No sorprende, pero sí indigna, un día inaugural tan flojo y polémico después de haber esperado cuatro años para la justa mundialista a celebrarse en el país de la alegría futbolística. Habiendo miles de personas inconformes, una presidenta haciendo caso omiso de su pueblo, una federación inmiscuida (desde hace años) en corrupción, un sinfín de futbolistas mermados y selecciones que pareciera que no saben a qué juegan, ¿cómo habríamos de esperar un comienzo alentador en esta Copa del Mundo?

Primero, aunque no es precisamente lo que compete, la ceremonia de inauguración dejó mucho, muchísimo que desear. Un carnaval que empezó con un inmueble más vació que un estadio mexicano en la Copa MX. Artistas que supuestamente habían cancelado y que de pronto saltaron sobre el escenario, haciendo un notorio y mal sincronizado playback. Para colmo, el momento importante, un joven parapléjico logrando caminar gracias a un traje tecnológico y pateando el brazuca, no fue captado por el genio que de seguro ya no fungirá más como director de cámaras.

Al momento en que rueda el balón, para los brasileños la patria sí va de por medio

Pareciera que al momento en que rueda el balón, para los brasileños la patria sí va de por medio. Ponen demasiada fe en una selección en donde un ídolo de 22 años de edad es lo único que queda de aquel jogo bonito. Esa última figura del Scratch que logra conectar a este equipo con su pueblo.

Al partido, Croacia llegó como víctima, y salió siendo tal. FIFA ha manchado, a diestra y siniestra, el futbol fuera de la cancha. Hoy lo manchó desde adentro. Lo lamentable, lo aún más vergonzoso, es que Brasil haya tenido que acudir al recurso del engaño para salir de una situación en la que futbolísticamente se vieron atados.

Disculpen la crudeza, pero fue una decepcionante inauguración, un decepcionante desempeño de la selección pentacampeona del mundo y un decepcionante arbitraje. Más allá de todo eso, el anfitrión salió victorioso, con lo cual Blatter y Rousseff seguramente estarán tranquilos.

La victoria de Brasil ayuda a las aspiraciones del Tri

El resultado es bastante engañoso, tanto para brasileños como para croatas. Ni juegan tan bien los primeros, ni juegan tan mal los segundos. El único contento, además de los brasileños, es Miguel Herrera. La victoria de Brasil ayuda a las aspiraciones del Tri. Tanto a Brasil como a Croacia se les puede ganar, lo malo es que México no ha demostrado muchos argumentos a su favor como para poder pensar en ello.

Fue un mal día inaugural. A Dilma Rousseff no le importa su gente. A Neymar y compañía no les importa el cómo ganar. Todo sea por cambiar el recuerdo de aquella tragedia de 1950, y el problema es que Blatter se gastó el recurso arbitral apenas en la primera fase, cuando Brasil menos necesitaría la ayuda del sucio negocio.

No nos dejemos llevar por el resultado. Esperemos que, en lo futbolístico, el torneo mejore día con día, por el bien del espectáculo. Esperemos que el partido en puerta entre españoles y holandeses llene toda expectativa, así como los demás enfrentamientos. Esperemos, a partir de mañana, ver un mejor futbol, aunque, señores… el Mundial ya venía mal.