El hincha de Vélez se acostumbró en los últimos años a ganar. Quieren acaparar cada frente en el que el Fortín se presente a dar batalla. Pero la historia reciente marca que el conjunto de Liniers, cada vez que apostó por la torta, se quedó también sin el pan.
Y así como decimos esto, podemos repasar los últimos títulos (locales) obtenidos por Vélez. Vemos como en el Clausura 2005 y en el del Clausura 2009, solo disputo decididamente esos torneos. En el 2011 quizás se haya dado la exepción a la regla. Un Vélez afianzado y exepcional, peleó hasta las últimas consecuencias la Libertadores (cayó con Peñarol en semifinales) y consiguió el Clausura de ese año. Y en el Inicial 2012, que fue el último torneo corto ganado por el club de Liniers, también lo encontró al equipo de Ricardo Gareca peleando en un solo frente.
Lo que pasó el miércoles en Mar del Plata, que poco tuvo de feliz para los de Russo, fue una advertencia. Independientemente de que a Vélez le expropiaron algo que era suyo de antemano, la presentación frente a Boca dejó reflejado las carencias y falencias de un equipo que, tarde o temprano, se hubiese vuelto a quedar sin el pan y sin la torta.
Es un proyecto de equipo este que se esta gestando. Muy probablemente y pese a las incorporaciones que dan lugar a la ilusión, Vélez no peleará el torneo hasta el final. No obstante, la gran apuesta que demuestra estar haciendo el club por sus inferiores (como siempre lo hizo) promete, en un futuro no muy lejano, dejar sus frutos. Siempre potenciando la experiencia de los grandes con las ganas de los chicos, va a llegar muy lejos este equipo.