Corría el año de 2006, era el tercer partido de la Fase de Grupos de la Copa Mundial de la FIFA de Alemania, y México, con un triunfo y empate sumados, se enfrentaba a Portugal, con el camino ya definido. La selección de Ricardo La Volpe se quedaría de milagro con el segundo puesto del Grupo D, mientras que los lusitanos con el primero, y es que tuvieron paso perfecto. Era un equipo realmente poderoso.

Para mucho será la mejor versión del ‘Tri’ por muchos años, y no nada más por haber pasado ‘caminando’ las Eliminatorias Mundialistas; también, lógico por la imagen que dejó en suelo teutón. Triunfo ante Irán de 3-1 y un cerrado duelo que dejó un 0-0 en la pizarra ante Angola habían sido los resultados que, además de dudas, dejaban en el cuadro tricolor.

Fue el 21 de junio entonces la cita con el destino y una selección liderada por el magnífico Luis Figo, acompañado de Ricardo, en la portería, y de nombres como Caneira, Meira, Miguel, Ricardo Carvalho, Petit, Simao Sabrosa, Maniche, Tiago y Helder Postiga, en el terreno de juego; con un muy joven, pero prometedor Cristiano Ronaldo en la cancha, y otros como Deco, ya en plenitud futbolística.

Por el lado mexicano aparecía Oswaldo Sánchez en el marco, Carlos Salcido, Rafael Márquez, Ricardo Osorio, Francisco Javier ‘el Maza’ Rodríguez, Mario Méndez, Gonzalo Pineda, Pável Pardo, Luis Pérez y en el ataque, los dos hombres del contraste aquella noche, Omar Bravo y Francisco ‘el Kikín’ Fonseca.

Un México en declive fue evidenciado por el poderío portugués durante el partido, a pesar de registrar un mayor porcentaje de la tenencia del balón. Una noche oscura para muchos y que rescataron otros con el corazón, había comenzado con un gol tempranero de Maniche, quien cerró la pinza con potencia en un excelente centro de Simao en desborde por la izquierda. Una jugada vertical, bien elaborada y sobre todo, rápida, con inoperancia por parte de la zaga mexicana.

Dicen que lo que mal empieza, mal acaba, y mal siguió, puesto que Rafael Márquez al 23’ cometió una pifia dentro del área: metió la mano en centro por parte de Figo, infantil y sin razón, para que se diera la marcación del penal que instantes después concretaría Sabrosa de buena forma, aun con un gran lance de Sánchez. 2-0, estaba cuesta arriba para ‘Richi’ y los suyos.

Pero el temple salió por delante, y así fue México, así fue México en un tiro de esquina al 29’; ese tiro de esquina que le dio un giro a la carrera de Francisco ‘Kikín’ Fonseca, quien previamente ya había tenido un par de jugadas donde se había acercado a la meta de Ricardo. El leonés se levantó en servicio de Pável y le dijo que ‘no’ a la redonda para empujarla y dejar sin posibilidades al meta europeo; ahí, al rincón, nadie, ni Márquez, pudo desviarla. El grito de gol estalló hasta Lisboa, donde tiempo después lo recibió Benfica con los brazos abiertos.

Sin embargo, la historia no cambió mucho, y si bien es cierto que goles ya no hubo, sí muchos desabores en el conjunto azteca. Siempre con el balón, pero poco trascendente se mostró México en el campo. Para el complemento, al 57’, firmó su noche triste al errar un penal, la oportunidad más clara para emparejar las acciones, que mucho costaba, no sin antes desaprovechar un rebote dentro del área chica que bien le pudo haber permitido anotar su primer tanto en una Copa del Mundo. Era el villano, una losa cayó sobre él y ya no lo dejó ver acción contra Argentina en los Octavos de Final.

Para el colmo, Luis Pérez salió expulsado al intentar imitar la infracción que recibió minutos antes en el área para la marcación de la pena máxima, para que luego el mismo ‘Omarcito’ volara un balón en mano a mano ante Ricardo, luego de un excelente pase a profundidad por parte de Pardo. El marcador no se movió y, milagrosamente, ‘el Tri’ pudo calificarse a la ronda eliminatoria, gracias a un somnífero empate entre Angola e Irán.

La historia se escribió distinta para ‘Kikín’ después de esto, y es que un mes después el Benfica haría oficial su compra a Cruz Azul y le puso en la mesa un contrato de 4 años, que lastimosamente no se cumplió. Sin embargo, la experiencia europea le permitió a Fonseca probar las miles del futbol del Viejo Continente y también ser otro mexicano en marcar en la UEFA Champions League, para luego volver a México con los Tigres.

Este domingo, a 11 años del partido que siempre recuerda Fonseca y que nunca podrá olvidar Bravo, México se vuelve a ver las caras con Portugal en tierras mundialistas, aunque bien, en la Copa Confederaciones. Hoy Márquez sigue comandando la zaga azteca, Cristiano ahora lo hace en el ataque portugués, una oportunidad para que se escriba una nueva historia en el balompié mundial.