A los pocos años de su fundación, los cremas empezaron a dar muestras de lo que históricamente serían en el fútbol mexicano, siendo un equipo exitoso en la década de los años veintes y rompiendo con la hegemonía española que existía en esos momentos.

Si bien, estos títulos de América no son reconocidos de forma oficial, tienen total validez ya que fueron obtenidos en la Liga Mayor (lo que en ese entonces era la Primera División Nacional) por un grupo de jugadores que a la postre se convertiría en la base de la Selección Mexicana que participó en el Mundial de Uruguay 1930.

Antes de que el azulcrema consiguiera consagrarse con esos cuatro títulos seguidos tuvo que batallar mucho para ganarse un lugar en la Liga Mayor, ya que el equipo predominante de ese entonces, el España, se oponía a que América entrara a dicha competencia. Ante la insistencia de la recién formada directiva americanista, las autoridades de la liga deciden concederle una prueba al nuevo equipo, esta consistía en una serie de tres encuentros ante el España, en donde América ganó dos y empató uno, consiguiendo no solamente su ingreso a la división principal del país, sino también una gran cantidad de adeptos por ser el primer equipo mexicano en hacer frente a los combinados gachupines.

Tras unos primeros años complicados en donde hubieron malos resultados, América fue adquiriendo experiencia en la liga y con base en grandes refuerzos provenientes de Pachuca y Orizaba, fueron escalando posiciones, al grado de que en 1923 quedaron empatados en primer lugar con el España, cayendo en un enfrentamiento directo. Sin embargo, eso le valió para hacerse de más seguidores todavía.

El primer título

Para la campaña 1924 – 1925, América arrasó con la liga, dejando tendidos a los cuadros más poderosos, incluyendo al España. Los cremas no perdieron un solo partido de aquel torneo y disputaron el título con el Asturias, ya que ambos llegaron al cierre empatados en puntos.

Todo se decidió en el Parque Asturias, en un cotejo que estaba empatado a ceros hasta el minuto 87, donde el que el capitán y referente del equipo, Rafael Garza Gutiérrez ‘Récord’, mandó un centro a la ubicación de Juan Terrazas, que eludió al arquero y mandó el balón al fondo de la red, dándole así su primer título a los americanistas.

Bicampeón aunque les duela

El bicampeonato llegó un año después, cuando los equipos españoles habían decidido abandonar la liga ante la molestia de que un equipo mexicano se proclamara campeón, regresando a la misma unas semanas después para que el torneo se pudiera desarrollar.

La tónica fue la misma, América dominó ampliamente el torneo y en una calca del año anterior, Asturias fue el peldaño que, el equipo que en ese entonces era mayormente estudiantil, tuvo que librar para poder ganar un nuevo campeonato. En un encuentro ríspido, los cremas vencieron a su rival por 2-1 ante los reclamos de los asturianos, que aseguraban que no se había jugado la totalidad del encuentro, forzando a América a jugar los minutos restantes sin que hubiera movimiento en el marcador.

En un hecho sin precedentes, las autoridades de la Liga Mayor buscaron favorecer a Asturias para evitar que los equipos españoles intentaran dejar nuevamente la liga, por lo que decretaron que América y dicho equipo tendrían que disputar una serie de tres partidos para definir al campeón, señalando que ése que terminó a favor del campeón vigente solo habría sido el primero de los tres.

El segundo encuentro de la serie fue para Asturias, que obtuvo el triunfo por 4-1 ante la molestia de los jugadores americanistas al considerar injusto el decreto de la liga.

Para el tercer encuentro Asturias llegó sumamente confiado en que no perderían, sin embargo, América se impuso por 1-0 con tanto de Ernesto Sota. Al verse nuevamente derrotados, los asturianos reclamaron que el partido no se había jugado en su totalidad, lo cual el árbitro no afirmó, ya que su cronómetro marcaba tiempo cumplido.

Las autoridades correspondientes declararon desierto el título a fin de que Asturias se quedara en la liga, sin embargo, el equipo español hecho atrás su reclamo y América fue bicampeón a toda ley.

Tres al hilo y llegó la Copa Challenger

Luego de un complicado viaje a Cuba para jugar tres partidos amistosos, América volvió a México para defender el trono y comenzó a tambor batiente, derrotando 2-0 al Asturias, empatando con Aurrera para posteriormente conseguir una de sus mayores goleadas históricas, venciendo por 10-0 al Germania.

Las intenciones de los ibéricos, Asturias y España, por arrebatarle el campeonato a América incrementaron con el hecho de que los cremas podrían ganar la Copa Challenger en caso de conseguir su tercer título consecutivo.

Para la última jornada de aquel torneo América enfrentó al Aurrera, con la ventaja de que con un empate bastaría para ser campeones; sin embargo los cremas no querían dejar duda alguna de su superioridad y derrotaron por 2-0 a su rival para quedarse con el tricampeonato y la Copa Challenger, marcando de esta forma una hegemonía total en esa década.

Tetracampeón; dominio total

El broche de oro a la jetatura azulcrema en la Liga Mayor llegó con el cuarto campeonato consecutivo,

El cuadro americanista dominó nuevamente el campeonato con triunfos sobre la mayoría de sus rivales, decidiendo el trofeo de campeón ante Aurrera en la última jornada. 3-1 fue el marcador a favor de los cremas, con lo que América se consagró como tetracampeón de 1924 a 1928, en una muestra inobjetable de dominio sobre el resto de los equipos.

Así fue como América demostró que nació siendo un equipo grande, siendo el máximo representante del fútbol mexicano prácticamente desde su fundación.