Todo comenzó la Navidad del 2014 aunque desde mis primeros recuerdos de infancia el futbol siempre está presente. Cuando apenas tenía dos meses formales de relación con mi novia, recibí un libro que ya antes había vislumbrado en los escaparates de varias tiendas con ella y me había quedado con las ganas de comprarlo porque era eso o entrar al cine e ir a comer, pero todo esfuerzo vale la pena y al poco tiempo fui recompensado. 

Para la Nochebuena de aquel año, mi regalo fue la preciada recopilación de poemas hecha por Francisco Uriz que estaba recogida bajo el título "El gol nuestro de cada día". Fue una grata sorpresa descubrir que la literatura y el futbol no siempre han estado peleados como la mayoría, incluyéndome, ha pensado en más de una ocasión. 

Dos noches fueron suficientes para terminar con las páginas del libro y de ahí en adelante me propuse buscar toda la bibliografía posible de futbol. Como era de esperar, comencé con Eduardo Galeano, Sacheri, Soriano, Casciari, Alberti y Camus. Dentro de mi exhaustiva búsqueda, un día encontré un texto titulado "Poesía y futbol: un verso para cada escuadra". El texto es de lo mejor que he encontrado hasta la fecha y al contar con el contacto del autor justo en la parte final, no dudé en escribirle un correo electrónico. 

Al poco tiempo recibí respuesta de Sergio Vicente y apenas tres correos después ya habíamos compartido redes sociales y números para poder estar en comunicación con mayor facilidad. Intercambiamos títulos y nos recomendamos algunos escritos que compartían la afición que nos había juntado y casi inmediatamente me compartió una de sus publicaciones en VAVEL España. Tal vez fue el destino o una hermosa coincidencia, pero la nota referente al duelo entre Real Madrid y San Lorenzo en el Mundial de Clubes del 2014 la había publicado el día de mi cumpleaños.

Si la coincidencia parece ser menor tengo que señalar que tenía poco tiempo siguiendo a San Lorenzo casi como si fuera mi propio equipo y practicamente conocía todos los cánticos de su barra, 'La Gloriosa Butteler', lo que se volvió más significativo para mí. 'El Cuervo' fue otro punto en común con Sergio además del pensamiento antifascista y la afición por el Rayo Vallecano.

Diez días después de tener mi primer contacto con VAVEL y ponerme al corriente de los dos meses que llevaba el 2015 en las principales ligas, le pregunté a Sergio qué debía hacer para comenzar a escribir en el medio. Me dijo que se pondría en contacto con la gente de México y cinco horas después ya me había contactado con el Director General de VAVEL México para hablar de porqué quería formar parte del equipo que comanda. 

El fin de semana se jugaba el partido más importante de la ciudad: Pumas de la UNAM vs América. Después de compartirle a Alan un par de textos por correo tuve mi primera prueba, subir un texto referente al juego con temática libre. De principio creí que no lo lograría, pero ya dentro del Estadio Olímpico Universitario las ideas comenzaron a surgir y aunada a la euforia del partido también estaba la ilusión de escribir el primer texto del equipo que aprendí a amar desde la infancia

Y todo lo anterior podrá parecer irrelevante, pero con más de la mitad de la carrera universitaria cursada me sentía decepcionado de las letras y de todo el mundo que las rodea, incluso llegué a pensar en hacerlas de lado y empezar de nuevo, pero el ancla en forma de 'V' estuvo ahí para reivindicar todo. 

Aparentemente cumplí con la expectativa y una semana después ya me había sumado a la Redacción de Pumas VAVEL, un sitio en el que no solamente he concoido a grandes compañeros de trabajo, también he cosechado grandes amistades que no dejan de enseñarme todos los días. Cuatro meses después tuve la oportunidad de empezar a cubrir los entrenamientos diarios del equipo durante casi un mes, pero las obligaciones universitarias y el poco tiempo que me dejan me impidieron continuar con la labor diaria y nuevamente tuve que limitarme a la escritura de notas. 

Han pasado diez meses desde que me sumé a este gran equipo, diez meses de noches enteras sin dormir buscando información para realizar notas; me he desesperado tanto que más de una ocasión pensé aventar la computadora contra la pared, he faltado a clases al punto de estar al límite de exámenes extraordinarios a un año de terminar la licenciatura y he tenido conversaciones en las que he preferido marcharme del lugar ante la gente que demerita al medio que me abrió las puertas y me hizo descubrir que todas las horas pegado a la televisión desde que era niño y las tardes de sol en distintos estadios tienen una razón de ser.

Pero también he olvidado algunas asignaciones y un par de meses he disminuído en cantidad de notas, lo que ha significado que reciba un par de llamadas de atención. Y aún cuando en todos lados he recibido comentarios y burlas de mi pasión por el futbol, sé que hay un lugar donde ningún dato, partido, jugador, equipo o estadística pasan desapercibidos.