El torneo Clausura 2017 significó un verdadero reto para los Rayos del Necaxa, quienes ya no eran una sorpresa para los demás equipos de la Liga, éstos ya sabían a qué rojiblancos marcar, pero más aún, cómo ofenderlos. Aunque los hidrocálidos terminaron como la séptima peor defensa, hubo un jugador que siempre estuvo presente cuando fue requerido: Marcelo Barovero.

Después de haber sido campeón de América con River Plate, llegar a Necaxa pareció un retroceso para algunos, pero el propio Barovero se encargó de demostrar que no venía a México sólo a cobrar o a Aguascalientes únicamente por su buena calidad de vida, demostró profesionalismo y amor por este deporte. Siempre era el primero en sufrir cuando el equipo no jugaba bien y nadie se le anticipaba en gritar a la defensa para imponer orden.

El guardameta no sólo jugó cada minuto del torneo, sino que logró mantener el cero en su cabaña en 4 ocasiones y se convirtió en el más atajador de la Liga con 75 intervenciones. Partidos como los que regaló frente a Pachuca o Puebla no sólo quedan grabados en la memoria de los aficionados al fútbol, sino que representan victorias para su equipo, y con ellas, la consecución de los objetivos.

Apenas un año después de haber desembarcado en Necaxa, independientemente del técnico en turno, Trapito ya es un pilar de los Electricistas. Su aporte al club trasciende del rectángulo verde, él es representación de experiencia, temple y serenidad. Para el siguiente año futbolístico, Barovero tendrá que mantener su mismo nivel demostrado en este año debutante con los 'Rayos' ya que tendrán que pensar de nueva cuenta en pelear por no descender debido a este Clausura 2017 donde quedaron a deber mucho, después de un primer torneo muy bueno donde llegaron hasta las semifinales del torneo.