El andar del Club Deportivo Guadalajara en el futbol mexicano ha quedado marcado de por vida por un personaje que, tras la época del ‘Campeonísimo’, fue el artífice de grandes historias y guionista de sueños, teniendo en el estadio Jalisco su máximo escenario.

En 1993 lanzó un ambicioso proyecto deportivo

Casi 30 años habían pasado de aquel equipo que logró siete títulos de liga en tan sólo nueve años. El mote de equipo de México ya iba quedando chico al Rebaño Sagrado que navegaba por el camino incorrecto y ahogaba la euforia de medio país ávido de alegrías.

Salvador Martínez Garza, a pesar de ser originario de Monterrey, Nuevo León, decidió comandar la Promotora Deportiva Guadalajara en 1993 y lanzar un ambicioso proyecto que incluía a futbolistas que pudieran engrosar la historia de los tapatíos y lograr la décima estrella en su escudo.

Cuatro años después, con la experiencia de Claudio Suárez y Ramón Ramírez en la cancha y Ricardo ‘Tuca’ Ferretti en la banca, Guadalajara por fin pudo coronarse en el Verano '97 al derrotar en la final a unos Toros Neza de antología que presentaba credenciales como las de Germán Arangio, Rodrigo ‘Pony’ Ruiz y Antonio Mohamed. Se consagraban las ‘Súper Chivas’.

No el más exitoso, pero sí el más querido

A pesar que los números no hacen que Martínez Garza sea uno de los directivos más exitosos del futbol mexicano, es una figura recordada y alabada por los seguidores del Rebaño por su ambición, visión, presencia, inteligencia y sapiencia.

Si bien Evaristo Cárdenas, Federico González y Alberto Esponda fueron quienes encabezaron la época dorada del Club Guadalajara al conquistar 15 títulos durante su gestión, Salvador Martínez fue quien dio esa lucidez y arrestos a un equipo que no era ni la sombra del famoso ‘Campeonísimo’.

Tras Martínez Garza, en 2002 llegó un empresario llamado Jorge Vergara, la antítesis de un buen directivo, que si bien ya logró un título como mandamás en el 2006, hoy tiene a Chivas al borde del descenso y con la afición implorando la salvación.