Rafael Nadal demostró una vez más que nunca debe dárselo por muerto. Este domingo venció a Stefanos Tsitsipas por 6-4, 6-7(6), 7-5 en un encuentro que duró 3 horas y 40 minutos y donde el español enfrentó una bola de partido.
Durante el comienzo del primer set, el griego comenzó a desplegar su juego agresivo en la arcilla y rompió el saque de su rival. El jugador más dominador del presente se encontraba lanzado y con la posibilidad de asestar un golpe de autoridad. El balear aceptó el desafío del griego y se empeñó en hacer lo que acostumbra: ir un paso más allá cuando todo parece perdido. Con recuperaciones espectaculares desde la línea de fondo, Nadal consiguió girar un set que parecía condenado. Una derecha cruzada de Tsitsipas impactó en la red, dándole una primer manga épica al Rey de la Tierra Batida.
Con una actitud digna, el helénico buscó igualar el marcador ante un rival que había levantado su confianza. El tramo final del segundo set fue un intercambio de golpes formidable. Tsitsipas salvó dos match points en el décimo juego, demostrando su capacidad de supervivencia. Después, Nadal colocó el 5-5 tras reponerse de un 0-40, levantando a la grada. La batalla se extendería hasta llegar al tiebreak, donde las pulsaciones no bajaron en ningún momento. El español levantó dos pelotas de set con 4-6 en el marcador, pero no pudo evitar que el griego forzara la tercera manga cuando un resto de revés murió en la red.
La tercera manga era cuestión de sobrevivir. Con una tensión máxima a ambos lados de la red, Nadal y Tsitsipas cruzaron varios golpes en todos los puntos. El revés a una mano del griego se encontró con el tesón del español, esforzado en responder a cada embestida. La igualdad se mantuvo en lo alto del partido. Con una firmeza a la altura de la final, Tsitsipas remó hasta tener una pelota de partido con 4-5 en el marcador. Ante un graderío que perdía el aliento, el español levantó el match point.
La insistencia de Nadal encontró su recompensa en un cierre inolvidable. En uno de los juegos más intensos de la tarde, Tsitsipas fue quedándose sin energías. Una derecha cruzada del griego se marchó al pasillo de dobles y le dio al manacorí la oportunidad de cerrar el encuentro al servicio. Nadal aprovecharía la oportunidad para apretar los dientes y sellar una de las finales más igualadas de siempre en Barcelona. Cuando el último golpe de Tsitsipas se marchó más allá de los límites de la cancha, el español se desplomó sobre la arena con los ojos cerrados, saboreando una victoria bien especial ante sus compatriotas.
Con esta victoria, Nadal volverá a ocupar la segunda posición del Ranking ATP. Además, este domingo obtuvo su trofeo N°61 sobre tierra batida y se convirtió en el segundo tenista con más títulos en un ATP 500 (14).
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Cabal y Farah retienen el título
Juan Sebastián Cabal y Robert Farah revalidaron este domingo el título en el Godó, venciendo a la pareja formada por el alemán Kevin Krawietz y el rumano Horia Tecău por 6-4, 6-2 tras 64 minutos de juego.
De menor a mayor, los colombianos se afianzaron en la pista Rafa Nadal y desplegó un gran tenis durante poco más de una hora de juego. La eficacia desde el servicio fue una de las claves del encuentro, así como también el hecho de que capitalizaron tres de las cuatro oportunidades de break que tuvieron, mientras que la dupla rival no pudo generar ninguna en todo el partido.
"Amamos esta ciudad. Amamos el club. Este club es asombroso. Aquí se respira tenis... Es bueno estar de regreso. Siempre hemos jugado bien aquí y esta semana pudimos rendir al máximo", aseguró la pareja ganadora tras el título.
