, cuatro puestos por delante de él en el ránking mundial, en la primera semifinal y por un marcador global de 7-5 y 6-4 en una hora y 43 minutos de juego. 

Este es el tercer triunfo de Ramos sobre Ruud, todos sobre superficie de polvo de ladrillo. Antes ya lo había derrotado en Barcelona 2017 y Roland Garros 2018

El joven noruego de 20 años, otro jugador que se siente muy cómodo en este tipo de superficie, puso las cosas muy difíciles al español, especialmente en una primera manga en la que exigió al máximo a su rival. En momentos como éste también se nota la mejoría a nivel mental que ha experimentado Ramos. Tras ceder en dos ocasiones su servicio, el pupilo de José María Díaz tuvo que reaccionar ante un marcador adverso de 5-2 en el primer set. Probablemente, hace apenas unos días no hubiese sacado este set y el partido adelante, pero ahora mismo Albert Ramos está tocado por una varita mágica, lo que le permite también desenvolverse a las mil maravillas en los momentos determinantes de los partidos. El de Barcelona reaccionó de manera colosal para terminar por apuntarse esta primera manga por 7-5, devolviendo la doble rotura de saque a su rival y salvando entre medias un punto de set con 5-4 en contra. 

El segundo acto fue un poco más monótono, con los dos jugadores sirviendo bastante bien al inicio. Poco a poco, el español fue imponiéndose también en ese aspecto (cinco puntos cedidos con el saque en todo el segundo set), y esperó el momento adecuado para dar el golpe de gracia a su joven oponente. Tras desperdiciar tres bolas de 'break' en el 3-3, el español no perdonaría más, y en el turno de saque siguiente de Ruud apretó para conseguir la rotura decisiva (6-4), con la que selló su acceso a la final del torneo austriaco. 

Con una segunda final en el horizonte en apenas seis días, y ya instalado virtualmente entre los 50 mejores del mundo (podría llegar al top40 en caso de salir vencedor en la final), Albert Ramos se siente más preparado que nunca para aguar la fiesta al gran ídolo local y máximo favorito a coronarse campeón en Kitzbühel, que no es otro que Dominic Thiem, quien ha vencido al italiano Lorenzo Sonego en la segunda semifinal del cuadro individual.