Para Vélez, enfrentar a Boca siempre ha sido un verdadero dolor de cabeza. Basta solo con mirar los números para dar cuenta de esto que estamos diciendo. Hay que hacer una salvedad y es que esta propensión de Vélez a la derrota frente a los de azul y oro, es más frecuente jugando en la Bombonera. A la hora de enfrentarse en Liniers, el cotejo se empareja un poco.
Pero como si el destino no hubiese jugado ya lo suficiente con este plantel, el partido de h0y ejerce la misma presión para el Fortín que lo que implicaría jugar en el estadio de Boca.
No hay distancia generacional que separe a los jóvenes y a los no tan jóvenes hinchas de Vélez. Siempre fue un martirio enfrentar a Boca en su estadio e insistimos, la magnitud del partido de hoy, por más que sea en otro lugar, equivale a disputar un encuentro en ese mounstro de la Ribera.
Hay una esperanza depositada esta noche en un grupo de jugadores. Muchos de ellos no son ajenos a esta particular historia ya que son hijos del club y como tales deben estar comprometidos con revertir esta situación.
Es una propuesta fuerte la de hoy a la noche, que busca dejar atrás esos viejos fantasmas y hacer aflorar una personalidad que haga de Boca, pese a su grandeza, un equipo más con el cual disputar un partido de fútbol.