Hace mucho tiempo, en una galaxia muy lejana, dos bandos luchaban por dominar el universo. Primero, la hegemonía francesa se hizo latente en el continente; después, la germana dio un golpe sobre la mesa. Ahora, y tras un año de reinvención por ambas partes, Olympique de Lyon y Wolfsburg volverán a verse las caras en la gran final de la Women´s Champions League por segunda vez en la historia.

Veteranas ilustres que han marcado época, jóvenes jugadoras que lo harán en un futuro no muy lejano, y un amplio abanico de futbolistas de gran calidad para completar dos plantillas de ensueño, pisarán el césped de la ciudad italiana de Reggio Emilia para conseguir lo máximo, para conseguir dominar el mundo, para conseguir la Women´s Champions League. Prepárense, porque la guerra ya ha comenzado.

La galaxia de la calidad

El Olympique de Lyon, una galaxia de estrellas. La mezcla entre ilustres veteranas integrantes de aquel temible Lyon que controló Europa con puño de acero y jóvenes jugadoras que ya empiezan a asomar entre la élite mundial ha dado resultados. Las galas han vapuleado a todos sus adversarios hasta la fecha, demostrando que vuelven a trenzar aquel fútbol que las hizo grandes.

Basándose siempre en la posesión, el toque, la llegada por aplastamiento y la calidad individual y grupal como señas de identidad, las chicas de Gerard Precheur quieren volver a ser lo que fueron. El posible sistema de juego volverá a ser, y salvo sorpresa, un 1-4-3-3 con ese trivote en mediocampo protagonista en el brillante juego de la selección francesa.

Quizá la principal duda en el once aparezca curiosamente en portería. La irregular, y la sempiterna titular, Bouhaddi se enfrenta en esta ocasión a la seguridad de Gerard, que ha defendido la portería en todas las rondas anteriores. A excepción curiosamente de las semifinales contra el PSG. Y por eso la duda está ahí. En la competición doméstica, Gerard también jugó más que Bouhaddi, concretamente cuatro partidos más.

El Lyon, un equipo sin fisuras en ninguna faceta

Donde emergen menos dudas es en la línea defensiva. Aunque el lateral derecho fue ocupado también por MBock Bathy y por Kaci, la joven delantera germana Bremer parece haberse instalado en esa posición merced a su trabajo y a su peligro en acciones ofensivas. La pareja de centrales podría ser la formada por la potente MBock Bathy y la altísima Renard. La nipona Kumagai, muy buena en la salida de balón, ocupó el lugar de esa última cuando estuvo lesionada, así como también el mediocampo cuando fue necesario. Por último, Majri. La joven lateral, nominada como una de las jugadoras francesas de la temporada, ha convertido en realidad su excelente proyección. Ya nadie duda de que el carril zurdo lleva su nombre.

El trivote. Una de las claves de este Lyon. Henry, Abily y Necib. Casi nada. Veteranas, experimentadas y con un toque de balón exquisito. Henry, que ha fichado por Portland, es el ancla, Abily el motor y Necib, la magia. Entre las tres forman el triángulo mágico. Además, tanto Abily como Necib suman en esta edición continental tres goles y cuatro asistentas. Las alternativas son claras aunque menos determinantes: subir a Kumagai, dar entrada a Kaci o también a la joven Lavogez, una perla a seguir.

Y arriba. Los goles, la calidad, la diferencia. Schelin es la que lleva más tiempo. La delantera sueca todavía continúa de aquella talentosa generación. Aunque será su último partido, toda vez que dejará la entidad gala para centrarse ahora en disfrutar del fútbol en proyectos más modestos. Esta temporada suma cuatro goles en la Champions y 14 en la liga. Siempre ha sido la goleadora. Aunque ahora llega el cambio generacional, un cambio que lleva nombre y apellido: Ada Hegerberg. La joven noruega de apenas 21 años cuenta ya con doce goles y cuatro asistencias en la presente Champions y con ¡33 dianas! en el campeonato galo. Números que dejan entrever un presente y un futuro simplemente espectacular. Y junto a ellas, Le Sommer. La matadora silenciosa, acumula casi un gol por partido con la camiseta del Lyon. Aunque su nombre no suene tanto, ella siempre está ahí. Este año, cinco tantos en Champions y once en liga. Pero cuidado con las alternativas: la veloz Thomis, la potente Tarrieu o la futurible Cascarino.

El Lyon, doble campeón de Europa. | Foto: UEFA.
El Lyon, doble campeón de Europa. | Foto: UEFA.

La galaxia de las luchadoras

El Wolfsburg, una galaxia de luchadoras. Potentes, físicas, siempre en el sitio adecuado, una máquina del fútbol. Puede que su fútbol no enamore, pero sus resultados son increíbles. Nunca dejan indiferente… y siempre ganan. No importa el rival, no importa la competición, solo importa el premio. Y ahí reside precisamente su mayor peligro.

Tras alzarse con dos títulos consecutivos, el Wolfsburg entró en una especie de renovación de la mano del intocable Ralf Kellermann. La salida de veteranas con nombre y la paulatina llegada de jugadoras de mucho nivel han hecho que el inicio de temporada no fuese muy sencillo. Pero ahora todo marcha sobre ruedas. Subcampeonas de liga, por detrás del Bayern Múnich, han ido de menos a más y ahora precisamente atraviesan su mejor estado de forma.

El Wolfsburg, un combinado siempre competitivo

Y quieren refrendarlo con la final de la Champions. Quieren volver a dominar Europa. Y lo harán basándose seguramente en un sistema con dos puntas o una mediapunta de enganche entre el mediocampo y la delantera. La baja más importante será sin duda la de Caroline Hansen. La joven noruega, máxima goleadora del equipo en Champions, se lesionó y se perdió los últimos meses de competición. Hace dos semanas regresó al verde, aunque su concurso se antoja prematuro. Y más es un encuentro de semejante característica.

En portería no hay ninguna duda. Schult, que relevará a la histórica y Balón de Oro Angerer en la selección alemana, es fija. Su seguridad, sus reflejos, su agilidad y su altura la convierten en una de las mejores porteras del mundo. La defensa ha tenido un cambio sustancial: la entrada de Wedemeyer por Maritz. La joven zaguera alemana ha disputado los últimos encuentros de Champions en el eje central de la zaga, acompañando a quizá la mejor central del mundo, la sueca Fischer. Esta razón ha relegado a la cumplidora suiza Maritz a un segundo plano, pasando a ocupar su puesto en el lateral derecho la contundente central Peter. Y en la derecha, Dickenmann. Precisamente ex del Lyon, la polivalente suiza comenzó en posiciones más avanzadas pero ha ido retrasando su posición hasta el lateral diestro.

En el centro del campo, Goessling y Bussaglia. Ambas experimentadas, ambas trabajadoras, ambas más que seguras. La confirmada retirada de la Balón de Oro Kessler tras no superar una grave lesión de rodilla, ha dejado un poco huérfana la zona de creación de juego del Wolfsburg. Pero hay alternativas. Goessling es un auténtico pulmón, y Bussaglia es muy conocedora de cada minuto de partido, toda vez que acumula mucha experiencia y, curiosamente, también ha sido integrante de aquel poderoso Lyon. Como alternativas, la suiza Bernauer (ex del Levante) y una Simic siempre talentosa y siempre cumplidora, siendo quizá esta última la futbolista más desequilibrante del centro del campo.

Por último, la delantera. Mucho físico, mucha potencia y, sobre todo, mucho gol. Hansen no está, pero sí Popp, Bachmann, Blasse, Wullaert o Jakabfi. Popp es la viva imagen del fútbol alemán y del Wolfsburg: fuerza, talento y gol, muchísimo gol. Aunque no está siendo precisamente su mejor temporada en esa faceta, habiendo anotado dos dianas en Champions y seis en liga. Junto a ella, Bachmann. La suiza llegó procedente del Rosengard sueco y pronto se ha ganado un puesto como indiscutible. Dos goles en Europa y cuatro en liga, amén de su peligrosidad en área rival, no dan lugar a las dudas. La siempre cumplidora Blasse, la talentosa Jakabfi, una atacante en buen estado de forma como Kerschowski, la joven belga Wullaert, y la jovencísima polaca Pajor también están ahí, para formar una delantera que mete miedo, mucho miedo.

El Wolfsburg, doble campeón de Europa. | Foto: UEFA.
El Wolfsburg, doble campeón de Europa. | Foto: UEFA.

Lyon conquista Europa

Año 2010. El Olympique de Lyon llega a la élite continental. Cuatro finales consecutivas, récord histórico, y dos títulos consecutivos. Las galas llegaron pisando fuerte. Y es que aunque perdieron su primera final, por penaltis ante el Turbine Potsdam germano, posteriormente se adjudicarían dos de forma seguida. La primera víctima, precisamente el mismo Turbine Potsdam; el segundo, el también germano Frankfurt. Iba a ser histórico, iba a por un tercer entorchado… pero llegó el Wolfsburg. Esa es otra historia.

Desde aquella dolorosa derrota, y por curioso que parezca, el Lyon no volvió a una final europea. Siguió ganando en el campeonato doméstico (y pese a la estelar aparición del PSG), sí; continuó aglutinando a las mejores jugadoras, también… pero no llegó a una nueva final. Con dos eliminaciones bastante prematuras, las chicas de Aulas no conseguían repetir sus éxitos precedentes. Hasta hoy. Nueva final y nueva ocasión para brillar en Europa. Y no pretenden quedarse en el intento.

Y es que los números asustan. Se lo han tomado en serio y en esta edición no han tenido rival. Golearon al Medyk Konan polaco, se deshicieron del Atlético de Madrid, fundieron al Slavia de Praga y borraron del mapa a todo un PSG. Los globales lo indican todo: 9-0, 9-1, 9-1 y 8-0. Poco más que apuntar. Las lobas están avisadas, este Lyon va en moto.

Wolfsburg toma la alternativa

El Wolfsburg tomó el relevo del Lyon como reina de Europa. Las lobas llegaron a su primera final y, quizá contra pronóstico, se deshicieron por la mínima del hasta entonces imposible Lyon. Fue el último enfrentamiento entre ambos, un resultado que desde Alemania no importaría repetir. Un año después de aquella primera gran guerra por el dominio continental, el Wolfsburg repitió trofeo. En esta ocasión venció a un debutante en una final europea, el rico Tyresö. En un duelo completamente loco, las alemanas consiguieron imponerse por 4-3.

Pero, teniendo en mente la misma histórica posibilidad que sus vecinas de Lyon, no volvieron a repetir en la final. En esta ocasión fue el PSG, en semifinales, el conjunto que las despertó del sueño. Pero ahora, dos años después, el Wolfsburg vuelve a una final. Y vuelve con la intención de retomar la batuta del continente y mantener el control alemán en Europa. No en vano, Alemania se ha llevado a su casa nueve de las catorce ediciones, merced a Frankfurt (cuatro), Turbine Potsdam y Wolfsburg (dos cada uno) y Duisburg (uno). Solo el citado doblete del Lyon, otro anterior del Umea sueco (2002-2004) y la victoria del Arsenal en 2007 impidieron nuevos triunfos germanos.

En esta edición, el Wolfsburg solo ha perdido un encuentro, concretamente la vuelta de semifinales frente al Frankfurt cuando ya tenía el billete para la final completamente sacado, y empatado otro, en el debut contra el Spartak Subotica. El resto, victorias, eliminando también al Chelsea británico y al Brescia italiano. En total, 4-0, 4-1, 4-1 y 6-0. Y ahora quiere volver a reinar en Europa. Las lobas, preparadas.

Posibles onces