Corría el año de 2002, el Club León era una presa fácil del nuevo y extraño sistema implementado del porcentaje del descenso, en ese entonces. Los malos resultados acompañaban durante todo el torneo a los del bajío, que eran dirigidos por Rafael Chávez Carretero. Dos victorias, tres empates y catorce derrotas lo colocaron en el último lugar general y también porcentual, dejando en una notable duda su permanencia en el máximo circuito de México.

La crisis se agravaba en tierras leonesas, pues personas como Carlos Ahumada y Roberto Zermeño ya asomaban la cabeza en el Estadio Nou Camp, tomando malas decisiones administrativas y llevando a su equipo a malas situaciones, en el caso de este último.

Mientras esto sucedía en la Primera División, en la “Primera A” un equipo estaba sobresaliendo, era el Veracruz, que ya había sido campeón del Torneo Invierno 2001 y que al perder contra el Real San Luis en un duelo definitivo por el ascenso directo, el único recurso que le quedaba era enfrentar a la Fiera en un partido de promoción que se sacó la Federación Mexicana de Fútbol de la bolsa.

Los Esmeraldas, como la escuadra con peor promedio porcentual de la divisón máxima, llegaban al encuentro que los enfrentaba contra la historia, contra el segundo mejor equipo del entonces cursante Torneo de Verano 2002, que a final de cuentas fue una consecuencia de gran relevancia por su pésima temporada.

El plantel de los verdes estaba medianamente pasable, con jugadores como Luis Islas en la portería y con Missael Espinoza y Gerardo Mascareño en el campo. Aun así, llegaría el 29 de mayo de 2002, día en que tocó turno al Estadio Luis ‘Pirata’ Fuente recibir a ambos conjuntos, que se enfrentarían en un duelo a muerte, un duelo entre la ‘gloria y el infierno’, entre la Primera División y la Primera ‘A’.

Carlos Casartelli al 13’ y 44’, secundado por Fernando Juárez al al 61’, fueron los artífices de la victoria del ‘tiburón’ en el duelo de ida ante la Fiera, que había respondido mediante Fernando Toledano al 77’, en algo que parecía estaba definido y que dejaba al duelo de vuelta, que se celebraría en el Estadio León como un mero trámite para que los escualos ascendieran.

En fin, llegaba el sábado 1 de junio, día en que la historia cambiaba. Los Panzas Verdes recibieron a los jarochos sobre el césped del Estadio Nou Camp, que ya había sido ‘embrujado’ algunos partidos antes, según cuenta la leyenda.

Aquella batalla quedó empatada a cero goles, pero ya había dejado a un cuadro jarocho, que había sido campeón en la división de plata, como el equipo número 20 de la Liga de Primera División de nuestro país, y a unos leoneses que se sumaban a la segunda división y que desde ahí, comenzarían con el inicio una época infernal para ellos, en la que sumaron 10 largos años.

Finales perdidas, miles de decepciones, malas administraciones y más, tuvo que vivir el equipo verdiblanco en su largo paso por la Primera ‘A’, aunque eso ya es otra historia.

Ahora, en pleno 2015 las circunstancias cambiaron, León es el otrora bicampeón del fútbol mexicano, pero Veracruz es el sublíder y único invicto del torneo, hasta ahora en la jornada 9. El ‘Pirata’ Fuente recibirá de nueva cuenta a veintidós hombres vestidos de rojo y verde, a casi ya trece años de aquella promoción, la promoción que le dio a los locales la gloria y a los visitantes, el infierno.

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Ezequiel Gasca
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