Te nos vas, no puedes con la idea de ser uno más en el lugar en donde en su momento fuiste estelar. Donde hacías que la gente coreara tu nombre y se levantara a llenarte de aplausos en las pocas veces en que te tocaba salir de la cancha porque fuiste un inamovible durante años, no se concebía al Estadio Azul sin el numero 6 corriendo, ordenando ,y ¿por qué no? “repartiendo leña”.

Jamás olvidaré tu primer partido enfundado de azul en el lejano 2005.

En aquellas épocas, las redes sociales no tenían el impacto que tienen ahora por lo que era difícil conocer la opinión del aficionado azul en torno a tu llegada pero conociendo lo poco crítica y muy criticona que es un gran sector de la hinchada cementera, seguramente se reventaba tu arribo por llegar de ser banca en España. Pero tú en tu primer partido dejaste en claro a qué venias marcando un doblete en el recinto de la colonia Nápoles, encuentro que por cierto tuvo un lleno total porque fue a entrada gratis. Vaya debut.

Tu capitanía llegó bajo circunstancias extrañas y después de uno de los momentos más inverosímiles de la historia celeste. Hace ya 9 años, Salvador Carmona nuestro antiguo capitán era suspendido de por vida por fallar por segunda ocasión en su carrera en un examen antidoping y por alinearlo una vez sabiendo de la sanción, Cruz Azul era eliminado de la competencia en el escritorio de la FMF, tras este terrible ridículo incluso se reemplazó al entrenador y llegó Sergio Markarián, quien dejó su mayor legado dándole el gafete a quien debía portarlo, honor a quien honor merece.

En tu segundo y tercer torneo con el gafete nos condujiste a la final, finales que perdimos y que sobre todo en la de Toluca merecíamos un poco más pero esa forma de Cruzalta de atropellar a Villaluz mermó la intensidad con la que se estaba jugando.

En esta etapa de las 3 finales jugadas entre 2008 y 2009 tuviste en Christian Riveros al mejor socio de tu carrera, el nivel que manejaban el paraguayo y tú era superlativo para la Liga MX y eso los convertía en la mejor medular de la competición azteca. Jugaste a lado de Riveros, Israel López, Tomas Campos, Israel y Alejandro Castro, con algunos te entendiste más que con otros pero tú jamás desentonaste.

Se te critica por tu estilo de juego duro y rocoso, porque para muchos metías la pierna de más y si, las 145 amarillas en 361 partidos lo acreditan pero para nada esto te hacía un mal jugador, jugabas al límite y siempre rendiste, aunque claro que esto se acrecentaba con los años porque entendías que por tus condiciones físicas ya no era opción corretear al rival para robar el balón limpiamente.

No hiciste una gran cantidad de goles, pero la mayoría fueron de una exquisita manufactura, y en tu último torneo hasta auxiliar de Tomas Boy y aunque no pudiste levantar la Liga sí levantaste la Copa MX y la Concachampions.

Hoy emprendes un nuevo reto en tu carrera como futbolista, probablemente el último, irás a culminar tu carrera a Estados Unidos.

Solo nos queda decirte gracias, por jamás esconderte, por atreverte a cosas que pocos, por amar esta playera como pocos en su historia y como ninguno en los últimos años, por siempre darnos tu 100%, porque siempre te comportaste como todo un profesional, por jamás dar un escándalo y por ser mi referencia y de muchos cuando preguntan por un capitán de Cruz Azul.

Estoy seguro que esto no es un hasta luego Borrego, tú tienes que regresar. Eres un hombre de institución, estoy seguro que te prepararás y volverás ya sea para entrenar al equipo o en un rol más de oficina pero seguirás aportándole al club.

Gracias, Gerardo Torrado, por ser de Cruz Azul. Adiós, capitán.