El equipo universitario ha dicho adiós a este certamen. A pesar de la ventaja en el partido de ida contra Santos dos por cero, una escuadra sin convicción y sin corazón fue eliminada por unos guerreros que, con diez hombres, hicieron la hombrada para avanzar a la siguiente ronda.
Tres empates consecutivos en la recta final del torneo propiciaron que Tigres se fuese hasta la quinta posición, implicando jugar el enfrentamiento de vuelta de los cuartos de final en territorio rival, cuestión que fue uno de los principales puntos débiles en este torneo.
A comparación de otros semestres, el club de Nuevo León no fue un sinodal importante de visita, pues fue de los peores al sumar apenas siete unidades. Cabe recordar que, hace algunos años, ambos equipos de Monterrey eran severamente criticados por ser poderosos de local, pero en patio ajeno dejaban ir demasiados puntos, como le sucedió en el Clausura 2018 a los Tigres de la UANL.
La única victoria que registró fue en la jornada 10 ante los Tiburones Rojos del Veracruz que, en ese momento, buscaban a como dé lugar la permanencia en la primera división. Rescataron cuatro empates, aunque todos contra clubes que no avanzaron a la fiesta grande (Querétaro, Lobos BUAP, Chivas y Necaxa). Además, sufrieron cuatro derrotas durante el torneo: en la jornada uno cayeron sorpresivamente ante el Puebla y, posteriormente, perdieron con planteles que estarían en liguilla (2-0 Pumas, 1-0 Toluca). Sin embargo, la derrota más dolorosa de la temporada fue en los cuartos de final de vuelta al caer contra Santos dos por cero.
Pese al poderío ofensivo en nueve partidos solamente consiguieron cuatro anotaciones, es decir, promediando menos de medio gol por duelo. Los únicos autores fueron Enner Valencia, Lucas Zelarayán, Andre-pierre Gignac y Eduardo Vargas, todos ellos con un tanto. Los Tigres permanecieron invictos en casa, pero de poco les sirvió al no mantener la regularidad y el buen futbol jugando de visita.